31/5/09

TODO DEPENDE DE JAY LENO

Probablemente muchos de ustedes no se hayan enterado, pero el otro día se anunció la revolución más importante que va a sufrir la televisión en las últimas (muchas) décadas. Abróchense los cinturones y prepárense para la sacudida: Jay Leno iniciará un programa de entretenimiento en la NBC norteamericana después del verano a partir de las diez de la noche.

¡Booooom! Créanme: esto lo cambia todo. Jay Leno, -el Buenafuente de allá, para entendernos-, llevaba casi veinte años a cargo del "Tonight Show", un late night que, como el término indica, se emitía en la noche avanzada. El otro día terminó esa etapa, cedió el relevo al también brillante Conan O’Brien, y anunció que la NBC rediseñará su parrila nocturna tras el verano colocando un talk show suyo en la hora de máxima audiencia, la hora en la que todas las demás cadenas están emitiendo "House", "The Closer", "Lost", "Mad Men". Sus estudios de mercado les indican que la audiencia podría responder bien a la oferta de escuchar monólogos demoledores y entrevistas eléctricas en prime time, y, sobre todo, han descubierto que con la pasta que palma cualquier productora en la realización de un capítulo de "Perdidos" se puede financiar la futura temporada entera de "The Jay Leno Show".


¿Que qué tiene esto que ver con nosotros? Todo. Como finalmente triunfe el nuevo programa de Leno va a ir reubicándose el resto de la programación como fichas de dominó y va a ir reubicándose el resto de la programación del resto de los países del resto del planeta como ondas en un estanque. Dogmas de fe catódica inmutables desde el comienzo de los tiempos pueden venirse a abajo, hasta el punto de encontrarnos dentro de dos o tres años con que "Águila Roja" se emite a las doce y media de la noche, y "Buenafuente", -el "Tonight Show" de acá, para entendernos-, empieza a las diez menos cuarto, nada más terminar las noticias de la cena. La hora y el lugar en el que usted cena pueden cambiar en los próximos años y todo depende de los divertidos que sean los monólogos de un cómico norteamericano llamado Jay Leno.

30/5/09

FÓMITES

Al final lo de la gripe rara ésta va a contribuir, al menos, a aumentar nuestro léxico. El otro día, en el "Cara a cara" de CNN+, Antonio San José entrevistaba a un importante virólogo que pronunció la palabra "fómites". "Fómites", esdrújula. Corriendo al DRAE: nada. Corriendo a Google: "Fómite", objeto de la vida cotidiana en donde se pueden posar y sobrevivir durante un tiempo agentes infecciosos. Ropa. Utensilios de cocina. Utensilios de baño. Si el usuario no conoce el estado de limpieza y los usos previos que han tenido estos objetos puede utilizarlos de forma descuidada y resultar contaminado por sus gérmenes.

Es decir, que conviene que todo el mobiliario, toda la ropa, los folios y el material de peluquería y maquillaje de "La tribu" sea inmediatamente destruido o, al menos, esterilizado, si no queremos que futuros programas de Telecinco los utilicen alegremente y de pronto comiencen a notar que pierden audiencia, que a sus presentadores se les seca el talento que pudieran tener, que dos horas de sus guiones contienen menos frases brillantes que una sílaba de Berto. La cadena de Vasile ha levantado oficialmente el cadáver de "La tribu" estos días, los forenses se hallan en estos momentos analizando las causas del óbito, pero todo apunta a que Sardá se encuentra televisivamente muy enfermo y ha podido contaminar con bichitos patógenos todos los fómites que haya utilizado en el plató. Izaguirre y Latre deben ser puestos en cuarentena. Los gérmenes de las enfermedades infecciosas corporales pueden sobrevivir algunos minutos o varias horas en los fómites, pero nada impide que los gérmenes de las enfermedades televisivas puedan resistir semanas o incluso meses en los recovecos del plató. ¿Nadie se ha planteado que los fracasos sucesivos que Telecinco experimentó en la sobremesa durante estos meses atrás pudieran ser debidos a que todos los programas compartían los mismos fómites?

29/5/09

LA CRUDA REALIDAD

La cruda realidad es que la cruda realidad no existe. La realidad está siempre cocinada. Otra cosa es que la receta no nos guste y que, en vez de estar adornada por una ramita de perejil como recomienda Arguiñano, lleve unas hojas de cicuta, que se le parece pero puede matarte. Es por eso que la cruda realidad es amarga y hace pupa en la barriguita: porque está mal cocinada.

La receta nunca fue buena así que la cruda realidad nunca fue un plato de gusto. Por ejemplo, “Tarzán de los monos”, la primera película protagonizada por Johnny Weissmüller, nos muestra que la vida puede ser una gran aventura pero rezuma racismo por los cuatro costados. Ese desagradable ingrediente se nota en cada cucharada, pero es escandaloso en las escenas en las que salen porteadores. Los porteadores son azuzados con látigos, cuando caen rendidos se les azota para que se levanten (después se desploma un blanco, entonces sí paran a descansar). Para vengar la muerte de su amigo simio, Tarzán mata a dos porteadores en un extraño “ojo por ojo”. Los porteadores no son rescatados cuando son despedazados por un gorila en un pozo (sí lo será después Jane).Y, sobre todo, son utilizados para mostrar al espectador lo peligrosa que es la aventura: uno es devorado por un cocodrilo cuando su balsa vuelca al cruzar un río, otro cae por un precipicio y los “bwanas” lamentan perder las medicinas y alimentos que portaba (Jane pasa protegida con una cuerda amarrada a la cintura).

Hoy no es el cine, sino telediario, quien nos enseña la cruda realidad que se está cocinando. Cientos de porteadores se agolpan cada día en el paso fronterizo de Ceuta y ocurrió lo que todos sabíamos que iba a ocurrir: conocemos el guión. Ya no hay látigos, gorilas, cocodrilos, ni acantilados, pero la receta se sigue pareciendo mucho a la de siempre. Le sigue sobrando cicuta y faltando perejil. Menos mal que nosotros tenemos una cuerda amarrada a la cintura.

28/5/09

¿A FAVOR O EN CONTRA?

Cuenta el gran Javier Krahe que de los empleos que tuvo a lo largo de su vida, el que más le gustó fue en una librería. Vivía entonces en Canadá y allí pudo descubrir sus portentosas dotes como vendedor de libros. Recuerda que una chica le pidió un libro sobre China. “¿A favor o en contra?”, le preguntó. “No sé, es para regalarle a mi novio”, contestó ella. Acabó llevándose nueve libros sobre China.

¿A favor o en contra?, se pregunta uno cuando se tropieza en la tele con un programa sobre asuntos paranormales y misterios misteriosos. Como si fuera a comprar un libro sobre China. Los programas a favor pueden esquivarse porque siempre cuentan las mismas trolas. Los que son en contra habría que verlos porque escasean y es difícil llegar a juntar nueve, pero no siempre están bien hechos. La otra tarde, Cristina Lasvignes denunció en “Tal cual lo contamos” los engaños de un curandero y cerró con el siguiente comentario: “Que esto sirva para que las personas no se dejen estafar por los curanderos”. Moraleja desconcertante: es la pobre gente desesperada la responsable de la estafa por “permitirla”, por “dejarse engañar”. Muy mal, Cristina.

