Antes de que “House” comenzara cada capítulo con una adivinanza, ya lo hacía “A dos metros bajo tierra” pero de forma más bestia. “A dos metros” no empezaba con un juego en el que el espectador debía averiguar quién enfermaría y acabaría en manos del Dr. House para que lo curara, sino que intentaba acertar quién moriría y acabaría en manos de la familia Fisher para que lo limpiara, arreglara, oficiara su funeral y lo incinerara. Eran buenos tiempos aunque La 2 no supiera tratar a la serie como se merecía, algo que Cuatro sí sabe hacer.
Hace tiempo que David Fisher (Michael C. Hall), el segundo de los hermanos de la familia Fisher, volvió a nuestras casas transformado en el psicópata Dexter. Comenzamos a verlo por los viejos tiempos, pero ahora lo vemos porque tiene razón mi amiga Piluca: “Dexter” es una serie estupenda. El que reapareció el domingo por la noche fue Nate Fisher (Peter Krause). Ahora se llama Nick George y es el abogado de la familia Darling en “Sexy money”, la serie que estrenó Antena 3 el domingo por la noche.
A pesar de que la serie tiene un nombre que espanta y de que la cadena se pasó el domingo sobreimpresionando en la pantalla un cartelito horrible que avisaba del estreno, le dimos una oportunidad por los viejos tiempos. Algo quedó claro: Nate no tuvo la suerte de su hermano psicópata en su nueva serie, que no deja de ser una versión actualizada de aquellos folletines norteamericanos de los ochenta (“Dallas”, “Dinastía”, “Falcon Crest”). Aun así, como no está mal hecha, vale la pena seguir echándole un ojo los próximos domingos, pero sólo hasta que regresen los nuevos capítulos de “Aída”. Entonces habrá que volver con la familia García, que no procede de “A dos metros” sino de “7 vidas”, pero también con ellos nos acordamos de los viejos tiempos.
29/9/08
CONTROL
Qué ganas tenemos de quejarnos. Criticamos que la tele se adueña de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestros niños, y va a resultar que tururú, que solo son ganas de quejarnos. Porque habrán visto que luego, cuando se lanza una bomba en forma de Encuesta de Infancia en España 2008, como ocurrió hace dos semanas, no pasa nada de nada.
Esta encuesta (hecha por varias organizaciones católicas, dicho sea de paso) nos cuenta lo malísimamente mal que le van las cosas a los niños: 350.000 chiquillos de 6 a 14 años pasan las tardes solos en casa, más de 70.000 cenan sin sus padres, el 27 por ciento (¡casi un millón!) dicen sentirse solos en casa al volver del cole, 350.000 piensan que sus padres están poco con ellos porque trabajan demasiado y 15.000 están en situación de incomunicación extrema. Coño, con este mercado potencial las teles tenían que estar haciendo su agosto aprovechándose de tanto rapacín suelto y no parece que lo estén haciendo.
Ya sabemos que el argumento que usan en estos casos las cadenas es el que les conviene: la responsabilidad de lo que ven los chavales no es suya sino de sus padres, que tienen que vigilar (sorprende lo parecida que fue aquella carta que envió a La Nueva España un pederasta diciendo que eran los padres quienes debían estar más pendientes de sus hijos para que no les pasara nada). Si los padres lo hacen (lo hacemos) tan mal como dice la encuesta del principio, ¿por qué no hay un millón de niños idiotizados en manos de la tele cada tarde? ¿Porque la tele renuncia a aprovecharse de ellos? No, claro, esto pasa porque la tele no es capaz de hacer bien su trabajo y hay un montón de chavales que cada día escapan a su maligna pretensión de control total sobre la población infantil. Así que podemos estar tranquilos y dejar de quejarnos sin motivo: la incapacidad y torpeza de la caja tonta juega a nuestro favor.
Esta encuesta (hecha por varias organizaciones católicas, dicho sea de paso) nos cuenta lo malísimamente mal que le van las cosas a los niños: 350.000 chiquillos de 6 a 14 años pasan las tardes solos en casa, más de 70.000 cenan sin sus padres, el 27 por ciento (¡casi un millón!) dicen sentirse solos en casa al volver del cole, 350.000 piensan que sus padres están poco con ellos porque trabajan demasiado y 15.000 están en situación de incomunicación extrema. Coño, con este mercado potencial las teles tenían que estar haciendo su agosto aprovechándose de tanto rapacín suelto y no parece que lo estén haciendo.
Ya sabemos que el argumento que usan en estos casos las cadenas es el que les conviene: la responsabilidad de lo que ven los chavales no es suya sino de sus padres, que tienen que vigilar (sorprende lo parecida que fue aquella carta que envió a La Nueva España un pederasta diciendo que eran los padres quienes debían estar más pendientes de sus hijos para que no les pasara nada). Si los padres lo hacen (lo hacemos) tan mal como dice la encuesta del principio, ¿por qué no hay un millón de niños idiotizados en manos de la tele cada tarde? ¿Porque la tele renuncia a aprovecharse de ellos? No, claro, esto pasa porque la tele no es capaz de hacer bien su trabajo y hay un montón de chavales que cada día escapan a su maligna pretensión de control total sobre la población infantil. Así que podemos estar tranquilos y dejar de quejarnos sin motivo: la incapacidad y torpeza de la caja tonta juega a nuestro favor.
28/9/08
OLIENDO UN REPOLLO
Comencemos por lo elemental. Si busco a actores para una película que voy a dirigir, ¿a quién elegiría? Pues a los artistas que mejor puedan interpretar el papel, ¿no? Claro. Y si busco un lugar donde comer, ¿a dónde iré? Pues al restaurante que tenga los mejores cocineros, ¿no? Obvio. Y si soy el responsable de un programa televisivo de entrevistas, ¿a qué personajes escogería entrevistar? Pues a los que tengan más cosas interesantes que decir, a los que sean mejores conversadores, a los que consigan con su charla enseñar más a los espectadores, hacerles más útil estar delante del televisor viendo la entrevista, ¿no? Sería un error escoger como intérprete de mi película a alguien sólo por ser buen cocinero o buen conversador. Sería un error acudir a un restaurante sólo porque su cocinero es buen actor o buen conversador. Y Juan Ramón Lucas comete el error en "En noches como ésta" de entrevistar a invitados sólo porque son buenos actores o buenos cocineros.
Me consta que Antonio Banderas es un magnífico actor. Me encantaría contar con él si alguna vez en mi vida hiciera una película. Supongo que Juan Mari Arzak es un magnífico cocinero. Me encantaría ir alguna vez en la vida a su restaurante. Y el pasado jueves descubrimos que ninguno de los dos destaca como gran conversador, lo cual no tiene nada de sorprendente ya que, como es obvio, ser un gran actor o un gran cocinero no garantiza realizar entrevistas que mantengan en alto el prime time de una cadena pública compitiendo con informativos, películas y "Buenafuente". Una gran entrevista no sólo necesita un gran entrevistador, también requiere de un gran entrevistado, es decir, de alguien brillante en la labor de conversar, no en la labor de actuar o de cocinar. Lo dicen los proverbios tradicionales: las rosas huelen bien, pero para hacer una sopa es preferible un repollo aunque huela peor. Y durante el "En noches como ésta" del jueves tuve la sensación de estar tomando una sopa de rosas. Y oliendo un repollo.
