La selección española de fútbol juega hoy la semifinal de la Copa Confederaciones (Telecinco), esa competición que, como las elecciones europeas, es extraordinariamente importante para los que la ganan y absolutamente despreciable para los que no la juegan o son eliminados a las primeras de cambio. España tiene la mejor selección de su historia y, ahora mismo, es la mejor selección del mundo. Vale. Es posible que los chicos de Del Bosque ganen a los estadounidenses y, después, se merienden a los brasileños, que probablemente se habrán desayunado antes a los sudafricanos. ¿Qué supone ganar la Copa Confederaciones, ese sucedáneo del Mundial? ¿Qué hemos aprendido en estas dos semanas de competición en Sudáfrica?
Según J. Le Goff, el único fruto que sacó Occidente de las Cruzadas fue el albaricoque. La aventura de España en Sudáfrica no tiene nada que ver con las Cruzadas medievales en Tierra Santa, pero sí es una especie de Cruzada en tierras infieles (a los sudafricanos les va más el rugby que el fútbol) para recuperar el gusto por el buen fútbol. Ganar la Copa Confederaciones supone un toque de atención para Italia, Alemania y demás selecciones más antiguas que el Imperio austrohúngaro. Y en estas dos semanas de fútbol en Sudáfrica hemos aprendido que el fútbol africano todavía no se toma en serio a sí mismo. La exquisita selección de Egipto fue eliminada como una Nueva Zelanda cualquiera. Así que de la Copa Confederaciones hemos sacado algo más que unos exóticos albaricoques y unos no menos exóticos dolores de cabeza por culpa de esas dichosas trompetas que no dejan de sonar ni un segundo.
¡Ah! En estas dos semanas de fútbol también hemos aprendido que Luis Aragonés es capaz de comentar un partido de fútbol de la misma manera que un meteorólogo soviético comentaría una deliciosa tarde de primavera. Toda cruzada necesita un pregonero, pero Luis Aragonés no es Pedro el Ermitaño ni Urbano II. España debe ganar la Copa Confederaciones al grito de “¡El fútbol lo quiere!” porque la Jerusalén futbolística está hoy en Sudáfrica. Lástima que Maldini II, el comentarista de Canal +, no pueda acompañar la narración de J. J. Santos. El fútbol lo quiere.
¿Cómo comenta un meteorólogo soviético comentaría una deliciosa tarde de primavera?
ResponderEliminarPues parece que la Selección Española hizo oídos sordos a lo que el fútbol quería. Ayer no ganó Estados Unidos, perdió España. Esperemos que esto les sirva para aprender de sus errores y no ir tan crecidos y confiados como llegaron a esta Copa Confederaciones.
ResponderEliminarHala, en media hora a ver a Brasil!¿Habrá sorpresa? No creo, pero esto es fútbol...