Debe de ser verdad que el rugby es un deporte de brutos jugado por caballeros, porque si no fuera así después de cada partido tendría que haber tantos lesionados como jugadores. A mí no me gusta mucho el rugby, pero me encanta el Torneo de las Seis Naciones (Digital +) porque, sobre todo, me chifla el equipo galés. Me chifla porque la camiseta es chulísima y porque “País de Gales” suena de maravilla. No son grandes argumentos, es verdad. Pero si a usted no le dice nada País de Gales y el rugby le parece un deporte de patio de colegio o típico de los últimos minutos de una despedida de soltero, es que no ha probado el Torneo de las Seis Naciones.
Dicen que el gran director de cine Luchino Visconti se aseguraba de que, cuando los actores señalaban una caja cerrada que debía contener joyas, hubiera dentro de ella joyas de verdad. Creo que el rugby es algo parecido a la caja con joyas de Visconti. En un partido de fútbol, es fácil encontrar cajas de joyas sin joyas dentro; pero en un partido de rugby, no. Dicho de otra forma, es muy difícil que un partido del Torneo de las Seis Naciones decepcione al espectador, mientras que después de un gran partido de fútbol es muy habitual sentirse tan decepcionado como el que entra en la basílica de San Marcos de Venecia esperando encontrarse con el cuerpo de Alejandro Magno bajo el altar mayor. En la caja cerrada de un partido de País de Gales siempre hay joyas. En un partido de la Liga de Campeones entre el Madrid y el Liverpool, por ejemplo, hay mucha estrategia. Y la estrategia sólo es una joya para los entrenadores.
No se pierda a País de Gales en el Torneo de las Seis Naciones. Y no se pierda el partido Liverpool-Real Madrid de la próxima semana, claro. Como le dice Peter Griffin (“Padre de familia”) a su hija Meg: Papá te quiere, pero papá también quiere a “Star Trek”, y, para ser justos, “Star Trek” llegó antes”. Hay que querer al Torneo de las Seis Naciones y a la Liga de Campeones, pero el fútbol llegó antes. Es seguro que la caja de Meg contendrá joyas y, sin embargo, uno siempre espera que Scotty nos teletransporte a una basílica de San Marcos con sorpresa. Así es el fútbol.
Hola, Antonios. No me gusta el rugby, pero admito vuestro artículo como animal de compañía. Rugby, fútbol y Visconti son buena compañía.
ResponderEliminarEl rugby es un deporte que me gusta; desgraciadamente, solo lo emiten muy de vez en cuando por Teledeporte y yo no tengo el plus para ver el "Seis Naciones".
ResponderEliminarEs agradable ver un artículo en el que el todopoderoso dios fútbol deja lugar a un deporte más desconocido, pero lo mires por donde lo mires mejor.
ResponderEliminarEl rugby es mucho más agresivo, sí. Pero aún así en el fútbol hay mucho más lesionado por minuto de partido... Y eso que hay bastantes menos jugadores en el fútbol. Será que las millonadas que cobran les pesan mucho en la conciencia mientras juegan, y claro, hacer ejercicio con una carga tan pesada encima pasa factura.
O a lo mejor es porque mientras que en el fútbol un partido son 90 minutos, en el rugby están 10 minutos menos por partido, a pesar de que en el fútbol más de la mitad del tiempo estén esperando a que el balón llegue a su zona cuando en el rugby están todos jugando todo el tiempo.
En cualquier caso... El fútbol es un deporte de masas, así que si los medios dicen "viva el fútbol", todos a gritar "VIVA!".
¿Cómo iba a triunfar en España un deporte como el rugby que va de esfuerzo colectivo? Porque mira que brutos somos un mazo pero...eso de ponernos todos a hacer lo mismo a la vez, para empujar, sin estrellas...no,no no que diría la Winehouse.
ResponderEliminarun abrazo.