Me consta que Antonio Banderas es un magnífico actor. Me encantaría contar con él si alguna vez en mi vida hiciera una película. Supongo que Juan Mari Arzak es un magnífico cocinero. Me encantaría ir alguna vez en la vida a su restaurante. Y el pasado jueves descubrimos que ninguno de los dos destaca como gran conversador, lo cual no tiene nada de sorprendente ya que, como es obvio, ser un gran actor o un gran cocinero no garantiza realizar entrevistas que mantengan en alto el prime time de una cadena pública compitiendo con informativos, películas y "Buenafuente". Una gran entrevista no sólo necesita un gran entrevistador, también requiere de un gran entrevistado, es decir, de alguien brillante en la labor de conversar, no en la labor de actuar o de cocinar. Lo dicen los proverbios tradicionales: las rosas huelen bien, pero para hacer una sopa es preferible un repollo aunque huela peor. Y durante el "En noches como ésta" del jueves tuve la sensación de estar tomando una sopa de rosas. Y oliendo un repollo.
27/9/08
TELECÍNICO
Tres ideas sueltas sobre el conflicto entre Telecinco y La Sexta a cuenta de "Sé lo que hicisteis...":
1. "Sé lo que hicisteis..." es un programa judoka. El judo es un arte marcial que tiene como idea principal aprovechar la fuerza del oponente contra el mismo oponente, hasta el punto de ejercer la menor cantidad de fuerza propia y limitarse a conseguir que el adversario se vea vencido por su propio impulso. SLQH lleva toda la semana teniendo los mejores shares de su historia gracias a lo bien que ha manejado el golpe recibido desde Telecinco. Han sabido recoger la fuerza del ataque y canalizarla en su ventaja. Anteriormente, Telecinco había estrenado "Las gafas de Angelino" (¿o "de Palomino"?) y "¿XQ no te callas?" como ataque contra esa franja horaria de La Sexta. Fueron golpes muy débiles que Patricia Conde y Ángel Martín aprovecharon en escasa medida. Pero la kata que lanzó Telecinco consiguiendo en los juzgados una condena contra La Sexta fue tan potente que el resultado ha dejado a la cadena de Vasile estrellada contra el suelo y a la chavalería de "Sé lo que hicisteis..." partiéndose el culo de risa sobre el tatami.
2. Coño, Telecinco, pero si la solución contra la chulería macarrita de SLQH es muy sencilla: tomáis la señal de La Sexta y emitís vosotros mismos "Sé lo que hicisteis..." con dos minutos de demora respecto de la emisión original. Decís que es un nuevo espacio en el que vais a comentar SLQH y metéis un minuto de comentario por cada media hora de emisión. Seguro que emitiendo SLQH al mismo tiempo que La Sexta teníais más audiencia que con la porquería de "¿XQ no te callas?". A ver si el listo de Ángel Martín seguía defendiendo que es muy bueno que las cadenas se intercambien imágenes y memeces así.
3. El título de esta columna mola, ¿eh? Se me ocurrió el juego de palabras "telecinco / telecínico" y estaba claro que tenía que ir de título. Pero no quiero decir con esto que Telecinco sea un canal telecínico. O sí.
1. "Sé lo que hicisteis..." es un programa judoka. El judo es un arte marcial que tiene como idea principal aprovechar la fuerza del oponente contra el mismo oponente, hasta el punto de ejercer la menor cantidad de fuerza propia y limitarse a conseguir que el adversario se vea vencido por su propio impulso. SLQH lleva toda la semana teniendo los mejores shares de su historia gracias a lo bien que ha manejado el golpe recibido desde Telecinco. Han sabido recoger la fuerza del ataque y canalizarla en su ventaja. Anteriormente, Telecinco había estrenado "Las gafas de Angelino" (¿o "de Palomino"?) y "¿XQ no te callas?" como ataque contra esa franja horaria de La Sexta. Fueron golpes muy débiles que Patricia Conde y Ángel Martín aprovecharon en escasa medida. Pero la kata que lanzó Telecinco consiguiendo en los juzgados una condena contra La Sexta fue tan potente que el resultado ha dejado a la cadena de Vasile estrellada contra el suelo y a la chavalería de "Sé lo que hicisteis..." partiéndose el culo de risa sobre el tatami.
2. Coño, Telecinco, pero si la solución contra la chulería macarrita de SLQH es muy sencilla: tomáis la señal de La Sexta y emitís vosotros mismos "Sé lo que hicisteis..." con dos minutos de demora respecto de la emisión original. Decís que es un nuevo espacio en el que vais a comentar SLQH y metéis un minuto de comentario por cada media hora de emisión. Seguro que emitiendo SLQH al mismo tiempo que La Sexta teníais más audiencia que con la porquería de "¿XQ no te callas?". A ver si el listo de Ángel Martín seguía defendiendo que es muy bueno que las cadenas se intercambien imágenes y memeces así.
3. El título de esta columna mola, ¿eh? Se me ocurrió el juego de palabras "telecinco / telecínico" y estaba claro que tenía que ir de título. Pero no quiero decir con esto que Telecinco sea un canal telecínico. O sí.
26/9/08
PEQUEÑO BIG BANG
Lo del microagujero negro pase, pero no parece que corramos peligro de que en el LHC (Gran Colisionador de Hadrones) se produzca, como algunos dicen, un “pequeño Big Bang”. Y no porque esté averiado, que eso se arregla, sino porque iba a resultar imposible dar con la medida de una explosión que fuera a la vez lo suficientemente pequeña y lo suficientemente grande como para merecer tal nombre. A no ser, claro, que contrataran a los responsables de “Éstas no son las noticias”. En este programa les gustan las cosas imposibles y se han inventado el ‘late night’ que ni se emite por la noche ni mucho menos tarde. Han cogido el espacio “La noche Hache”, lo han refundado sin Eva Hache y lo han emitido antes de la hora de cenar. Los espectadores quedamos descolocados, pero peor lo tiene Iñaki Gabilondo que no sólo tiene que cargar con la credibilidad que confiere dar las noticias en la misma cadena en que trabaja Iker Jiménez, ahora además debe hacerlo entre dos programas de humor: a un lado éste y al otro “El hormiguero”.
