De pronto, de mes y medio a esta parte, las tv movies se han convertido en el género más pujante de la televisión nacional, aquél que todas las cadenas buscan producir en mayor cantidad, el que una y otra vez consigue audiencias por encima de la media. Esta semana ha tenido sus dos prime times de gloria "Una bala para el rey", miniserie, -casi microserie-, que narra el frustrado intento etarra de asesinato de Juan Carlos I en clave de thriller policíaco. Antes fueron las tv movies sobre el 23-F. La semana que viene llega -¡horror!- "Marisol". Y esta proliferación del nuevo producto no se ha visto acompañada de la información al consumidor acerca del género nuevo que se le está vendiendo.
Hacen falta etiquetas. Cada tv movie debe llevar una etiqueta con la información exacta de la composición cuantitativa del telefilme. Tanto de algodón, tanto de acrílico. Sabemos que "Una bala para el rey" estaba compuesto de hechos historicos y aditivos ficticios, pero ¿en qué proporción? No es lo mismo una prenda con un 20% de algodón y un 80% de acrílico que la misma prenda con un 20% de acrílico y un 80% de algódón. ¿Los diálogos de los etarras, esa mirada del terrorista joven a la niña del supermercado, el speech patriótico del tal Soto, son historia o licencia narrativa? ¿De verdad los policías tenían esa presencia en pantalla? ¿La pelirroja de "Sin Tetas" haciendo de geo sobradilla es acrílico o algodón? ¿O lycra, o poliamida?
Hay que exigir etiquetas informativas al comienzo de las tv movies. Tanto de historia, tanto de ficción. Para que los espectadores sepamos lo que estamos viendo y a qué temperatura hay que lavarlo sin que nos destiña ni encoja. No vaya a ser que creamos que "Una bala para el rey" es 100% algodón, 100% historia, y cuando lo vayamos a planchar en la memoria se nos quede hecho un churro quemado y retorcido.
"Una bala para el rey" fue 100% coñazo. Una especie de "Chacal" a la española, pero ven versión plomiza y formato de miniserie española. La de "Marisol" causa escalofríos.
ResponderEliminarComo de costumbre, un brillante artículo. No vi la serie, por supuesto; ni me interesaban las películas americanas que A3 endilga los sábados al mediodía "basadas en hechos reales" ni su trasunto ibérico. Porque, efectivamente, sospecho mucho del grado de honestidad en la adaptación. Por no hablar de lo cuestionable incluso penalmente que es la de Mariluz cuando aún está pendiente de juicio el acusado.
ResponderEliminarSaludos!