Se puede hacer una historia del mundo en seis tragos y relacionar seis bebidas con una época histórica. Y se puede hacer una historia de la televisión del pasado sábado en seis tragos y relacionar seis bebidas con un programa. Lo primero ya lo hizo Tom Standage en su divertidísimo ensayo “La historia del mundo en seis tragos”, y lo segundo vamos a hacerlo aquí para su diversión.
Según Tandage, podemos vincular Mesopotamia y el Antiguo Egipto con la cerveza, el vino con la antigua Grecia y Roma, los licores con el colonialismo y el nacimiento de los Estados Unidos, el café con la Ilustración, el té con el Imperio británico y la Coca-Cola con el imperialismo estadounidense en el siglo XX. Del mismo modo, podemos vincular la cerveza con “Cine de barrio” de TVE (Carmen Sevilla y Manolo Escobar son auténticas antigüedades egipcias), el vino con “Los Simpson” de Antena 3 (Homer, claro, es el nuevo Homero), los licores con los partidos de fútbol de pretemporada de La Sexta (colonizadores de todas las franjas horarias, incluida la madrugada), el té con “La noria” de Telecinco (el imperio cardíaco de la basura) y la Coca-Cola con el cine (desde “Gigante” a “High School Musical 2”). Pero quizás lo más interesante sea explicar lo que supuso –y supone- el paso de la cerveza al té.
A los trabajadores de las pirámides se les proporcionaba cerveza, y a los trabajadores de las factorías inglesas del siglo XIX se les concedían pausas para tomar el té. La cerveza, como dice Standage, era una variedad segura de nutrición líquida que aportaba vitamina B y, al utilizar agua hervida, no estaba contaminada por microbios. La cerveza fue durante siglos la bebida de los trabajadores hasta que los industriales ingleses del XIX incentivaron el consumo del té, que mantenía despiertos a los obreros durante los largos y tediosos turnos. La cerveza es el acompañamiento ideal de las viejas y anticuadas pirámides que “Cine de barrio” construye todos los sábados por la tarde, pero el té es imprescindible para aguantar despiertos en los largos y tediosos turnos en los que Jordi González y compañía despellejan la nada. Por cierto, ¿saben cuál será la bebida del futuro? El agua. ¿Se fabricarán los televisores del futuro con un grifo incorporado?
Y, con permiso, déjame decirte otra: el bloody-mary o el gazpacho con "Saber Vivir", por eso de que son bebidas espesas.
ResponderEliminar¿No?