Porque “Éstas no son las noticias” es un programa de humor y bien hecho. Tiene el valor de recuperar a mejor hora el equipo y las maneras de “La noche Hache”, de lo que se agradece especialmente que se mantenga a Quequé y muy especialmente al imprescindible Javier Coronas. La pena es que hayan dado trabajo a los cuatro bocazas que hacían las risas para Los Morancos y nos pongan de los nervios con esas carcajadas estrepitosas que nos hacen creer que de un momento a otro alguien va a gritar “¡Joshuaaa!”. Ah, sí, y esa cansina voz en off empeñada en mantener la molesta entonación que puso de moda “Aquí hay tomate” y que dejó de resultar simpática hace muchos años. Puliendo algunos detalles así, “Estas no son las noticias” incluso podrían optar a ser el primer ‘late night’ de la historia que se emitiera en ‘prime time’: un pequeño Bang para un programa, un Big Bang para la humanidad.
Porque “Éstas no son las noticias” es un programa de humor y bien hecho. Tiene el valor de recuperar a mejor hora el equipo y las maneras de “La noche Hache”, de lo que se agradece especialmente que se mantenga a Quequé y muy especialmente al imprescindible Javier Coronas. La pena es que hayan dado trabajo a los cuatro bocazas que hacían las risas para Los Morancos y nos pongan de los nervios con esas carcajadas estrepitosas que nos hacen creer que de un momento a otro alguien va a gritar “¡Joshuaaa!”. Ah, sí, y esa cansina voz en off empeñada en mantener la molesta entonación que puso de moda “Aquí hay tomate” y que dejó de resultar simpática hace muchos años. Puliendo algunos detalles así, “Estas no son las noticias” incluso podrían optar a ser el primer ‘late night’ de la historia que se emitiera en ‘prime time’: un pequeño Bang para un programa, un Big Bang para la humanidad.
25/9/08
Y DICEN QUE ESTO ES FÁCIL
En el minuto 2:35 se explica todo
Hay quien acusa a Buenafuente de no haber inventado nada. Se limitó, dicen, a copiar el modo de hacer ‘late night’ que Pepe Navarro se había limitado a copiar de los norteamericanos. Pues no: lo importante no es si copia sino si lo hace bien o mal. Y lo hace endemoniadamente bien. Sólo un tipo muy seguro de sí mismo puede permitirse la osadía de celebrar las 500 emisiones de su programa enfrentándose a ciegas a una emisión en directo preparada íntegramente por su equipo a sus espaldas. Vamos, como aquello que hacía hace años entrevistando con una venda en los ojos a los invitados que le traía José Corbacho sin previo aviso, pero a lo bestia. ¿Cuál es su secreto para atreverse a tanto y que le salga tan bien?
La emisión 500 del pasado lunes fue especial. En un momento de confidencias, Buenafuente contó que intentaba seguir las dos máximas con las que Johnny Carson resumía todo lo que sabía. El que fue rey del género durante 30 años en su “The Tonight Show” decía que hablar de comedia es muy aburrido (hay que hacerla y punto) y añadía que todo tiene que parecer fácil. Ése es el secreto.
Que en un día haya logrado llamadas de felicitación de Tita Cervera, Jordi Pujol, Julio Iglesias y Alejandro Sanz, que fuera nombrado en directo vicepresidente de la cadena por el presidente (que además le cantó una canción al piano), que fuera capaz de improvisar un monólogo o de inventarse un poema supuestamente compuesto por Bin Laden (entre otras muchas barbaridades) no es lo que hizo especial la celebración. Lo importante es que esa noche, como las 499 anteriores, no nos aburrió hablando de comedia sino que nos divirtió haciéndola, hizo que todo pareciera fácil y remató aplicando dos máximas de regalo: ten un equipo cojonudo y haz que dé la impresión de que formáis un grupo de amiguetes muertos de risa pasándoselo de miedo. Claro: así sí que parece fácil cualquier cosa.
24/9/08
VALIENTE LEÑA
Mercedes Milá, que habla de “Gran hermano” como si le diera de comer, dice que ella nunca entraría en el programa porque para exponerse así hay que ser muy valiente. Siguiendo ese razonamiento, podemos suponer que nunca veremos a Milá en “¡Mira quién baila!” porque para exponerse así también hay que ser muy valiente. La verdad es que ahora mismo no sé si quedarme con la valentía de esos chavaletes de “Gran hermano” que nos aturdirán con sus bobadas durante unos cuantos meses, o con la valentía de esos famosetes que nos aturdirán con sus bailes antediluvianos durante unas cuantas semanas. Ya lo tengo. Me quedo con la valentía de los comentaristas de TVE que nos aturdieron en la Copa Davis de tenis.
Nadal no gana 800 euros al mes, como esos jóvenes que según la Gran Demagoga Milá no pueden evitar la tentación de hacer tonterías por dinero. Nadal, a diferencia de Ana Obregón o José Ortega Cano, tampoco produce vergüenza ajena mientras se gana la vida a raquetazos. Pero que Nadal no sea un joven escaso de pasta o un patético ex-torero no justifica que los comentaristas encargados de narrar sus hazañas caigan en el patrioterismo más cutre y casposo. Al parecer, los comentaristas deportivos deben mantener las formas mientras se trate de un partido de fútbol entre dos equipos españoles, o un partido de tenis entre dos tenistas españoles, o una carrera de 1.500 metros en la que sólo participan atletas españoles. Pero con la selección española de fútbol ya vale todo. Y con el equipo de Copa Davis. Y en un Mundial de atletismo (¿se acuerdan de “Leña al moro”, aquél titular a toda página de un diario deportivo que apuntaba al maravilloso atleta marroquí El Guerrouj?). Aprovechando que la semifinal de la Copa Davis se jugaba en una plaza de toros, nuestros españolísimos comentaristas se empeñaron en torturarnos con símiles taurinos durante tres largos días. Jugaban españoles contra yanquis, así que valía todo. Leña.
Partido Nadal-Roddick. Nadal gana el segundo set 6-0. Los comentaristas están lanzados: “Que salgan los cabestros y se lo lleven por la puerta de arrastre”. Se referían a Roddick. Es sólo un ejemplo entre cientos. Qué valientes, nuestros comentaristas. Quizá los veamos en la próxima edición de “Gran Hermano” o “¡Mira quién baila!”.
Nadal no gana 800 euros al mes, como esos jóvenes que según la Gran Demagoga Milá no pueden evitar la tentación de hacer tonterías por dinero. Nadal, a diferencia de Ana Obregón o José Ortega Cano, tampoco produce vergüenza ajena mientras se gana la vida a raquetazos. Pero que Nadal no sea un joven escaso de pasta o un patético ex-torero no justifica que los comentaristas encargados de narrar sus hazañas caigan en el patrioterismo más cutre y casposo. Al parecer, los comentaristas deportivos deben mantener las formas mientras se trate de un partido de fútbol entre dos equipos españoles, o un partido de tenis entre dos tenistas españoles, o una carrera de 1.500 metros en la que sólo participan atletas españoles. Pero con la selección española de fútbol ya vale todo. Y con el equipo de Copa Davis. Y en un Mundial de atletismo (¿se acuerdan de “Leña al moro”, aquél titular a toda página de un diario deportivo que apuntaba al maravilloso atleta marroquí El Guerrouj?). Aprovechando que la semifinal de la Copa Davis se jugaba en una plaza de toros, nuestros españolísimos comentaristas se empeñaron en torturarnos con símiles taurinos durante tres largos días. Jugaban españoles contra yanquis, así que valía todo. Leña.