La noche del domingo en La Sexta, Manel Fuentes imitó un famoso “experimento” de James Randi, el desenmascarador de embaucadores más famoso del mundo. Quería mostrar cómo las cartas astrales funcionan sólo porque quien las lee amolda datos generales a su caso concreto (es lo que se denomina “lectura fría”). Así que repartió a varias personas su carta astral para que valoraran si estaba bien hecha y reflejaba su personalidad. La gran mayoría dijo que eran sorprendentemente exactas. Pero luego quiso rematar revelando que había entregado a todos el mismo texto: la carta astral de George Bush. Moraleja desconcertante: la carta astral es fiable (al parecer la de Bush lo es), sólo hay que poner cuidado en que no te den el cambiazo. Muy mal, Manel. Así no hay manera de saber si lo que nos venden es a favor o en contra

27/5/09

ZUMOS PSOE



Según yo lo recuerdo, los primeros que lo hicieron fueron Zumos Don Simón. Emitían un anuncio en el que se decía algo así como "en el expositor de su supermercado usted puede encontrar Zumos Manolito, que tienen un nosécuántos por cien de zumo natural, y Zumos Don Simón, que tienen un nosécuántosmás". Al principio todos nos escandalizamos. Estábamos acostumbrados a que la publicidad ensalzara las virtudes de un producto sin nombrar ni presentar imágenes de los productos de la competencia y no entendíamos bien eso que los listos empezaban a llamar "publicidad comparativa". Además, alguien avisó de que ese tipo de anuncios podían estar bordeando la ley por el lado equivocado, de forma que los creativos publicitarios se las ingeniaron para referirse inequívocamente a las empresas de la competencia sin nombrarlas. Se trataba de provocar atracción hacia el propio producto provocando rechazo hacia el producto contrario. Un ejemplo es el último spot de la cadena de electrodomésticos Tien21, en donde se ven a dependientes de otra cadena rival vestidos con sus identificativos uniformes rojos llorando desconsoladamente porque todos los clientes se han marchado a las franquicias de la primera cadena. Y ahora de nuevo el PSOE nos ofrece otro ejemplo de publicidad comparativa en los videoclips que podemos ver con frecuencia durante los Espacios de Propaganda Electoral de las Elecciones Europeas 2009. No se nombra directamente a la competencia, pero se alude a ella de forma inequívoca y se la ridiculiza exagerando sus prototipos para provocar en el espectador una respuesta emocional de rechazo y, por contraste, de cercanía hacia el producto anunciado.

Zumos Don Simón, Tien21 y Partido Socialista Obrero Español. Tres marcas de referencia en los sectores de las frutas exprimidas, las lavadoras y las ideologías progresistas, compartiendo estrategia publicitaria para consolidar sus posiciones en el mercado.

26/5/09

¡¿COMORR?!

¿Cómo que Manel Fuentes ya no es un imitador? ¿Quién ha dicho eso? Lo único que ha cambiado durante estos años es el tipo de fenómenos que imita. Al principio, cuando lo descubrimos en "Crónicas marcianas", Manel Fuentes imitaba al rey, a Jordi Pujol, ¡incluso a Bruce Springsteen!. Lo hacía a ratos bien, a ratos soso y repetitivo. En ocasiones tenía gracia, en otras ocasiones te dejaba completamente indiferente. Y el domingo, a través del estreno de su programa "Malas compañías" en La Sexta, continuó su sólida carrera de imitador: ahora ya no imita personajes, sino programas de televisión. Programas de televisión enteros. "Malas compañías" imita a CQC, a "Salvados", ¡incluso a "El intermedio"! Lo hizo a ratos bien, a ratos soso y repetitivo. En ocasiones tuvo gracia, en otras ocasiones te dejó completamente indiferente.

Por algún extraño motivo que nadie alcanza a comprender, los humoristas están convencidos de que la imitación es un género menor de cuya práctica deben avergonzarse. Excelentes imitadores arruinan sus carreras cuando alguien les convence de que su trabajo debe extenderse a rangos más amplios del humor y el entretenimiento. Fuentes ya demostró con "La noche..." y "Caiga quien caiga" que fuera de las imitaciones no pasa de ser un showman televisivo discreto, capaz de llevar a delante un espacio con corrección, pero incapaz de ser recordado diez minutos después de su término. Así que ha tenido el buen juicio de volver al campo que domina y en el que se puede sentir más seguro: la imitación. Pero ha fallado al elegir el objeto que imitar: en 2009 un espacio que se limite a igualarse a los otros mil que se dedican a gastar bromas incómodas a políticos, hacer cámaras ocultas y sondeos frikis a pie de calle no puede tener más éxito que el que hace quince años tenían los imitadores de Chiquito de la Calzada. Yo, de hecho, después de "Malas compañías" sólo pude exclamar: ¡¿Comorr?!

25/5/09

¿QUIÉN QUIERE SER INTERGALÁCTICO?

Ufff, por los pelos. Suerte que recomenzó ya "Quién quiere ser millonario" en Antena 3, porque si la vuelta del concurso llega a retrasarse un par de semanas más nos hubieran expulsado de la Confederación Televisiva Intergaláctica. La CTI es un organismo de altísimo nivel que agrupa a todos los países de la Vía Láctea de cara a un proceso de convergencia cósmica que ponga las bases de un futuro universo televisivo unificado a través de la TDT. La pertenencia de un país a la CTI le une al grupo de cabeza en la vanguardia de la Historia, pero requiere una serie de requisitos de cuyo incumplimiento se pueden derivar importantes sanciones. Todo miembro de la CTI ha de (1) emitir una versión local de "Betty, la fea", (2) enviar canciones espantosamente feas a festivales internacionales y después poner excusas cuando se quede en penúltimo lugar, (3) emitir de madrugada una teletienda en la que se ensalcen las virtudes de un escurridor de ensaladas de huevo, y (4) programar una edición local de QQSM exactamente igual a la que se emite en el resto de la Confederación hasta en sus más pequeños detalles.


De hecho, la Declaración de Casiopea que siguió al Acuerdo de Alfa Centauri confeccionó un Convenio Regulador Convergente de QQSM en donde se recogen los elementos que deben ser respetados para obtener la homologación. El concursante ha de sentarse a la izquierda, el presentador a la derecha. Las opciones de respuesta deben aparecer en hexágonos alargados de color azul dispuestos en un diseño de 2x2. El presentador ha de ser rajón, hierático, elegantemente coñón y estirar cada pregunta seis veces más de lo que haría falta. Y así hasta más de 4000 requisitos imprescindibles para pertenecer a la CTI. España llevaba casi año y medio sin QQSM. Quince días más de retraso en el reestreno y hubiéramos sido eliminados de la CTI justo en el momento en el que comienza la campaña electoral para la elección de su nuevo parlamento.

24/5/09

LOS JABALÍES HABÍAN COMIDO PORQUERÍAS


¡Cuidado, que viene Uribarri!

La “¡Luz, más luz!” que pedía Goethe en su lecho de muerte está a nuestro alcance. El lúgubre túnel lóbrego que cada año atravesamos con el Festival de Eurovisión nos muestra una esperanzadora lucecita, una salida a nuestro alcance: es posible que España no participe nunca más. Que nadie se enfade conmigo: no se trata de eliminar el Festival, se trata de que España deje de participar para librarnos del auténtico peligro que encierra: los funestos y larguísimos prefestival y postfestival con los que cada año rebozan el concurso. Este pegajoso rebozado en el responsable de que un espectáculo que en principio sólo es repetitivo, desproporcionado y chillón se convierta en un plato intragable, indigesto y mortal de necesidad.

En una encuesta realizada entre los "eurofans" españoles, la mitad se ha mostrado partidaria de que España no participe el año que viene. Mosquis, pues si eso es lo que piden los “eurofans”, agrupémonos todos, “eurofans” y “euroescépticos”, en la lucha final. A nosotros nos da igual el motivo de su petición y nos dan igual las tontas polémicas que nos aburren cada año acerca de cómo elegir la canción, cómo evitar amaños en la votación a los candidatos, cómo este año por fin vamos a ganar porque nuestra canción es favorita, si es mejor actuar al principio o al final, cómo es el vestido del representante español, si la coreografía estuvo bien, si los votos de los demás países sólo responden a intereses políticos, si somos los vencedores morales, o si no nos votaron porque nuestro representante comió jabalíes que habían comido porquerías (no me miren así: es la disculpa que ponen los galos cuando su campeón Astérix no vence en las Olimpiadas).

