Hice un curso sobre lectura rápida y leí “Guerra y paz” en veinte minutos. Trata de Rusia. Como Woody Allen, yo también hice un curso sobre lectura rápida del fútbol americano y vi un resumen de veinte minutos de la XLIII edición de la Superbowl. Trata de que un equipo consiga más puntos que el contrario.
Para un europeo, es fácil seguir la ceremonia de entrega de los Oscar, pero es más difícil entender el rollo que se traen los norteamericanos con Halloween, es casi imposible saber de qué va el Día de Acción de Gracias, y es una tarea de titanes leer un partido de la Superbowl sin concluir que trata de dos equipos que, como los tigres y leones de Torrebruno, quieren ser los campeones. En vez de tigres y leones, ponemos a los Cardinals y a los Steelers y listo. Cardinals y Steelers quieren ser los campeones. Lo que ocurre en el pasto, que diría Di Stéfano, es un misterio porque, tratándose de fútbol americano, los aficionados al fútbol-fútbol somos como vacas en un prado. Para una vaca, el prado es el lugar donde pace, y es imposible que se detenga a contemplar su belleza. El prado donde Cardinals y Steelers jugaron la Superbowl estaba lleno de gladiadores fuertes, ágiles y rápidos, pero al igual que una vaca es incapaz de contemplar estéticamente un prado, los futboleros somos incapaces de contemplar estéticamente un partido de fútbol americano. Por mucho que una vaca haga un curso de lectura rápida, no entenderá “Guerra y paz” ni podrá disfrutar con las yardas recorridas por un tipo con casco pero que no es un motorista, con pantalones ajustadísimos pero que no es un bailarín de “Fama, ¡a bailar!”, y con enormes hombreras pero que no es un cantante de los 80.
Para las vacas europeas, la Superbowl es, como mucho, una canción que nos gusta pero cuya letra no entendemos, porque cuando a una vaca se la saca del “muuuu” es como si encogiera (sí, como las hemorroides). Dicho de otra forma, para los que estamos acostumbrados a gritar “gol”, saber qué significa “touchdown” es como decir que “Guerra y paz” trata de Rusia. Un pequeño paso para un lector, pero un gran salto para una vaca.
8 comentarios:
Un año unos cuantos colegas trasnochamos para ver la final de la Superbowl, que parecía el mayor espectáculo del mundo. Y es el deporte más aburrido que vi en mi vida, cada dos por tres paraos, reglas que no hay dios que entienda... un coñazo.
Nunca había visto de esa forma la superbowl. Soy una vaca. ¿Y quién me ordeña, entonces? ¿Canal Plus? Estupenda y original teoría.
Y para los que detestamos el deporte, verlo y practicarlo, es simplemente una palabra que lamentamos no poder desconocer en este mundo globalizado desde arriba.
Saludos!
Un artículo original: dos ideas completamente diferentes unidas con agilidad.
Estoy de acuerdo con los dos anónimos. Es un artículo realmente original, Antonio. Me recordó a aquel concierto atípico en el que tuve la ocasión de ver sobre el escenario unidos a tres grandes genios: Tomatito a la guitarra, Joselito al micrófono y Juanito Valderrama a las palmas. Sublime.
Original, sí. Aunque me parece una metafora un poco... pobre. Pero lo que parece criticar me parece muy acertado. Y Edmond es la prueba de que lo que critica es acertado.
Hombre, tan tan complicado no es. El fútbol americano es un deporte diseñado para ser espectacular, y lo consigue, a base de algo tan aparentemente sencillo como avanzar hacia delante, de pie, con una pelota en las manos.
Lo único que vi de una Superbowl fue aquella teta de la hermana de JAckson que salió en todos los informativos a todas horas...y es que,será que soy de mente cuadrada, pero a mi que me den el fútbol de toda la vida...que sino me pierdo!
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