Partido Nadal-Roddick. Nadal gana el segundo set 6-0. Los comentaristas están lanzados: “Que salgan los cabestros y se lo lleven por la puerta de arrastre”. Se referían a Roddick. Es sólo un ejemplo entre cientos. Qué valientes, nuestros comentaristas. Quizá los veamos en la próxima edición de “Gran Hermano” o “¡Mira quién baila!”.
23/9/08
BRITISH HUMOUR
No es el sketch más ácido, pero es uno de los más deliciosos. Katy Brand imitando a Mariah Carey con el tema "Conozco una canción que te pondrá de los nervios".
Rápido, hay que conducir urgentemente una investigación para averiguar qué pelotas pasa en el Reino Unido para que produzcan sin parar programas de humor devastador. ¿Esos desayunos a base de mojar pollo tikka masala en el colacao incorporan algún alucinógeno desconocido que es también responsable de los bailes de las canciones de las películas de Bollywood? ¿Es una formación reactiva por haber sido la cuna del glam rock y contar con Gary Glitter como hijo predilecto? ¿La explicación está en la disciplina inglesa, en la reina madre, en los tabloides que reproducen los testimonios de habitantes de Spennymoor secuestrados por extraterrestres parecidos a Amy Winehouse? Todavía estábamos recuperando la sensiblidad en las mandíbulas, levantándonos del suelo con agujetas en el adbomen, tras la última temporada de "Little Britain" disfrutada en Canal+ cuando el sábado pasado conectamos la cadena de pago y el descodificador nos arreó otro sopapo británico de humor exageradamente ácido que nos empotró en la pared. Se llama "El show de Katy Brand" y es tan corrosivo que hasta huele.
Hubo un tiempo en que el sintagma "humor inglés" era sinónimo de "humor sutil". Ja, ja, qué risa. Desde hace algún que otro lustro el humor inglés es sencillamente sinónimo del humor más pasado de tuerca que imaginarse pueda, la mezcla a partes iguales de una crisis maníaca y la venganza tardía contra Margaret Thatcher. Se trata de calentar el horno hasta que arda, de soplar el globo hasta que reviente, de apretar el acelerador hasta que la aguja señale el cartelito "¿está usted loco?" mientras el conductor ríe con una risa que simula ser ironía fingida haciendo como que es sarcasmo disfrazado de parodia. Es urgente, créanme, hay que saber qué pelotas pasa en el Reino Unido para que sean el único país de la Confederación Galáctica que hace este tipo de programas. Hay que averiguarlo, extraer la clave del pollo indio, del rock hortera o de la prensa amarilla, y después fumigar toda España con ese principio activo.
22/9/08
"CRÍTICAS A GRAN HERMANO" 10
La espera ha terminado. Una vez más llegan a las páginas de su blog favorito las "Críticas a Gran Hermano" y en esta ocasión, para celebrar que estamos ante la décima edición, vamos a hacer un despliegue completamente histórico de innovaciones y cambios en la forma en como criticaremos al programa decano de la telebasura, al símbolo por excelencia de la decadencia de la televisión que ha marcado el nuevo milenio. Nuestros lectores saben que año tras año los comentarios a "Gran Hermano" que hacíamos desde estas "625 ranas" han ido incorporando un montón de sorpresas, de elementos inesperados, un montón de ideas ingeniosas que han convertido nuestras entradas dedicadas al programa de Mercedes Milá en las críticas favoritas de los amantes de la crítica televisiva. Pero en esta ocasión la cantidad de novedades que tenemos preparada es tan grande que no habrá ni un sólo lector que no quede boquiabierto ante la nueva edición de las "Críticas a Gran Hermano". No se las pueden perder.
Denostadas hasta la náusea por unos, alabadas hasta el fanatismo por otros, las "Críticas a Gran Hermano" se han convertido en uno de los formatos de crítica televisiva más populares en la prensa mundial, y raro es el país que no tenga a varios de sus críticos más importantes trabajando en este subgénero. A pesar de todas las críticas a las "Críticas a Gran Hermano", nosotros seguimos afirmando que nuestra única intención es hacer pasar un rato entretenido a nuestros lectores mostrando en directo, según se nos van ocurriendo, las vilezas de un programa que sigue afirmando que su única intención es hacer pasar un rato entrenido a sus espectadores mostrando en directo, según les va ocurriendo, la vida de un montón de tipos curiosos encerrados en una casa. No queremos desvelar todavía todas las novedades que escribiremos en esta edición para mantener el suspense en nuestros lectores, pero les garantizamos que los cambios en las "Críticas a Gran Hermano" 10 estarán a la altura de los cambios en "Gran Hermano" 10. Y si no, al tiempo.
Denostadas hasta la náusea por unos, alabadas hasta el fanatismo por otros, las "Críticas a Gran Hermano" se han convertido en uno de los formatos de crítica televisiva más populares en la prensa mundial, y raro es el país que no tenga a varios de sus críticos más importantes trabajando en este subgénero. A pesar de todas las críticas a las "Críticas a Gran Hermano", nosotros seguimos afirmando que nuestra única intención es hacer pasar un rato entretenido a nuestros lectores mostrando en directo, según se nos van ocurriendo, las vilezas de un programa que sigue afirmando que su única intención es hacer pasar un rato entrenido a sus espectadores mostrando en directo, según les va ocurriendo, la vida de un montón de tipos curiosos encerrados en una casa. No queremos desvelar todavía todas las novedades que escribiremos en esta edición para mantener el suspense en nuestros lectores, pero les garantizamos que los cambios en las "Críticas a Gran Hermano" 10 estarán a la altura de los cambios en "Gran Hermano" 10. Y si no, al tiempo.
SHE AND THE FARMER
La asturiana Luján Argüelles comenzó en la TPA presentando el concurso “Asturias en 25”. Ahora presenta a diario en Cuatro “Password” y el viernes hizo doblete estrenando un reality (“Granjero busca esposa”) que adapta el formato internacional “Farmer wants a wife”. Corre el peligro de caer por la misma pendiente por la que cayó Paula Vázquez, pero de momento parece más la presentadora de la edición rural de “Muchoviaje.com” en versión alcahueta.
