24/5/09

LOS JABALÍES HABÍAN COMIDO PORQUERÍAS


¡Cuidado, que viene Uribarri!

La “¡Luz, más luz!” que pedía Goethe en su lecho de muerte está a nuestro alcance. El lúgubre túnel lóbrego que cada año atravesamos con el Festival de Eurovisión nos muestra una esperanzadora lucecita, una salida a nuestro alcance: es posible que España no participe nunca más. Que nadie se enfade conmigo: no se trata de eliminar el Festival, se trata de que España deje de participar para librarnos del auténtico peligro que encierra: los funestos y larguísimos prefestival y postfestival con los que cada año rebozan el concurso. Este pegajoso rebozado en el responsable de que un espectáculo que en principio sólo es repetitivo, desproporcionado y chillón se convierta en un plato intragable, indigesto y mortal de necesidad.

En una encuesta realizada entre los "eurofans" españoles, la mitad se ha mostrado partidaria de que España no participe el año que viene. Mosquis, pues si eso es lo que piden los “eurofans”, agrupémonos todos, “eurofans” y “euroescépticos”, en la lucha final. A nosotros nos da igual el motivo de su petición y nos dan igual las tontas polémicas que nos aburren cada año acerca de cómo elegir la canción, cómo evitar amaños en la votación a los candidatos, cómo este año por fin vamos a ganar porque nuestra canción es favorita, si es mejor actuar al principio o al final, cómo es el vestido del representante español, si la coreografía estuvo bien, si los votos de los demás países sólo responden a intereses políticos, si somos los vencedores morales, o si no nos votaron porque nuestro representante comió jabalíes que habían comido porquerías (no me miren así: es la disculpa que ponen los galos cuando su campeón Astérix no vence en las Olimpiadas).

Si 200 “eurofans” votaron para que España no participe el próximo año en el Festival, que nos digan dónde tenemos que dirigirnos los “euroescépticos” para enviar 20.000 votos pidiendo que España no participe durante los próximos 100 años. O más.

1 comentario:

  1. Yo sigo sin entender que haya gente que lo siga viendo, y no quiero dar nombres pero ciertas personas del colectivo de estudiantes de 2º de cierta carrera de letras extranjeras se divirtieron antes, durante y después de lo lindo.

    Pero ¿sabes cuál es el problema de todo? Que los que no lo vimos porque aquel sábado decidimos salir de casa oímos cosas como "es que nos castigaron, sí sí" Y te preguntas: ¿pero de verdad están hablando de eso e implicándose tan personalísimamente?

    Mi solución fue encender mi precioso iPod que de tantas situaciones como esta me ha salvado y poner a Katy Perry. Que sí, que es popera, americana y muy comercial pero al menos no tiene posibilidades de participar en Eurovisión ¡qué alivio!

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