5/10/08
TELEVISIÓN ESPECTÁCULO
Qué lindo espectáculo ver al papá de visita y ver a la mamá diciendo que es ella la que tiene que estar con la niña mientras que él puede salir, y verla después llorando sola, y ver cómo la aleccionan para que se responsabilice porque su hija la necesita
Ya no discutimos si la tele puede hacer programas en los que se haga espectáculo de la vida de las personas. Vamos asumiendo que eso ya no hay quien lo pare. Lo que nos queda es discutir si el programa que hace espectáculo de la vida de las personas al menos las ayuda en algo que realmente necesitan o se limita a exhibirlas como monos de feria para entretener a la audiencia (lo dijo Gustavo Bueno cuando se estrenó “Gran Hermano”: los concursantes están encerrados en la casa para que los espectadores podamos verlos como si se tratara de chimpancés en la jaula de un zoo).
Hace tiempo que Cuatro emite los viernes programas del primer tipo. Empezaron enseñando a educar niños (“Supernanny”), después a adolescentes (“SOS adolescentes”), luego a contaminar menos o a organizar la economía doméstica. Ahora, con “Madres adolescentes”, quieren enseñar a las madres menores de edad a hacerse cargo de sus bebés. Es evidente que tratan de ayudar, aunque podemos plantearnos si aplican métodos adecuados, si hacen bien en enseñar sólo a las madres dejando fuera a los padres, si sólo necesitan ayuda las menores de edad y no las madres y los padres talluditos, si hará falta un programa para enseñar a los abuelos, o si la ayuda que necesitan las adolescentes es mostrarles cómo se cuida un bebé y no cómo se evitan los embarazos no deseados.
Lo que ya no discutimos es si está bien perseguir con la cámara a una madre de 16 años agobiada mientras dice llorando que ni quiere que la graben ni quiere hacer espectáculo de sus problemas personales. Eso ya está fuera de discusión. Tanto lo repiten que vamos asumiendo que hay que darle al público “lo que pide”. No vivimos el fin de las ideologías, pero ya no discutimos si se puede ser comunista tras la caída del muro de Berlín o si se puede ser ultraliberal con la que está cayendo. Lo que nos queda por discutir es qué tipo de espectáculo queremos ver en la tele.
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