Los 10 granjeros que buscan esposa en esta revisión audiovisual de “Caravana de mujeres” no facilitan su búsqueda de mujeres dispuestas a participar. Serán muy bucólicos los toros, pimientos, gallinas, calabazas, cerdos, remolachas, cabras, girasoles, burros, tractores, olivos, ovejas, vides, perros, tomates y gansos, pero todos los granjeros dicen buscar una mujer que los ayude en un trabajo que dura de sol a sol todos los días de la semana. Si aun así hay interesadas tendrán que escoger entre el que afirma “Si sé cuidar a los halcones, también sabría cuidar a una mujer”, el que sostiene “El amor es como el vino”, el que dice “Puedo compaginar la cría de chotos con las mujeres” y el que pretende irse a vivir con su señora a un corral donde guarda las ovejas en invierno. Que les vaya bonito.
21/9/08
TELECINCO SA
Tanto si están las cosas bien como si están mal, es mucho mejor ser un banco que ser un vulgar ser humano. Eso ya lo sabíamos todos, pero estos días (que no están las cosas mal, sino muy mal) los telediarios no hacen más que recordárnoslo mostrando cómo el Estado socializa las pérdidas. La novedad está en que el viernes aprendimos que también es mejor ser una cadena de televisión que una persona de carne y hueso.
A las personas de carne y hueso las puedes vigilar, perseguir, montar guardia ante sus casas, meter una cámara por el cogote cada vez que pisan la calle, acosarlas con preguntas impertinentes, hacer montajes humillantes con sus imágenes y hacerles la vida imposible. A las cadenas de televisión ni de coña. En La Sexta, los de “Sé lo que hicisteis” estaban viviendo de los programas del corazón tratándolos igual que éstos tratan a los personajes de los que viven. Era una dulce venganza que los espectadores podíamos seguir a diario para ver cómo los villanos probaban su propia medicina. Ahora un juez dice que no pueden seguir haciéndolo y le da igual que en “SLQH” roben imágenes a los malos para dárselas a los pobres, o que el que acosa a un acosador tenga mil años de perdón.
El hecho de que Telecinco haya ido a los tribunales para librarse de “SLQH” demuestra dos cosas. Uno: que los de La Sexta estaban haciendo bien su trabajo pinchando donde más duele. Y dos: que la calle es un espacio público en el que un ciudadano no es dueño de sí mismo y está a merced de la tele, mientras que el espacio radioeléctrico que lo inunda todo no es un espacio público y las teles no están a merced de nadie. Corolario: quien quiera dejar de ser perseguido por los programas de Telecinco que se deje de quejar, se dé de alta como empresa y vaya a poner la correspondiente denuncia ante el mismo juez que acaba de darle la razón a Telecinco SA.
A las personas de carne y hueso las puedes vigilar, perseguir, montar guardia ante sus casas, meter una cámara por el cogote cada vez que pisan la calle, acosarlas con preguntas impertinentes, hacer montajes humillantes con sus imágenes y hacerles la vida imposible. A las cadenas de televisión ni de coña. En La Sexta, los de “Sé lo que hicisteis” estaban viviendo de los programas del corazón tratándolos igual que éstos tratan a los personajes de los que viven. Era una dulce venganza que los espectadores podíamos seguir a diario para ver cómo los villanos probaban su propia medicina. Ahora un juez dice que no pueden seguir haciéndolo y le da igual que en “SLQH” roben imágenes a los malos para dárselas a los pobres, o que el que acosa a un acosador tenga mil años de perdón.
El hecho de que Telecinco haya ido a los tribunales para librarse de “SLQH” demuestra dos cosas. Uno: que los de La Sexta estaban haciendo bien su trabajo pinchando donde más duele. Y dos: que la calle es un espacio público en el que un ciudadano no es dueño de sí mismo y está a merced de la tele, mientras que el espacio radioeléctrico que lo inunda todo no es un espacio público y las teles no están a merced de nadie. Corolario: quien quiera dejar de ser perseguido por los programas de Telecinco que se deje de quejar, se dé de alta como empresa y vaya a poner la correspondiente denuncia ante el mismo juez que acaba de darle la razón a Telecinco SA.
20/9/08
ENSEÑA Y CUENTA
Si nadie dice nada es como si no existiera
Una vez a la semana, en la Escuela Elemental de Springfield se realiza la actividad “Enseña y cuenta”. Los niños llevan algo a clase y hablan sobre ello a los demás. La señorita Krabappel supervisa la actividad. Milhouse lleva un caballo de juguete, Martin una gran geoda, Nelson una lata de tomate y Bart Simpson una pistola láser de la Armada y a su perro Ayudante de Santa Claus. A Krabappel le vale todo: una peligrosa pistola láser o una anodina lata de la que Nelson cuenta cada semana que contuvo tomates frescos triturados, agua, sal y benzoato sódico como elemento conservante.
A diario la televisión realiza el “Enseña y cuenta”. Las cadenas llevan algo a la pantalla y hablan sobre ello a los demás. La Krabappel de cada país tiene sus criterios respecto a lo que se puede enseñar (y contar) y lo que no, así que no siempre vale todo como en Springfield. Por ejemplo, en el Reino Unido tienen un órgano regulador de la publicidad que acaba de prohibir unos anuncios de un videojuego por incluir “violencia brutal y gráfica”, y unos anuncios de una famosa crema antiarrugas por resultar engañosos, que es la forma elegante de decir que mienten. Aquí tenemos la Subdirección General de Medios Audiovisuales del Ministerio de Industria. Acaba de negarle a unos anuncios de Amnistía Internacional un certificado que permitiría que, por interés público, se emitiera por la tele sin coste la campaña “Si nadie dice nada es como si no existiera”. Es la tercera vez que AI (“única organización internacional declarada de utilidad pública en España cuyos spots no son considerados de ‘interés público’”) se encuentra con problemas de este tipo en los últimos cinco años en España.
La señorita Krabappel necesita afinar sus criterios. O tal vez baste con que Nelson sustituya su trillada lata de tomate por los anuncios de AI y cuente lo que pasa. Es que si nadie dice nada es como si no existiera. Por eso lo enseñamos y contamos aquí.
19/9/08
TELECINCO, PLATÓN Y AZNAR
Telecinco se pasa la tarde haciendo abdominales. Sin parar. Muchos más que Aznar. Aznar hace dos mil abdominales al día; a un par de segundos por abdominal salen unos 70 minutos escasos dándole al alma concupiscible. Vaya birria. Telecinco se pasa estirando y arrugando el vientre desde las tres y media de la tarde hasta las ocho y cuarto de la noche. Casi cinco horas, tiempo suficiente para que Aznar hiciera nueve mil abdominales.
¿No entienden nada? Yo, si fuera ustedes, tampoco. Pero si recordamos a Platón todo se aclara. Dejó dicho el autor de "La República" que existen tres almas en el ser humano, cada una con diferentes funciones y localizada en diferentes partes del cuerpo. El alma racional se encuentra en la cabeza y nos faculta para el conocimiento. El alma irascible se aloja en el pecho y es la responsable de la fortaleza. Y el alma concupiscible ocupa el abdomen, -esa parte del cuerpo que a Aznar y a Telecinco tanto les gusta ejercitar-, y se dedica a los placeres sensibles, a los apetitos de la carne, la comida y la riqueza. Entendiéndolo en las dos direcciones posibles: cada vez que se ejercita el abdomen se evocan por contigüidad las pasiones ventrales y bajoventrales -Aznar-, o bien cada vez que uno se ocupa de las servidumbres carnales más inmediatas se ejercitan por contagio los músculos rectos, oblicuos y transversos del abdomen -Telecinco-.