Si 200 “eurofans” votaron para que España no participe el próximo año en el Festival, que nos digan dónde tenemos que dirigirnos los “euroescépticos” para enviar 20.000 votos pidiendo que España no participe durante los próximos 100 años. O más.

23/5/09

¡ESA TELE!


Hágase el interesante silbando por la calle la música de Dallas.
Respecto a quién disparó a J.R. no le dé más vueltas:
parece ser que fue Maggie Simpson.


Oír la tele del vecino. Ése sí que es uno de los problemas gordos que tiene vivir en sociedad. Y Platón, el primer gran ingeniero social, no dijo ni pío acerca de cómo resolverlo. Y Aristóteles tampoco. Es normal. Ellos, como tantos que vinieron después, nunca supieron que oír la tele del vecino, como oír los desagües, fuera una fuente de conflictos tal que debería ser algo regulado por las leyes del Estado. Hay que disculparlos: estos ruidos no fueron molestos hasta que aparecieron las cadenas privadas de televisión. Ellas fueron las que hicieron insufrible vivir en una comunidad de vecinos.

Antes, cuando ya existía la tele pero no las privadas, la tele del vecino no molestaba porque veía la misma cadena que estaba viendo uno: la que había. También existían los desagües, pero el desagüe del vecino no molestaba porque tiraba de la cadena a la vez que lo hacía uno: durante los anuncios. Eran años en los que oír la tele del vecino era, en realidad, añadir un aura de profundidad al sonido de la tele que estábamos viendo nosotros. El ruido del arma que disparó a J.R. Ewing no molestó a nadie porque el disparo resonó en todos los televisores de España a la vez. Y a la vez esa noche toda España tiró de la cadena y se fue a dormir cuando terminó aquel episodio de “Dallas”.

Acaba de aprobarse una nueva normativa que obliga a triplicar el aislamiento acústico de los hogares. Es algo que hacía falta desde que las cadenas privadas rompieron la uniformidad audiovisual. Con ellas las pausas publicitarias y las cisternas se desincronizaron, y tras el tabique del vecino empezaron a surgir sonidos que no coincidían con lo que pasaba en nuestra casa. La ley llega tarde: Ahora los ruidos ya no llegan de la casa insonorizada del vecino sino de nuestro propio hogar. Tras cada puerta, un miembro de la familia mira su propia pantalla en soledad y no hay manera de que baje el volumen. A ver quién regula eso.

22/5/09

EL AROMA

Era un olor extraño. Agradable. Muy fresco. Poco conocido. Como a menta. O a limón. Como a ciudad tendida al sol desde hace siglos. Yo estaba viendo, -ya no me acuerdo-, "El hormiguero", supongo, o "El intermedio". Las diez y poco. No debía de estar atendiendo a nada hasta que esa brisa de una costa lejana me sacó de mi ensimismamiento. Y ese aroma, desde luego, no venía del programa de Wyoming. Ni del de Pablo Motos. Zapeé para descubrir la fuente del misterio, la cadena desde la que se estaban colando esos jirones de perfumes raros. Como a jazmín. A comino. A mujeres reales que llevan vidas reales en mundos reales. En Telecinco "Operación Triunfo" olía a cerrado, a cara que ha dormido con el maquillaje puesto. "Los hombres de Paco" olían a ambientador de coche de pino estrenado en 1997. "Bones" no olía a nada, claro: las series norteamericanas nunca huelen a nada, su geometría impecable nunca permitiría que se colase ninguna sensación que no fuera matemática, fría, ya prevista.

Así que recorrí las televisiones locales, las televisiones de pago, y fue al llegar a Canal+ cuando me golpeó la película de donde procedía el aroma que andaba impregnando a las demás cadenas. "Caramel", de Nadine Labaki, filme franco-libanés que narra la vida de cinco mujeres alrededor de una peluquería en un Beirut sucio y deslumbrante, y prueba irrefutable de que el cine puede llegar a ser un arte total, que estimule, más allá de la vista y el oído, el gusto y el tacto desde la planta de los pies hasta los primeros pelillos que inician el cuero cabelludo al término de la nuca. Y el olfato, claro. El olfato casi más que la propia vista. Otro cine, otros personajes, otras ciudades, son posibles, y cuando aparecen retumban hasta en los canales televisivos más alejados. A quién le importa que las maniquíes de "Mujeres desesperadas", las marionetas de "The O.C.", las muñecas de "Sexo en Nueva York" sigan aferradas a sus inodoros photoshops.

21/5/09

MURALLA 1973

El detective Sam Tyler es atropellado en 2008 y despierta en 1973 mientras suena “Life on Mars”, la canción de David Bowie. Así empieza “Life on Mars” (Canal +), adaptación norteamericana de la famosa serie británica con el mismo título, que también inspira la serie “La chica de ayer” (Antena 3). El detective Tyler tiene que acostumbrarse a un mundo en el que no existen los teléfonos móviles, a unos métodos que están muy lejos de los de Grissom en “CSI”, y a unas horribles camisas con enormes cuellos. ¿Cómo es el Nueva York de los 70 desde Marte? ¿Cómo es el Nueva York de la guerra del Vietnam y del escándalo Watergate desde “Life on Mars”?

Sam Tyler tiene que encontrar a un asesino en serie que retiene veinticuatro horas a sus víctimas antes de matarlas. Y no sabemos muy bien si el detective es un viajero en el tiempo, o si está en coma, o si todo es producto de su imaginación. Y en la serie sale nada más y nada menos que Harvey Keitel interpretando a Gene Hunt, el típico poli duro. Pero ni la trama detectivesca, ni las dudas metafísicas, ni la presencia del gran Keitel consiguen apartarnos de los años 70. El problema de “Life on Mars” es que está tan bien hecha que lo que es nos distrae de lo que dice. La ambientación es perfecta, la música de la época que acompaña las andanzas de Tyler es deslumbrante, y todo huele tanto a los 70 que, la verdad, nos importa un bledo el asesino, los viajes en el tiempo y el poli duro. La NASA ya desmintió que la Gran Muralla china es la única obra construida por el hombre visible al contemplar la Tierra desde el espacio, pero la NASA no tendría problemas en aceptar que la Gran Muralla televisiva es casi lo único perfectamente visible desde nuestros salones. La vida cotidiana en tiempos de Franco es lo que se ve en “Cuéntame cómo pasó”, la época de Enrique VIII es lo que se ve en “Los Tudor” y los años 70 son lo que vemos en “Life on Mars”. Vaya responsabilidad.

Desde Marte (es decir, desde nuestros días), y con música de David Bowie, viajamos a los años 70, pero nos interesan más los enormes cuellos de las camisas de Tyler que el asesino o saber si todo no es más que un sueño. De la Gran Muralla china nos importa, sobre todo, que se vea desde el espacio. No para qué se construyó.

20/5/09

MONTEVIDEO

Se equivocaron los telediarios el pasado lunes. Todos comentaron el fallecimiento de Mario Benedetti, -La 1 al mediodía, Gabilondo cerró su "Noticias Cuatro" con la noticia, La Sexta en más de una ocasión-, pero ninguno supo dar en el clavo del drama que tuvo lugar en Montevideo el 17 de mayo de 2009. Lo que sucedió el pasado domingo no fue, -al menos no fue principalmente-, la muerte de Mario Benedetti, sino, -sobre todo-, la muerte del último Mario Benedetti que nos quedaba.

Si hubiera más, si el Benedetti que terminó su vida el domingo fuera uno entre otros muchos Benedettis a donde acudir en momentos de naufragio, entonces la noticia de la muerte de Mario Benedetti no superaría la siempre insuperable triste noticia de la muerte de un maestro. Andaríamos algunas semanas, quizá pocos meses, consternados, rabiosos. Leeríamos, cómo no, no sé... "Próximo Prójimo", pero nos cuidaríamos de saltarnos algunos versos, pongamos "Curriculum" o "Arco Iris", como se cuida de no utilizar una mano herida, desollada por el terror, un dactilógrafo. Se haría aun más evidente que vivimos a tientas. Nos daría algo de reparo, -incluso los más nobles renunciarían a ello-, utilizar sus palabras para ganar un rigor de pétalos, hacer o deshacer el amor, encontrar una vocación para las manos.

