11/12/08
EPIGENÉTICA
No se asusten, que en el primer párrafo todavía no hablamos de epigenética. Anteayer por la tarde estrenaron la serie “Mi gemela es hija única” con vocación de asentarse en la parrilla vespertina y durar tanto como “Yo soy Bea”. Acaba de nacer y ya cumple objetivos: tras dos largas horas sobre las que Telecinco desparramó dos capitulazos como dos catedrales (aprovechando alevosamente que media España estaba encerrada en casa intentando sobrevivir al diluvio), los espectadores quedamos tan hartos como si nos hubieran inyectado en vena y sin anestesia los tropocientos capítulos de “Yo soy Bea, ¿y tú quién eres que tanto te pareces a mí?”.
Y ahora, vamos a ver cómo les hablo de epigenética sin que huyan en tropel. Dicen los que saben que la genética no lo explica todo, que la acción ambiental va más allá de lo que se pensaba en un principio, que ésta es tan importante que afecta incluso a la expresión de los genes mismos. La epigenética es una ciencia tan nueva que grandes sabios pioneros en genética como Severo Ochoa murieron sin saber nada de ella. Todos los avances punteros de esta prometedora rama del conocimiento los resume “Mi gemela es hija única” en una sola palabra: “tururú”.
La genética del siglo XX nos proporcionó joyas como “Vaya par de gemelas” o “Yo a Londres, tú a California”. La epigenética del s.XXI debería inspirar a los guionistas para que inventaran tramas que fueran más allá de dos gemelas que juegan al quítate tú pa’ ponerme yo. Pero no. Siguen empeñados en mostrar vínculos invisibles que anudan la vida de dos chicas con genoma idéntico: los mismos gustos musicales, el mismo peinado, el mismo traje, el mismo bolso y esa tontería de que cuando a una le pasa algo, la otra lo nota. Si esto fue el estreno, prepárense para el resto. Seguro que sólo contendrá genoma basura.
Bueno, por las audiencias que ha sacado en la segunda emisión, no creo que el resto sea demasiado. Ese sucedáneo de Pili y Mili más cutre todavía (si eso es posible) no durará mucho tiempo. Ahora que tampoco le pidas a los guionistas que sepan lo que es la epigenética esa. Es mucho más fácil rellenar capítulos con tópicos y tramas requetevistas anteriormente en casos similares y hacerlo pasar como algo original, que hacer algo realmente original.
ResponderEliminarEstimado señor Rico:
ResponderEliminarI-Pregunta retórica:
¿Qué pasa en este país para que mentes bien amuebladas como la suya se dedique a la interpretación de la basura?
II-Autorrespuesta:
A/ De algo hay que comer, (impepinable) B/ Mejor eso que dedicarse a la crítica política, (evidente). C/la televisión es un fiel reflejo de la realidad y, cuando no lo es, la crea,(razonable, sobre todo, si sirve para evitar que gente como el que le escribe vea la bazofia que usted profesionalmente se traga,(muy de agradecer).
III- Deseo:
Ojalá disfrute usted de un buen sueldo y de tiempo para escribir lo que quiera.
IV- Despedida:
Desde la catacumba, reciba un saludo cordial del porquero
Ya me parecía a mí que meter en una misma frase "Telecinco" y "epigenoma" en una misma frase es imposible.
ResponderEliminarLo de la cadena de Vasile más bien es de "EpiBlasgenética".
La tele es un cagarillo, en general, pero si le das a un boton la puedes apagar, con perdon
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