"XQ no te callas", "Mujeres y hombres y viceversa", "Yo soy Bea" y "Está pasando" componen una tabla gimnástica desequilibrada, agotadora y monótona. A Aznar también le describen estos tres adjetivos. El exceso de abdominales y de contenidos rosas en televisión parecen estar relacionados a la luz de la concepción platónica del alma. En ambos casos el resultado es el mismo: el deseo de que llegue rápido la noche y podamos perder de vista a Carolina Cerezuela, a Eugeni Alemany, a Emma García, a Patricia Montero, a Lucía Riaño, a Emilio Pineda y a un José María Aznar musculado.
¿No entienden nada? Yo, si fuera ustedes, tampoco. Pero si recordamos a Platón todo se aclara. Dejó dicho el autor de "La República" que existen tres almas en el ser humano, cada una con diferentes funciones y localizada en diferentes partes del cuerpo. El alma racional se encuentra en la cabeza y nos faculta para el conocimiento. El alma irascible se aloja en el pecho y es la responsable de la fortaleza. Y el alma concupiscible ocupa el abdomen, -esa parte del cuerpo que a Aznar y a Telecinco tanto les gusta ejercitar-, y se dedica a los placeres sensibles, a los apetitos de la carne, la comida y la riqueza. Entendiéndolo en las dos direcciones posibles: cada vez que se ejercita el abdomen se evocan por contigüidad las pasiones ventrales y bajoventrales -Aznar-, o bien cada vez que uno se ocupa de las servidumbres carnales más inmediatas se ejercitan por contagio los músculos rectos, oblicuos y transversos del abdomen -Telecinco-.
"XQ no te callas", "Mujeres y hombres y viceversa", "Yo soy Bea" y "Está pasando" componen una tabla gimnástica desequilibrada, agotadora y monótona. A Aznar también le describen estos tres adjetivos. El exceso de abdominales y de contenidos rosas en televisión parecen estar relacionados a la luz de la concepción platónica del alma. En ambos casos el resultado es el mismo: el deseo de que llegue rápido la noche y podamos perder de vista a Carolina Cerezuela, a Eugeni Alemany, a Emma García, a Patricia Montero, a Lucía Riaño, a Emilio Pineda y a un José María Aznar musculado.
18/9/08
DESCRIBIR Y PRESCRIBIR
La clave de la hipnosis es que simula estar describiendo lo que en verdad está prescribiendo. Se sienta a la persona que va a ser hipnotizada en un ambiente relajante, de luces suaves y sonidos atenuados, y cuando se encuentra tranquilo y cómodo dentro de la situación se le comienzan a dar instrucciones acerca de cómo debe comportarse, instrucciones que adoptan el disfraz de afirmaciones acerca de cómo se está comportando ya. "Ahora, por mucho que lo intentes, no puedes levantar el brazo del sillón", "se te ha olvidado el número seis", "sientes frío, nunca has sentido tanto frío, tiritas de frío", son frases en modo imperativo que fingen estar escritas en modo indicativo. Y un pequeño porcentaje de las personas hipnotizadas obedece las órdenes que está recibiendo sin sentir que está recibiendo órdenes, cumple voluntariamente lo que la situación le está demandando sintiendo que ocurren en él ciertos fenómenos objetivos involuntarios.
La televisión es hipnótica. Utiliza la misma trampa de fingir describir lo que en realidad prescribe. "No es programa para viejos", esa basura que ya lleva dos entregas en Antena 3, se presenta ante la hipnotizada audiencia adolescente como un retrato de la juventud, como un programa que se limita a dejar que los jóvenes hablen con toda confianza de las cuestiones que les interesan. Pero es mentira, es la maldita mentira que siempre practica Patricia Gaztañaga. "No es programa para viejos", con su sesgada selección de temas de debate, con su interesado énfasis en testimonios extremos que despierten el escándalo y la discusión, con las previsibles reacciones de aprobación o desaprobación de los chavales que merodean por el plató, describe tanto la realidad de los adolescentes seleccionados para formar parte del espectáculo como prescribe a los jóvenes espectadores que están en sus casas cuál ha de ser su conducta. Y Antena 3 debe asumir esa responsabilidad, la de practicar la hipnosis circense de finales del siglo XIX sobre el sector más influenciable de la población en la televisión de comienzos del siglo XXI.
La televisión es hipnótica. Utiliza la misma trampa de fingir describir lo que en realidad prescribe. "No es programa para viejos", esa basura que ya lleva dos entregas en Antena 3, se presenta ante la hipnotizada audiencia adolescente como un retrato de la juventud, como un programa que se limita a dejar que los jóvenes hablen con toda confianza de las cuestiones que les interesan. Pero es mentira, es la maldita mentira que siempre practica Patricia Gaztañaga. "No es programa para viejos", con su sesgada selección de temas de debate, con su interesado énfasis en testimonios extremos que despierten el escándalo y la discusión, con las previsibles reacciones de aprobación o desaprobación de los chavales que merodean por el plató, describe tanto la realidad de los adolescentes seleccionados para formar parte del espectáculo como prescribe a los jóvenes espectadores que están en sus casas cuál ha de ser su conducta. Y Antena 3 debe asumir esa responsabilidad, la de practicar la hipnosis circense de finales del siglo XIX sobre el sector más influenciable de la población en la televisión de comienzos del siglo XXI.
17/9/08
LA MANO (IN)VISIBLE
El programa “Tengo una pregunta para usted” (TVE-1) se inspira en las teorías del filósofo escocés Adam Smith, que decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado produce, gracias a una “mano invisible”, el bienestar general de la sociedad. Así, la combinación de los intereses personales de los ciudadanos elegidos para preguntar, la propiedad del formato televisivo por parte de la televisión pública y la competencia entre políticos-vendedores en el mercado televisivo conduciría también al bienestar e información de los espectadores. ¿Es así?
No exactamente. Los ciudadanos elegidos para preguntar parten de sus intereses personales, por eso el pasado lunes Gallardón tuvo que responder a ciudadanos que se dirigían a él “como joven”, “como mujer” o “como bilbaína”, y escuchamos hablar de “mi” pensión o de la falta de polideportivos en la Manga del Mar Menor. Pero otros intereses personales iban por el lado del espectáculo, y buscaban la gloria efímera de la pregunta de la que todo el mundo habla durante un par de días: ocurrió con el precio de un café y ocurrirá con el cigarrillo del joven que se definió como “ateo político”. La televisión pública dirige “Tengo una pregunta para usted” con mano no precisamente invisible, y tiene buen cuidado a la hora de elegir a los políticos (o seleccionadores de fútbol) que se someten a las preguntas de cien ciudadanos, y el día de emisión (mejor competir contra “Física o química” que contra un partido de la Liga de Campeones). Y, por fin, Gallardón y todos los políticos saben que están vendiendo un producto y, como buenos academicistas, creen que lo importante no es lo que se pinta, sino pintarlo bien. Se equivocan, pero el mercado funciona así. Luego no se equivocan.
