El problema de "La séptima silla" son las otras seis. Telecinco ha estrenado en la noche del viernes un programa de debate centrado en los titulares de actualidad de la semana, -"Emilio Gutiérrez, de Lazcano, ¿héroe o villano?", "¿Es justa la sentencia que ha absuelto al agresor de las 57 puñaladas a una pareja de homosexuales?", "¿Se aferran los políticos excesivamente a sus cargos?", "¿Usaría usted un test que descubre las infidelidades de su pareja?"-. El título del espacio hace justa alusión a una silla en la que se van sentando protagonistas o especialistas en cada uno de los temas abordados, y cuyas palabras tienen particular autoridad respecto de tales asuntos. Lo cual, por un elemental contraste, deja a las claras que las otras seis sillas que ocupan el plató acogen a personas cuya única condición para estar allí es no ser protagonistas de las cuestiones tratadas ni tener un conocimiento particularmente destacado sobre ellas.
Ya estamos con lo de siempre. Los puñeteros tertulianos. Gente que como no sabe de nada en particular pueden permitirse ser especialista en todo. Una extraña subespecie radiotelevisiva que apareció hace quince años y cuyo trabajo es dar su opinión sobre cualquier cosa. Armados con una cierta maestría en la retórica y la prosodia igual te hacen un juicio sobre la calidad de la instrucción de los sumarios del juez Garzón, las raíces del terrorismo etarra, los pronósticos de la crisis económica en los EE.UU. o la influencia de las redes sociales informáticas en la construcción de la identidad en los adolescentes. Ellos son seis, y opinan al lado de la séptima silla, en donde sí se sienta alguien que sí sabe de verdad sobre derecho, historia, economía o sociología. De verdad, no me interesa la opinión que tenga Celia Villalobos sobre la infidelidad o Pepe Sancho sobre el incidente de Lazcano. Si "La séptima silla" fuera "La única silla" a lo mejor me sentaba a verla. Mientras sigan siendo siete...
Que opinen no es lo peor, después de todo, todos opinamos sobre muchas cosas. Opinar es gratis, dicen. Aunque para los seis ocupantes de las sillas seguro que no, pues imagino que sus opiniones vendrán tras ingresar un cheque.
ResponderEliminarCuando me dispuse a verlo tras acabar 21 Dias en cuatro y vi en u primer plano a Pepe Sancho se me quitaron las ganas de seguir viéndolo...No deja de ser otra Noria quitándole la parte en la que Paquirrín o el famosete de turno va a contar sus experiencias...
ResponderEliminarComo de costumbre, has escrito un post que me habría gustado escribir a mí. El problema de estos supuestos debates es contratar a seis opinadores del todo y conocedores de nada que, con gracejo y gritos se abren paso a codazos. ¿Viste el 'debate' de la Sexta, anoche? Leopoldo Abadía, Punset y Buenafuente. Uno hablaba, el otro esperaba su turno y así, enhebrando datos interesantes con agudas observaciones e ingeniosos comentarios... No resiste comparación con nada de lo visto desde Balbín y La Clave, porque 60 segundos quedó abortado cuando se trajo a opinadores de facción con firma de periodistas.
ResponderEliminarSaludos!