Esa cara angulosa llena de viruelas, esas entradas que rodean un triángulo de pelo en mitad de la calva, esas orejas ligeramente picudas y separadas del cráneo... esa mirada perversa, ese repertorio permanente de tics cada vez más fluidos y ritualizados, esa risa, esa risa que oculta océanos de demencia infernal... ¡coño, Jordi González es la nueva reencarnación del Duendecillo Verde, el archirival supermalvado de Spiderman!
Conseguir una película deliciosa adaptando las aventuras de uno de los personajes de comic más fascinantes de todos los tiempos es tarea que sólo pueden afrontar algunos superdirectores con superpoderes cinematográficos. No sabemos si Sam Raimi fue picado en su infancia por un fotograma de celuloide radioactivo, pero algo así tuvo que ocurrir para que nos entregara a todos los adictos al hombre araña la estupenda "Spiderman" en 2002. Antena 3 la emitió el pasado sábado y pudimos recordar la odisea de Peter Parker: la obtención de su condición arácnida, su amor volador por Mary Jane y su pelea contra el Duendecillo Verde. Parecía que al final Norman Osborn moría ensartado en su propia plataforma voladora, pero, al igual que ocurre en los cómics, el Duende iba a regresar bajo nuevas apariencias, escondido en personajes insospechados. Bastó zapear a Telecinco al término de la película para verlo allí, en "La noria". No es tanto que Jordi González se parezca a Willem Dafoe como que cualquiera que se fijase notaba que ese rostro es en verdad una máscara. En un momento en el que la realización abrió especialmente el plano se vio con claridad: González estaba moderando el debate subido al deslizador del Duendecillo y tenía a los pies la bandolera con las calabazas explosivas.
Así que Spidey, Peter, nuestro amistoso vecino, tienes que volver para librarnos de tu peor archienemigo. Y seguro que cambiarías tu combate contra la telebasura por una lucha contra Octopus, el Hombre de Arena y el Lagarto juntos.
A mi, con esa cara demacrada y esa sonrisa asquerosa que tiene, se me asemeja más Freddy Krueger. O tal vez sea por que solo aparece en mis peores pesadillas...
ResponderEliminarPues ya ve Vd.: con la cara gotelé que luce el amigo Jordi, para mí no es tanto el Duende Verde como Flint Marko más conocido como "El Hombre de Arena". Además, tiene las mismas características: se adapta a cualquier medio (tanto te presenta un "Moros y Cristianos", donde los tertulianos acuden con navaja, como "La Noria", donde los tertulianos... bueno, el ejemplo no es muy bueno); es duro como la roca - no hay nadie como él cada vez que sentencia -; y es bastante corto de entendederas (considero innecesario explicar este concepto).
ResponderEliminarDespués de Julian "La Cosa" Muñoz, Telecinco se está convirtiendo en la Marvel catódica.
Afectadísimos y felizañonueveros saludos.