Gallardón tardó unos segundos en recordar que tenía que sacar el boli de su chaqueta y sostenerlo con la mano derecha. Se dirigía a los ciudadanos por su nombre. Fue educado, simpático, y respondió a las preguntas tal y como está escrito en el manual del buen político en el mercado. Como dice el director de cine Ridley Scott, a veces en el diseño está lo que se quiere decir. El diseño de Gallardón fue elocuente, pero no sé si convenció a la mano visible que controla el mando a distancia y, a veces, vota.
16/9/08
QUIERO CACA
Puede que se atribuya falsamente esta cita a Martin Heidegger, pero aquí nos viene como anillo al dedo: “Muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y todo el bullicio de las relaciones humanas”. Resulta desconcertante tanta claridad en boca de este filósofo alemán filonazi que dedicó su vida a construir una jerga que evitara que le entendiera alguien. Pero anuncia justo lo que está pasando: la tele se está adueñando de nuestras vidas haciendo de cualquiera de sus aspectos un programa de televisión.
Al principio eran televisivos sólo los grandes momentos: bodas, entierros o nacimientos, y más si se trataba de la realeza. Hoy hemos avanzado mucho y en La Sexta han dado estos días otro paso más en esa dirección. Gracias a ella disponemos los domingos por la noche de un programa (“De patitas en la calle”) en el que podemos ver por la tele esa etapa vital en la que los hijos se independizan de sus padres y tienen que ganarse la vida sin que nadie se lo dé todo hecho. O sea, un aburrimiento. Y da igual que Carolina Ferre, su presentadora, sonría todo el rato y ponga cara de emoción: ver hacer la cama o las compras es una plasta, así que el programa sólo confirma que todos, los niños consentidos de 25 años los primeros, somos tan vagos como nos permiten las circunstancias.
Ahora nos falta esperar a que el pronóstico de Heidegger siga cumpliéndose, la tele siga recorriendo el bullicio de las relaciones humanas y surjan realities como “Ésta por mamá y ésta por papá” (sobre el paso de los bebés del biberón a la cuchara), “Aúpa leré” (sobre los primeros pasos y los primeros tropiezos de los niños), “Quiero pis” (sobre el inicio del control de esfínteres), “Quiero caca” (la segunda parte de “Quiero pis” tras su gran éxito de audiencia) y tantos y tantos que acabarán rubricando la influencia soberana de la tele y las demás pantallas sobre nuestras mediatizadas vidas.
15/9/08
TABLA DE CONTRARIOS
Mal, muy mal. Mira tú que confundir el Sol con la Luna. TVE está atentando contra uno de los pilares de la tele y la civilización entera. Vamos a ver, el Sol es el día y la Luna es la noche, ¿no? Eso está clarísimo desde los pitagóricos. La noche es el terreno de la imaginación, el momento de los análisis superficiales, los debates a gritos, la diversión con programas ligeros que no obliguen a pensar, las tinieblas, el movimiento, la multiplicidad. Mientras que el día es el terreno del entendimiento, las cosas serias y sesudas, tan aburridas ellas, tan estáticas, tan cuadradas. Así que si “La noche temática” (sábados por la noche en La 2) quiere emitir un programa dedicado a las medicinas alternativas y otro a los extraterrestres, como hizo las dos últimas semanas, que se limite a hacer un espacio nocturno que es lo que toca.
Lo que no puede ser es que por la noche emitan reportajes serios, repletos de datos contrastados y den la palabra a especialistas en vez de a charlatanes. Por favor, señores, que esto no es un programa diurno, que para eso ya emiten “La aventura del saber” a media mañana cuando no ve la tele nadie. Pues ni caso. Hablan de medicinas alternativas y explican cómo las investigaciones serias demuestran que la acupuntura es sólo placebo. Hablan de extraterrestres y aquello es un desfile de biólogos, físicos, paleontólogos y astrónomos de primera línea poniendo los puntos sobre las íes: “Cuando vemos esos alienígenas con dos ojos, nariz y boca comprendemos que no pueden ser alienígenas, tienen que haberse desarrollado en la Tierra y compartir con nosotros un antepasado común, igual que ocurre con los animales que estamos acostumbrados a ver a nuestro alrededor y tienen cara”.
¡Por favor! Ya sólo faltaba que “Cuarto milenio” abandonara su horario nocturno de máxima audiencia y se convirtiera en una sección de una magacín matinal para que la tabla de contrarios pitagórica, luz/oscuridad, masculino/femenino, bueno/malo, se fuera a freír churros para siempre.
Lo que no puede ser es que por la noche emitan reportajes serios, repletos de datos contrastados y den la palabra a especialistas en vez de a charlatanes. Por favor, señores, que esto no es un programa diurno, que para eso ya emiten “La aventura del saber” a media mañana cuando no ve la tele nadie. Pues ni caso. Hablan de medicinas alternativas y explican cómo las investigaciones serias demuestran que la acupuntura es sólo placebo. Hablan de extraterrestres y aquello es un desfile de biólogos, físicos, paleontólogos y astrónomos de primera línea poniendo los puntos sobre las íes: “Cuando vemos esos alienígenas con dos ojos, nariz y boca comprendemos que no pueden ser alienígenas, tienen que haberse desarrollado en la Tierra y compartir con nosotros un antepasado común, igual que ocurre con los animales que estamos acostumbrados a ver a nuestro alrededor y tienen cara”.
¡Por favor! Ya sólo faltaba que “Cuarto milenio” abandonara su horario nocturno de máxima audiencia y se convirtiera en una sección de una magacín matinal para que la tabla de contrarios pitagórica, luz/oscuridad, masculino/femenino, bueno/malo, se fuera a freír churros para siempre.
14/9/08
SABEAMIXTA
El acelerador de partículas ése que han montado cerca de Ginebra es una tapadera. Aunque se encuentra enterrado a 100 metros de profundidad no es más que una pantalla para distraer la atención respecto del verdadero gran experimento científico que se está llevando a cabo 100 kilómetros más abajo, en las mismas entrañas del planeta, en donde se ha construido un Acelerador de Spots Publicitarios (ASP). Si el tubito del LHC tiene un diámetro de 27 km, el del ASP alcanza 270 km por donde circularán haces de anuncios televisivos a velocidades cercanas al 99% de la velocidad de Youtube, que chocarán entre sí, se descompondrán, y permitirán responder a un sinfín de cuestiones que tiene planteada la física televisiva actual.