Pero no hay más. El Benedetti que terminó su vida el domingo era el último Benedetti que permanecía erguido sobre el momento y el lugar que le tocó vivir. Así que la noticia, los titulares con los que abrieron todos los informativos del lunes debieron haber acentuado el fin de un siglo en la literatura escrita en español, la orfandad en carne viva en la que queda el amor como tema de la política y la política como tema del amor. La muerte como exilio definitivo de un cuerpo y de un país, y el tiempo como una cueva, como un Montevideo verde y con tranvías, repleta de ladrones que han cometido su atraco final.

19/5/09

EL CULO CUADRADO


¡Hay que ver cómo se parece esta marca de hamburguesas a la de "Burger Queen"!

Antes de nada, ¿se puede aquí decir “culo”? Entonces mucho mejor, porque si hablo del tafanario quedaría más elegante pero no me iba a entender nadie. Es que, verán, estos días descubrí que es peor mirar un culo cuadrado que tener un culo cuadrado. Al menos eso es lo que quieren en EEUU para los niños: prefieren que coman comida basura hasta que se les ponga el culo cuadrado a que miren el culo de unas bailarinas que llevan en el pantalón un cojín que hace que el culo parezca cuadrado. Así están las cosas.

Otra cosa, ¿se pueden decir marcas? Ya. Bueno, entonces hablaré de Burger Queen, una marca de vendedores de hamburguesas que me acabo de inventar y así evito problemas. El caso es que Burger Queen, empezó a emitir en EEUU un anuncio para niños en el que unas bailarinas movían ostensiblemente el culo con un cojín cuadrado tapando las nalgas. Y no gustó nada a los padres que pusieron el grito en el cielo porque, claro, sus ojos inocentes percibieron cómo los perversos ojos de los niños miraban lascivos a las bailarinas meneando el bullarengue.

Y ya que estamos, ¿se pueden nombrar programas de televisión? Ah, claro que esto es una crítica televisiva. Pues a ello. Lo que pasa es que Burger Queen usó el personaje de dibujos animados Bob Esponja para promocionar sus productos, así que la gracia estaba en que las bailarinas tenían el culo con forma de paralelepípedo, razón por el que tenían que moverlo así y así para que se viera.

Aquí no pasa eso. Acaba de publicarse un estudio que revela que dos de cada tres anuncios de la programación infantil son de comida basura, pero ninguno decimos nada. Respecto al culo de Burger Queen tampoco decimos nada porque no vemos la tele con nuestros hijos y ni sabemos qué ven. Somos tan modernos que no nos escandalizamos porque los niños vean un culo cuadrado, pero tan tontos que no queremos saber por qué a todos se nos está poniendo el culo cuadrado.

18/5/09

INVADIR ANDORRA


¡Doce puntos!¡Qué jodíos!

Cuentan que, estando Stalin mirando un mapa del sur de Asia, dijo señalando Ceilán: “La India es un país muy grande, ¿cómo se llama esta pequeña isla india?”. El diplomático indio que le mostraba el mapa contestó: “No es una isla india, sir, es una nación soberana”. La conversación no se prolongó mucho. Stalin lo dijo todo son sólo dos palabras: “¿Por qué?”.

España debería aplicarse el cuento e invadir Andorra y Portugal. Sobre todo Andorra. En los primeros ochenta, los integrantes de “Absorbentes íntimos” eran muy punkis y sabían hacer canciones con sólo dos acordes, pero se equivocaban cuando cantaban “Gibraltar español, ingleses fuera del Peñón”. El principal problema geopolítico que debe resolver nuestra patria no es la reconquista de Gibraltar, es la invasión de Portugal y Andorra. Sobre todo de Andorra.

Que el Festival de Eurovisión es un amaño político está más que asumido. Antes se notaba en que se establecían alianzas y se votaba sólo a los países amigos despreciando a los enemigos. Pero es que lo de este año fue de escándalo. Como va quedando claro que lo peor que le puede ocurrir a un país es que su población aguante cada año el tostón eurovisivo, hay desaprensivos que votaron la canción de España sólo para fastidiarnos. Quieren darle alas a esa peligrosa tribu de “eurofans” que no hace más que darnos la tabarra cada primavera. Con lo felices que nos la prometíamos los patriotas “euroescépticos” viendo a Soraya en último lugar con “ceropuán”, cuando van los de Andorra y nos arrean con doce puntos en toda la jeta. Y luego Portugal nos da la puntilla con siete. Si es por reírse de nosotros que nos den un punto como hizo Grecia, pero no, lo que querían es fastidiar.

España no es un país tan grande como La India, pero ante un mapa de Europa uno mira Portugal, y sobre todo Andorra, y piensa lo mismo que Stalin: “¿Por qué?”.

17/5/09

CINE DE BARIO

El bario es un metal de color blanco plateado cuyo símbolo químico es Ba y cuyo número atómico es 56. En su forma de sulfato tiene la peculiar propiedad de resultar opaco a los rayos X, motivo por el cual se utiliza como contraste para realizar estudios radiológicos del aparato digestivo, en especial del intestino grueso. Con el colon y el recto completamente vacíos gracias a dietas y a laxantes, se introduce mediante un tubo de enema el sulfato de bario en el organismo vía rectal y comienzan a realizarse las radiografías necesarias para poder detectar cualquier formación anómala intestinal que presente el paciente. El sulfato de bario no es absorbido por el aparato digestivo, por lo que al término del procedimiento puede ser fácilmente eliminado mediante la evacuación quedando de nuevo limpio el intestino grueso.

TVE emite todos los fines de semana "Cine de barrio", pero yo estoy convencido de que este espacio debería llamarse con mayor propiedad "Cine de bario", al menos si se piensa en el público que nació con posterioridad al Carlitos Alcántara de "Cuéntame". Las películas de "Cine de barrio" se introducen en el organismo los sábados por la tarde, lo recorren por completo y salen exactamente igual que entraron, sin que ningún rastro de ellas, ningún detalle de ninguna imagen, sea absorbido por las pilosidades intestinales. Arturo Fernández, Marisol, Paco Martínez Soria, Pedro Osinaga, Conchita Velasco, son completamente opacos a los rayos X. Métanme una película de ellos y podrán ir radiografiando todo mi organismo de forma limpia y precisa, sin miedo de que esos argumentos, esos personajes y esas realizaciones alcancen el torrente sanguíneo. "Cine de barrio" es un cuerpo extraño, un contraste neutro de alto valor para el diagnóstico. El sulfato de Carmen Sevilla puede ser utilizado de forma segura por los radiólogos para examinar el estado de los órganos audiovisuales del paciente.

16/5/09

ME QUEDO CON PAQUIRRÍN

Unos tipos viajan trescientos, seiscientos kilómetros para contemplar la final de la Copa de un Rey al que desprecian profundamente. Cuando suena el himno del país al que pertenece esa competición silban para dejar constancia de cuánto rechazan el espíritu nacional que tiene el partido por cuyas entradas han pagado cientos de euros. Abuchean la bandera del país cuya Copa de fútbol llevan veinticinco años deseando ganar. La televisión muestra imágenes de aficionados llorando amargamente la derrota. Algunos de ellos mostraron dos horas antes su enemistad más combativa contra los símbolos y la razón de ser de la competición que lamentan tanto haber perdido contra otro equipo que posee bastantes aficionados que también se comportan como ellos. Un famoso que en su día publicó un par de discos firma en 2002 un manifiesto contra el programa "Operación Triunfo". Lo considera un timo y responsable en buena parte de los males que aquejan a la industria discográfica. El concurso de talentos continúa año tras año sin cambiar un detalle y ese mismo famoso comienza a formar parte del jurado de OT, encajando como un guante en el mundo de los Ángeles Lláceres, Ristos Mejides y Jesuses Vázquezes. Una cadena de televisión que hace constantemente gala de su talante progresista y avanzado emite un reality basado en el mito casposo y paternalista del buen salvaje y el abismo que existe entre los hombres primitivos y nosotros los occidentales. Una ONG que trabaja en la zona denuncia que los bosquimanos con taparrabos habitantes de chozas que vemos en el programa viven en realidad a 700 kilómetros de allí, visten pantalones vaqueros en su vida cotidiana y habitan viviendas más saludables que tales cabañas.

