La clave de la hipnosis es que simula estar describiendo lo que en verdad está prescribiendo. Se sienta a la persona que va a ser hipnotizada en un ambiente relajante, de luces suaves y sonidos atenuados, y cuando se encuentra tranquilo y cómodo dentro de la situación se le comienzan a dar instrucciones acerca de cómo debe comportarse, instrucciones que adoptan el disfraz de afirmaciones acerca de cómo se está comportando ya. "Ahora, por mucho que lo intentes, no puedes levantar el brazo del sillón", "se te ha olvidado el número seis", "sientes frío, nunca has sentido tanto frío, tiritas de frío", son frases en modo imperativo que fingen estar escritas en modo indicativo. Y un pequeño porcentaje de las personas hipnotizadas obedece las órdenes que está recibiendo sin sentir que está recibiendo órdenes, cumple voluntariamente lo que la situación le está demandando sintiendo que ocurren en él ciertos fenómenos objetivos involuntarios.
La televisión es hipnótica. Utiliza la misma trampa de fingir describir lo que en realidad prescribe. "No es programa para viejos", esa basura que ya lleva dos entregas en Antena 3, se presenta ante la hipnotizada audiencia adolescente como un retrato de la juventud, como un programa que se limita a dejar que los jóvenes hablen con toda confianza de las cuestiones que les interesan. Pero es mentira, es la maldita mentira que siempre practica Patricia Gaztañaga. "No es programa para viejos", con su sesgada selección de temas de debate, con su interesado énfasis en testimonios extremos que despierten el escándalo y la discusión, con las previsibles reacciones de aprobación o desaprobación de los chavales que merodean por el plató, describe tanto la realidad de los adolescentes seleccionados para formar parte del espectáculo como prescribe a los jóvenes espectadores que están en sus casas cuál ha de ser su conducta. Y Antena 3 debe asumir esa responsabilidad, la de practicar la hipnosis circense de finales del siglo XIX sobre el sector más influenciable de la población en la televisión de comienzos del siglo XXI.
Sólo puedo decir que es perfecta tu reflexión..
ResponderEliminarGracias
Nos hemos liado la manta a la cabeza...
ResponderEliminarboyeroesguay.blogspot.com
Esperamos vuestra inquebrantable adhesión a la confección del manifiesto contra el cine coñazo...
Pero qué bien escribes. Un besazo.
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