Yo, qué queréis, estando así las cosas, me quedo con el Paquirrín que están desmontando en "Sé lo que hicisteis". Será lo que queráis, bobo, vago, jeta, pero al menos no apesta a cinismo.

15/5/09

¡LANÓ-CHESPÁ-RAMÍ!


¿Laqué-chesqué-paqué?

Jordi Hurtado termina una edición más de “Saber y ganar”, se reúne en el centro del plató con los concursantes mientras aparecen los títulos de crédito del programa. De repente, todo se sacude: “¡Lanó-chespá-ramí!”. Los seguidores de “Amar en tiempos revueltos” ven el fin de un nuevo capítulo de “Amar en tiempos revueltos”, creen que el capítulo de hoy ha sido bastante emocionante, pero eso no es nada al lado del sobresalto que los devuelve al presente: “¡Lanó-chespá-ramí!”. “España directo” lleva a los espectadores de aquí para allá en un no parar. Justo cuando el reportero acaba de mostrar lo fácil que es preparar “Chocopera” de postre y lo rico que está, entra una pausa publicitaria a traición: “¡Lanó-chespá-ramí!”. Los incondicionales de los “Grandes documentales” de La 2 dormitan mientras un ñu está a punto de ser devorado por un cocodrilo (¿o eso lo echaron ayer y lo están soñando hoy?). “¡Lanó-chespá-ramí!” los despierta y cambian a Telecinco para poder seguir durmiendo.

Otros años los espectadores estábamos deseando que pasara rápido Eurovisión porque la canción sólo había hecho gracia al principio (como pasó con el “Chiki-chiki”) o porque nos había saturado a la tercera semana de promoción (como pasó con el “Chiki-chiki”) o por ambas cosas (como pasó con el “Chiki-chiki”). Pero este año quien más ganas tiene de que “Eurovisión” pase rápido es la Asociación Española de Cardiología, a ver si desaparece el “promo” que acecha escondido en cada pausa publicitaria de TVE. Así las salas de urgencia de los hospitales volverán a la normalidad y dejarán de estar saturadas de telespectadores a los que el corazón les salió por la boca porque cuando estaban viendo la tele tan tranquilos les atacó sin previo aviso un “¡Lanó-chespá-ramí!” fuera de control.

¿Se acuerdan de aquel gag de “Martes y trece” en el que los presentadores del Telediario se asustaban con las ráfagas musicales que separaban las noticias? Pues igual, pero ahora con “¡Lanó-chespá-ramí!”. Signifique eso lo que signifique.

14/5/09

ATRÁS


Nuestro amigo se ha echado atrás

Ha muerto Antonio Vega conservando el secreto en su poder. En un mundo descomunal, siento mi fragilidad. Revuelvo entre los recortes que guardo metidos en sus discos y no encuentro lo que busco. Pero juro que lo leí hace algunos años: en una entrevista interviene Marga, su novia, y revela que la primera vez que Antonio Vega entró en un estudio de grabación fue para tocar la guitarra en un disco de “Los payasos de la tele”. Se me enciende una bombilla, busco en el disco “Había una vez un circo”, lo abro y veo a Fofito bailando con un chicle pegado en sus enormes zapatones, pero no el dichoso recorte. Es sólo una tontería: el empeño por comprobar que él y su guitarra están conmigo desde siempre, desde antes incluso de que empezara a girar aquella casete de 1980 que incluía “Chica de ayer”.

Sorprendente: un músico de culto, el líder de un grupo de la Movida que nunca fue un superventas, casi un maldito, sale en todos los telediarios el día que el debate sobre el estado de la nación no deja sitio para ninguna otra cosa. TVE le debe una. No puede ser que su última aparición en la tele haya sido lo que vimos hace apenas un par de meses en “Los mejores años de nuestra vida” y que sus últimas palabras hayan sido en respuesta a una pregunta tonta de Carlos Sobera pidiendo el voto para la década de los ochenta. En Radio 3 supieron reaccionar a tiempo y le dedicaron la programación del día. TVE también tiene archivo suficiente como para elaborar un programa especial y dedicarle la retrospectiva que se merece.

Ahora, cuando el silencio es total, queda el espacio para pensar. Lo llenaremos con canciones. Es que no hay nada mejor que imaginar: quien tenga la oportunidad de ver en directo al grupo “Moonglow”, que no se pierda la intensa versión que realiza de “Una décima de segundo”. Es la fórmula de círculos sin fin. Y ahora tú… no dejes de hablar.


Una ráfaga de aire frío

13/5/09

NOS VAMOS A ATENAS

En la película “Harper, detective privado”, una bella señorita le dice a Harper (maravilloso Paul Newman): “¿Por qué conduce tan rápido, Harper? ¿Para impresionarme?”. Y Harper responde: “Tiene usted un modo de empezar las conversaciones que les pone término”. Aunque un servidor no es Paul Newman, también hay modos de empezar una conversación que, para mí, les pone término. Ahí va una: “Yo no soy un turista, yo soy un viajero”. Vale, adiós.


Este artículo va dedicado a los turistas, es decir, a todos los que viajamos cuando podemos y como podemos, viendo lo que podemos, gastando lo que podemos y disfrutando lo que podemos. Si usted es un viajero, enhorabuena. Y adiós. Ahora que nos hemos librado de los viajeros que se lamentan de las masas que inundan la capilla Sixtina y que impiden a los viajeros de verdad pasear por Praga o contemplar con calma la pirámide de Keops, les voy a recomendar un programa de viajes. Se llama “Los escapistas” (Sony Entertainment Television), y es sencillo como un menú de Obélix. Cuatro amigos se largan un fin de semana a Atenas, por ejemplo, y no pueden gastar más de 300 euros por persona. Manu se ocupa del presupuesto, Iñaki de la comida, Juanki de las visitas culturales y Boto de la vida nocturna. Con 300 euros se puede volar a Atenas, dormir en un hotel limpio, comer decentemente, visitar la Acrópolis, comprar en Monastiraki, tomar unas copas y, sobre todo, pasear. Los donuts griegos son cortesía ateniense.

Decía Maquiavelo que en general los hombres juzgan más por los ojos que por las manos, ya que a todos les es dado ver, pero palpar a pocos. No es cierto. Podemos juzgar con los ojos los viajes de “Los escapistas”, pero luego podemos palpar Atenas o Dublín si conseguimos que lo urgente no impida lo importante, es decir, si somos capaces de reunir 300 euros libres de las urgencias de la vida. Alguien podrá decir que ver Atenas en un fin de semana es imposible, y que el turismo rápido y barato es la comida basura del viajero. Pero ese modo de empezar la conversación le pondría fin. Mientras los viajeros se quedan en casa, los turistas nos vamos a Atenas. Adiós.

12/5/09

INSURRECTOS

Ocurrió el pasado sábado por la mañana en Telecinco durante la reposición de la gala de "Operación Triunfo", y nadie lo vio salvo yo. Este programa se emite habitualmente los miércoles, un día después de que La 1 programe ese cliché abarrotado de antiguos concursantes de OT que llama "Los mejores años de nuestra vida". Como los dos espacios se programan en diferentes días de la semana no es fácil que puedan hablar entre ellos, pero ambos se reemiten a la vez el sábado por la mañana y tal coincidencia aseguraba que tarde o temprano iban a empezar a suceder fenómenos inexplicables.

Y el primero, ya os lo digo, ocurrió este sábado. En La 1, aprovechando que media docena de triunfitos viejos atacaba canciones de los ochenta, otra media docena atravesó La 2, Antena 3 y Cuatro, hasta colarse en la reposición del OT actual que simultáneamente tenía lugar en Telecinco. Jesús Vázquez se dio cuenta cuando notó por el rabillo del ojo que en las gradas de concursantes habían aparecido súbitamente seis nuevas personas. Intentó seguir tras asegurarse de que el plano le estaba cogiendo sólo a él, pero el follón que los insurrectos estaban montando le obligó a parar. "Es todo mentira, tenéis que iros", les gritaba un morenito de pelito así de la edición de 2007 a los nuevos concursantes que miraban sorprendidos al regidor a la espera de que alguien les dijese qué tenían que hacer. "Seréis carne de cañón como fuimos nosotros. Aquí los únicos que triunfan son ellos", aseguraba una rubita muy salada cuyo nombre nadie recuerda desde hace tres años mientras señalaba a un sonriente Risto. Vázquez se hizo cargo de la situación: "Ya está bien, volved a La 1, esto es una reposición y tenemos que repetirlo todo exactamente igual a como lo hicimos el miércoles". No hizo falta insistir; los antiguos concursantes sabían que no tenían más tiempo y, de hecho, cuando regresaron a "Los mejores años de nuestra vida" los recibió Carlos Sobera con una mirada iracunda por haber tenido que alargar nerviosamente durante unos segundos su repuesta presentación a la espera de que llegaran los insurrectos.

11/5/09

EL FUTURO Y LAS SONRISAS

A mi madre no le acaba de entrar en la cabeza que los programas de televisión se pueden grabar en una cinta VHS y después ser vistos cuando el espectador quiera. Sí, algo ha oído sobre la existencia de los aparatos de vídeo y sobre gente que los programa para grabar cosas cuando no está en casa, pero ella no se fía: "Cine de barrio" se emite los sábados a las 17:55 en La 1 y los sábados a las 17:55 en punto hay que estar en casa para ver en La 1 la entrevista a Manolo Escobar con la que Carmen Sevilla y Juan Carlos Cerezo preparan la emisión de "Un beso en el puerto". El futuro, mi hija y yo la miramos y sonreímos con cariño.

A mí no me acaba de entrar en la cabeza que en la web "rtve.es" puedo encontrar toda la producción propia de Televisión Española muchos días después de que haya sido emitida en la programación televisada. Todavía programo el vídeo para grabar "59 segundos", "Palabra por palabra" o "Escuela de padres" si es que no voy a estar en casa durante su emisión, y si se me olvida dejarlo grabando maldigo en voz baja y nunca caigo en que lo tengo calentito, en alta calidad y sin cortes publicitarios a tres clicks de distancia en la pantalla de mi ordenador. El futuro y mi hija me miran y sonríen con cariño.

A mi hija no le acaba de entrar en la cabeza que hay un aparato con una pantalla rectangular en la sala de estar al que llegan por una antena algunas de las imágenes que ella devora a través de internet. A veces se acerca hasta la salita presa de una gran excitación para contarme que Alejandro le ha firmado en el Tuenti, y entonces se fija que estoy viendo el "Muchachada nui" de la noche anterior grabado en una cinta VHS. "Ostras", dice, "¿qué hace Enjuto Mojamuto en el televisor? ¿Pero este aparato no emitía únicamente telediarios y partidos del Barça? ¿Ya ha salido la temporada actual de ‘Muchachada’ en DVD"?. El futuro la mira y sonríe con cariño.

10/5/09

LA GRIPE RARA ÉSTA

En el caso de la “gripe porcina”, o “gripe nueva”, o “gripe A”, o “gripe rara ésta” (“GRE”) lo preocupante es lo rápido que está mutando el nombre de la enfermedad. Los epidemiólogos salen por la tele diciendo que lo peligroso es la mutación del virus H1N1, pero qué sabrán ellos. El virus que mute lo que quiera que da igual: H1N1 era y H1N1 se queda. Lo malo sería que mutara el nombre del virus como está haciéndolo el de la enfermedad, pero eso no ocurrirá porque el germen ya tiene un nombre lo suficientemente raro como para que nadie tenga que molestarse en cambiarlo.

Antes los nombres de las enfermedades mutaban poco porque no existían esos grandes agentes mutagénicos que son los medios de comunicación de masas (con la tele al frente). Si a una enfermedad la bautizaban como “gripe española”, así se quedaba. Daba igual que fuera un nombre inexacto, injusto o perjudicial para un sector de la población mundial. Como nadie lo veía en la tele, no pasaba nada. La tele lo cambió todo: recuerden la explosión cámbrica de nombres que sufrimos con aquella intoxicación por aceite de colza desnaturalizado.

Con un nombre de enfermedad con una tasa de variabilidad tan alta como la gripe rara ésta, los que hacen el prospecto del Tamiflú andarán como locos porque no sabrán qué poner en “Indicaciones”. Los críticos de televisión tenemos el mismo problema. Damos leña a la “Teletienda” pero la crítica no sirve para nada porque el programa muta de nombre y sobrevive en forma de “Infomerciales”, “La tienda en casa” o “Shopping”. Ahí está el grave caso de “Tómbola”. Varias veces habíamos dado por erradicado tal retrovirus basura pero luego se produjo la recidiva con el nombre de “Salsa rosa”, “Dolce vita”, “Dónde estás corazón”, “DEC” o “La noria”.

Puede que esta oleada de “GRE” esté controlada y la enfermedad no mute más de nombre, pero quién sabe bajo qué otras denominaciones rebrotará en la próxima temporada. Dan ganas de apagar la tele sólo de pensarlo.

9/5/09

IMPOSICIÓN DE MANOS

Los reyes siempre fueron la de dios ya que su poder tenía origen divino. Los reyes no sólo creían en los milagros como el vulgo: creían además que podían hacerlos. O sea, que si estaba uno pachucho, iba a ver al rey, éste le imponía las manos y quedaba tan curado como el ex leproso de “La vida de Brian”. Era tal la eficacia que los reyes llegaban a estar especializados en curar determinadas enfermedades como la escrofulosis, que por eso era conocida como la “enfermedad real”.

La escrofulosis, dicho en pocas y desagradables palabras, produce bubones que a causa de una diátesis inflamatoria exudan líquidos purulentos (puede que incluso un día de éstos veamos un caso en un capítulo de “House” porque también produce convulsiones y las convulsiones molan). Ante un escrofuloso, el rey (fuera Eduardo III, Carlos X, Enrique VII o Luis XVI), posaba sus reales manos sin desinfectar sobre la cara del enfermo, y a otra cosa, mariposa.

Pero hoy en día hablar de curaciones con tanta alegría no está bien visto. Ahí está el caso de Actimel, que tuvo que cambiar ese anuncio en el que sale Susanna Griso porque se presentaba con una pretendida finalidad sanitaria que vulneraba la normativa. Peor es el caso de la empresa de Carlos, el Príncipe de Gales, a quien tienen prohibido anunciar sus productos de “medicina alternativa” porque hace afirmaciones no demostradas. Es cierto que vendes más si dices que un brebaje a base de la planta equinácea alivia “los síntomas de resfriado y la gripe”, o que otros mejunjes de la casa permiten “tratar varias enfermedades comunes, desde resfriados hasta trastornos digestivos”. Lo malo es si lo dices sin que nadie lo haya demostrado jamás. Él creerá en la imposición de manos o en la “medicina alternativa” porque le conviene, vale; pero a los que sólo llegamos a súbditos o clientes nos conviene escuchar lo que decía el descreído Guillermo de Orange cuando, a su pesar, tenía que hacer una imposición de manos: “Que Dios te dé más salud, y sobre todo más sentido común”.

8/5/09

SÁBADO POR LA NOCHE

No vale. No vale comparar una entrega del montón del "Saturday Night Live" español con los mejores gags de los últimos veinte años del "Saturday Night Live" norteamericano. Es trampa.

Es sábado por la noche. Madrid. Y comparto cena grasienta polisaturada con la mejor compañía en la que puede estar un crítico de provincias perdido en la metrópoli. Admiradores de Bill Maher, sabios insustanciales, chicas lúcidas en medio del bullicio van coincidiendo con todas mis opiniones hasta que una cosa lleva a otra y ésta otra nos lleva al SNL español. Yo lo defiendo, vive dios, como un producto correcto de un grupo de humoristas que se merecen de media un notable abundante. Y los amigos que hasta ese momento comían oreja conmigo interrumpen momentáneamente su auriculofagia: "¡Cómo vas a comparar a Resines con Steve Carell!", "¿te acuerdas de aquel gag buenísimo de Jim Carrey?", "¿y el ‘My dick in a box’ con Justin Timberlake?". Hasta el camarero, que hasta entonces escuchaba de reojo, -"escuchar de reojo", mola-, interviene poniendo más cerveza encima de la mesa: "¿Tú viste a Eva Hache en el último noticiario? ¿Y viste a Tina Fey imitando a Sarah Palin en aquel debate con Hillary Clinton?".

Trampa. La memoria es tramposa. Olvidamos las toneladas de gags olvidables que ha emitido el SNL de allá, los cientos de presentadores que no dieron ningún juego, las temporadas flojas con cómicos que quedaron agotados por el camino. La comparación justa mediría una entrega del SNL ibérico con una entrega del SNL gringo tomado al azar. O lo mejor del SNL gringo con lo mejor del SNL ibérico tras 34 temporadas en antena. Tengo entendido que la continuidad de Eva Hache y sus amigos cuelga de un hilo. Es una pena, porque creo que no saldríamos muy mal parados de esa comparación. Una vez más nos cargamos un programa nuevo porque no tiene lo que sólo se consigue con décadas de rodaje. ¿Cómo dices, Raquel? ¿Pedimos otra de croquetas?

7/5/09

BESOS, AL FIN Y AL CABO

No, los besos, no. Quiten los cruces verbales entre la arpía malvada y la buena chica inocente, las escenas en donde se descubre que la que creíamos madre de Sebastián Miguel es en verdad madre de Susana Rebeca, esos planos, -ay, esos planos-, en donde por primera vez se miran los que terminarán casándose 1282 capítulos después. Pero no quiten los besos a las telecomedias mexicanas. Estos días leíamos en la prensa que una consecuencia extravagante de la gripe rara ésta, -propongo que éste sea su nombre oficial definitivo: "Gripe Rara Ésta" (GRE)-, era la eliminación de las escenas de besos de los culebrones que se graban al sur de Río Grande, sustituídas por secuencias repletas de miradas intensas y palabras fogosas. Mal, muy mal. Quitar los besos a las telenovelas es como quitar en "House" ese plano con el careto iluminado del doctor cuando hace la conexión de ideas inesperadas que resuelve el caso. Como quitar a Risto Mejide de OT. Como emitir "Saturday night live" un lunes por la mañana en diferido. Sólo hay un momento, sólo uno, en el que siento que comparto especie animal con los protagonistas de "Diamante de esperanza", "Huella de amor" o "La madrastra de Guanajuato", ¿y lo quieren quitar ahora?

Además, está por ver que el virus no se transmita más abundantemente mediante los diálogos que mediante los besos. "Pedro Patricio, persigo provocar tu pasión", le dice Manuela Claudia al maromo dejándole la jeta perdidita de micro y macro gotas de saliva con cada "p" oclusiva que revienta en sus ardientes labios. ¿Qué es un besito al lado de eso? La solución no es quitar los besos, sino hacer que los personajes lleven en todo momento mascarillas. Todos: del terrateniente a la siliconada hija del capataz, de la abuela al nieto que regresa hecho un hombretón tras pasar diez años en Europa. ¿Puede existir algo más friki que "Órbita de corazones"? Sí, "Órbita de corazones" con mascarillas. Y repleta de besos, -besos azules, textiles, intermediados, pero besos, al fin y al cabo-.

6/5/09

MOHO Y GUSANOS

El último libro de Charles Darwin, publicado el año anterior de su muerte, fue: “La formación del moho vegetal a través de la acción de los gusanos, con observaciones sobre sus costumbres”. Bonito título. Pero es más bonito todavía saber que, en su día, el estudio de Darwin sobre el moho y los gusanos vendió más que “El origen de las especies”. Quiero con esto dar ánimos a La 2 en general y a la emisión de películas “raras” en particular. Hay cadenas televisivas que tienen como libro de cabecera “El origen de las especies” de Darwin, y cadenas televisivas que se conforman con hablarnos del moho vegetal y de los gusanos.

El moho y los gusanos tienen, de momento, poca audiencia, pero eso es lo de menos: Darwin se dio cuenta de la importancia de unas criaturas tan humildes como los gusanos, y seguro que muchos espectadores saben que es importante que exista una cadena pública como La 2 en el ecosistema televisivo. Una cosa es no ver películas “raras” en La 2, y otra muy diferente negar a La 2 el pan y la sal. Decía el filósofo Theodor Adorno que cada escapada al cine le dejaba más estúpido y peor, y algo parecido es lo que nos ocurre a algunos cuando vemos películas como “No me mientas, que te creo” o “Blade” (La Sexta). Pero muchas veces el cine de La 2 nos hace menos estúpidos y mejores personas.

El moho nos hace menos estúpidos. Los gusanos nos hacen mejores personas. Puede que para cadenas mohosas y de gusano como La 2 la conservación de las diferencias y variaciones individualmente favorables y la destrucción de las que son perjudiciales, lo que Darwin llamaba “selección natural” o supervivencia de los más aptos, tenga menos sentido que en TVE o Antena 3. Eso no convierte a La 2 en una cadena antievolucionista, sino en una cadena adaptada al moho. Al imprescindible moho. Al necesario, aunque minoritario, moho.

5/5/09

COLONIALISMO AUDIOVISUAL



El colonialismo es algo feo se apellide como se apellide. La versión actual es mucho más elegante que la tradicional, más escurridiza, pero más perversa. Ahora utilizamos los países colonizados como proveedores de imágenes en bruto, materia prima que abastece una poderosa industria audiovisual que inunda nuestro mercado y el de las colonias. Nuestro dinero y nuestra mirada se hacen, así, hegemónicos.

El domingo por la noche Cuatro estrenó “Perdidos en la tribu”, un programa con un planteamiento sorprendente: tres familias españolas llegan a una tribu remota y tienen que vivir allí 21 días intentando integrarse en ella. La tribu Himba, de Namibia; la Mentawai, de Indonesia; y los Bushman, que aún viven como cazadores y recolectores en el desierto del Kalahari, parecen los protagonistas del programa pero en realidad sólo son el decorado. Como el decorado que necesita el Rally París-Dakar para demostrar la apabullante superioridad de nuestra tecnología. Durante 21 días los participantes de “Perdidos en la tribu” juegan a ser Malinowski mientras Cuatro extrae de las canteras locales grandes cargamentos de imágenes con las que cebarnos la noche de los domingos hasta dejarnos ahítos. Al final, el jefe de cada tribu dictaminará qué familia se integró mejor y, por tanto, ganará tal cantidad de dinero que la tribu entera no la verá junta en su vida.

No nos dirán qué será, tras el programa, de los Himba, los Mentawai y los Bushman. Lo único seguro es que si quedan deslumbrados por el despliegue del equipo de rodaje, por el poder del hombre blanco, y alguno trata de devolvernos la visita con la intención de convivir con nosotros y ser aceptado, no lo logrará. Antes de que ninguno dé un solo paso hacia aquí, los jefes de nuestra tribu ya han dictaminado con sus leyes (porque así lo queremos nosotros) que no son bien recibidos. Allí nos son más útiles. Sus imágenes nos sirven, sus brazos no.

4/5/09

ACELERADOR DE PROGRAMAS

En su afán por conocer los componentes últimos de la materia, los físicos han creado un acelerador de partículas que hace chocar piezas nanométricas de la realidad para que éstas se descompongan en unidades todavía más simples. Y después hace chocar estos componentes más simples para obtener otros aún más pequeños. Y así hasta llegar a la partícula final, indivisible, el ápeiron que de una vez por todas consiga dar sentido y quitárselo a cada cosa que existe.

En su afán por conocer los componentes últimos del prime time del fin de semana, los críticos televisivos hemos creado un acelerador de contenidos catódicos que hace chocar los principales programas del viernes y el sábado, recogiendo los fragmentos en que se descomponen. En un primer nivel, cuando "DEC" y "La noria" colisionan viajando casi a la velocidad de la luz, todo se vuelven pedazos de la polémica acerca de la supuesta denuncia por supuesto abuso a supuestos menores que la supuesta Lidia Bosch ha interpuesto contra su supuesto marido. Pero Bosch no es el componente final de la materia. Puesta a girar de nuevo esta historia a toda leche vuelve a estallar en mil pedazos, y cada uno de ellos es una frase de Belén Esteban acerca de su divorcio, las cuales a su vez se descomponen en declaraciones y contradeclaraciones acerca del enfrentamiento que mantiene Senior, digo, Junior, con sus ex-hijos y ex-nueras.

¿Es el asunto Junior el componente definitivo, irreductible, último de la materia? Pues tampoco. Este fin de semana nuestro acelerador de programas consiguió descender todavía un escalón más en la estructura del cosmos, llegando a lo que sí parece ser la partícula menor del mundo televisivo. Si haces colisionar entre sí las entrevistas a los implicados en el asunto Junior, "DEC" y "La noria" se desintegran y dejan como cenizas, como cenizas minúsculas, la cara fondona, fondona y aburrida, fondona, aburrida y rancia de Javier Sardá.

3/5/09

"TARA" MONODOSIS

Todas las series requieren de unos cuantos capítulos de rodaje para poder pillarles ese puntito mágico, esa alquimia diáfana entre personajes y situaciones que hace que finalmente termines convirtiéndote en un fanático enganchado que consigue como sea los capítulos antes de su emisión y apaga el móvil mientras los está viendo en versión original con subtítulos brasileños incrustados. Hace falta hacerse amigo de los protagonistas, darles ocasión para que muestren de dónde vienen y a dónde van, empezar a ver formas interesantes en las redes que va tejiendo la trama, y nada de eso se puede conseguir en los primeros 42 minutos. "House" no nos fascinó el primer día. Ni "Life". Ni "The Wire". Ni siquiera "The office". Todas las series requieren un plazo de confianza para poder apreciar todo lo que llevan dentro.

¿Todas? Pues no. Paramount Comedy estrenó el pasado lunes "United States of Tara" y yo ya estoy colgado de ella como un politoxicómano enamorado. Ni siquiera hicieron falta tres cuartos de hora de argumento: veintiocho gloriosos minutos de la abracadabrante historia de Tara bastaron para que oficialmente quede distinguida por "625 Ranas" como la Serie Revelación de 2009. Producida por Spielberg, medio escrita por Diablo Cody y protagonizada por una Tony Collette simplemente infinita aleph 4, "Los Estados Unidos de Tara" cuenta la historia de una mujer que padece un trastorno de personalidad múltiple en el marco de una familia media que vive el desconcertante problema de la madre con una naturalidad pasmosa. Una sola dosis, un sólo capítulo breve en el que ya conocimos a dos de las cuatro identidades disociadas de Tara, y ya ando contando los minutos que faltan hasta el próximo lunes a las 22:20. No tendré el móvil encendido durante media hora. Y si alguien me puede pasar los capítulos con antelación le quedaré eternamente agradecido aunque estén en versión original con subtítulos brasileños incrustados.

2/5/09

ELLA

Dejó escrito Protágoras que el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son como son y las que no son como no son. Se equivocaba él o el traductor: en verdad la medida de todas las cosas es Belén Esteban, de los programas de televisión en los que aparece porque aparece y en los programas de televisión en los que no aparece porque no aparece. Postuló Freud en su famoso principio de "primacía del falo" que el pene determina el desarrollo del psiquismo de todos los humanos, en los varones porque lo tienen y en las mujeres porque no lo tienen. Se equivocaba él o el traductor: en verdad la única primacía que gobierna nuestro mundo actual es la de Belén Esteban, factor determinante de los mass media patrioglobales, de programas como "Sálvame. Diario" por que la tienen y de todos los demás programas porque no la tienen. El principio de incertidumbre de Heisenberg asegura que es imposible conocer al mismo tiempo la velocidad y la localización de una partícula subatómica. Falso de nuevo: lo que verdaderamente es imposible conocer al mismo tiempo es la tertulia rosa en la que participará Belén Esteban y los propios cotilleos rosas que estará generando simultáneamente Belén Esteban, dada la conexión cuántica que existe entre ella como cotilla y como protagonista de cotilleos. El famoso quinto axioma de la geometría de Euclides asegura que en un plano, dada una recta "p" y un punto externo a ella "t" sólo es posible trazar una paralela a "p" que pase por "t". Sin embargo, los traductores modernos están empezando a pensar que Euclides también se refería a Belén Esteban: en una cadena, dada una tertulia "p" y un tema del corazón "t" sólo hay una persona capaz de protagonizar la charla, sean cuales sean "p" y "t": Belén Esteban.

Resumiendo: que ni Sonsoles Spinoza ni doña Leticia. La próxima vez que Carla Bruni venga en visita consorte a nuestro país, la que debe recibirla oficialmente y poner su culo al lado del de la italofrancesa en todas las fotos es Belén. Y cierra, España.

1/5/09

FUNDAR EL BUDISMO

Anteayer por la tarde, en horario de superprotección infantil, estuve viendo un programa clasificado para adultos. Mientras duró sobreimpresionaron en una esquina de la pantalla un cartel con el número 18 bien grande sobre fondo rojo, pero eso no impedía que ningún niño viera el programa. Y no son así las cosas: se trata de un documental de la BBC sobre la historia del racismo que bajo ningún concepto debe ser clasificado para mayores de 18 años cuando todo el mundo debería verlo para no terminar fundando el budismo.

Dice el profesor Gustavo Bueno que quien no quiere ver en la tele los programas que muestran el lado desagradable de la vida, vive igual que lo hizo el príncipe Siddharta Gautama de niño. Éste, después de criarse aislado del mundo, quedó tan impactado cuando al fin descubrió la realidad y el sufrimiento que acabó fundando el budismo. Así que si no queremos cometer con los niños el mismo error que cometió el padre de Siddharta Gautama con su hijo, deberíamos quitar ese ridículo número 18 de este programas y dejarlo al alcance de todo el mundo, sea niño o no.

Es desagradable saber lo que unos hombres somos capaces de hacer con otros, que la Biblia sirvió durante siglos para justificar la esclavitud, que hay bancos y fortunas hoy respetables que se construyeron (como una parte del actual nivel de desarrollo de los países ricos) sobre el tráfico de esclavos. Pero también es desagradable saber que “Racismo: El poder del dinero” forma parte de una serie documental que los españoles no podemos ver tranquilamente en la tele. Y esto no se debe a ese estúpido número 18 ahuyentaniños sobreimpresionado en una esquina, sino a que en la otra esquina sale el logotipo del canal Odisea y no el de TVE. La tele de pago aleja a todos los españoles, niños y grandes, de lo que la tele pública debería enseñarnos si no queremos correr el riesgo de acabar fundando el budismo.