El verdadero misterio al que se enfrenta la humanidad no tiene que ver con los componentes últimos de la materia o las condiciones que rodearon el origen del universo. El verdadero misterio al que nos enfrentamos es el posible significado de la campaña publicitaria de la cerveza Mixta, -"sabeamixta"-. Y son éstos justamente los spots elegidos para poner en marcha el Acelerador. Pronto se lanzarán en sentidos opuestos los anuncios del "barrendero peluquero" y los de "tú lo que estás viendo es un cerdo volando" para que colisionen produciendo cantidades elevadísimas de energía y el registro de las partículas últimas que componen esta campaña publicitaria. Los científicos más optimistas creen que se podrán recrear las condiciones en las que estaban las mentes de los publicistas en el momento inicial del diseño de estos anuncios.
No faltan, por supuesto, los investigadores que creen que un estudio de este tipo provocará un cataclismo planetario al generar agujeros negros que devoren instantáneamente toda la programación televisiva. No obstante, la mayoría de la comunidad científica se inclina a creer que tales singularidades serían insignificantes, no mayores que los microagujeros negros que se generan en el cerebro de los espectadores cada vez que oyen "sabeamixta".
13/9/08
SÍNDROME POSTBERTO
La última dosis
El síndrome postvacacional no sé, pero el síndrome postBerto puedo jurarles que es uno de los trastornos médico-existenciales más graves que puede llegar a sufrir a lo largo de su vida un fanático de la televisión. Su sintomatología es parecida a la del síndrome postvacacional, pero sumada a la del síndrome premenstrual, multiplicada por la del síndrome de las piernas inquietas, y elevada a la potencia del síndrome de abstinencia al tabaco. Si un veraneante aquejado del síndrome postvacacional puede sentirse desanimado cuando vuelve al trabajo, un friki de la Bertovisión que comprueba que el mejor programa de la historia de la televisión veraniega se ha terminado puede ser incapaz de reunir el átomo de fuerza necesario para apretar el botón del mando a distancia que le saque de La Sexta. Si una mujer que se encuentra durante esas dos o tres semanillas previas a la menstruación puede sentirse irritada ante pequeñas frustraciones, un aficionado a los talkshows es posible que se descubra el próximo lunes por la noche con un martillo en la mano y los restos del plasma que le costó 4600 euros salpicando cada esquina de la salita. Si un paciente aquejado del síndrome de las piernas inquietas puede pasar algunas noches en blanco ante las sacudidas de sus extremidades inferiores, un coleccionista de los mejores monólogos del mejor monologista que ha surgido desde el tito Andréu puede poner la tele el lunes y sufrir una pataleta tal que irrumpa en el piso de abajo tras pasarse varias horas dando patadas desconsoladas al suelo. Si un fumador que abandona el tabaco puede sentir ansiedad durante los primeros días, yo ya empiezo a notar los síntomas de un ataque de pánico al lado del cual "El grito" de Munch se convierte en "El nacimiento de Venus" de Botticelli.
Hace falta una solución y los ansiolíticos o los antidepresivos no van a funcionar. Hace falta que llegue Buenafuente el lunes y lo reviente todo con el mejor programa de humor que se haya visto jamás. Y seguramente lo hará a poco que haya aprendido de su alumno durante este verano.
Munch comprobando que se ha acabado "Buenafuente ha salido un momento"
Botticelli pintando feliz por la vuelta de "Buenafuente"
12/9/08
LA TENTACIÓN VIVE ENFRENTE
Qué duro es resistirse a la tentación. Se sienta uno a cumplir su deber de crítico televisivo, dispuesto ver el nuevo intento de Telecinco para cubrir el hueco que dejó el tomate en las sobremesas, y en vez de ver una hora de tele se pasa una hora resistiéndose a la tentación.
Con lo fácil que sería hacer una crítica de un programa que se llama “¿Por qué no te callas?” sin verlo, sólo con fijarse en que nace tan muerto y pasado de moda como si se llamara “Baila el chiki-chiki”. O con hacer notar que empieza con Isabel Pantoja, dando las mismas cansinas vueltas al mismo cansino asunto de la tonadillera, su hijo, su finca, su difunto y su Cachuli. O con comentar que dobla voces sin gracia e inventa historias sin gracia tirando descaradamente de imágenes de archivo sin gracia y de un reportaje sin gracia de una revista sin gracia que Ned Flanders llamaría “Hola, holita”. O con decir cuánto molesta que añadan ruiditos tontos, que sobreimpresionen una imagen anodina de un chupete volador y hagan desfilar mensajes estúpidos en la parte inferior de la pantalla como éste que abrió la veda: “Última hora: tres tristes tigres comen trigo en un trigal”. O con contar que a pesar de lo malo que era cada colaborador que por allí desfilaba no lograba hacer olvidar lo malo que había sido el anterior. O con señalar que los guiones son malos y los presentadores tienen tan pocos reflejos que no se les ocurrió qué apostillar a la invitada Thalía cuando dijo que había estado en el Despacho Oval de la Casa Blanca pero “no le habían dejado tocar nada”, ¡ayyy!
Pues así una hora resistiéndose a la tentación de apagar la tele sólo para comprobar que, al final, el último mensaje estúpido que desfiló por la parte inferior de la pantalla volvía a decir: “Última hora: tres tristes tigres comen trigo en un trigal”. La próxima vez le hago caso a Oscar Wilde: “La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella”. Él sí que sabía.
Con lo fácil que sería hacer una crítica de un programa que se llama “¿Por qué no te callas?” sin verlo, sólo con fijarse en que nace tan muerto y pasado de moda como si se llamara “Baila el chiki-chiki”. O con hacer notar que empieza con Isabel Pantoja, dando las mismas cansinas vueltas al mismo cansino asunto de la tonadillera, su hijo, su finca, su difunto y su Cachuli. O con comentar que dobla voces sin gracia e inventa historias sin gracia tirando descaradamente de imágenes de archivo sin gracia y de un reportaje sin gracia de una revista sin gracia que Ned Flanders llamaría “Hola, holita”. O con decir cuánto molesta que añadan ruiditos tontos, que sobreimpresionen una imagen anodina de un chupete volador y hagan desfilar mensajes estúpidos en la parte inferior de la pantalla como éste que abrió la veda: “Última hora: tres tristes tigres comen trigo en un trigal”. O con contar que a pesar de lo malo que era cada colaborador que por allí desfilaba no lograba hacer olvidar lo malo que había sido el anterior. O con señalar que los guiones son malos y los presentadores tienen tan pocos reflejos que no se les ocurrió qué apostillar a la invitada Thalía cuando dijo que había estado en el Despacho Oval de la Casa Blanca pero “no le habían dejado tocar nada”, ¡ayyy!
Pues así una hora resistiéndose a la tentación de apagar la tele sólo para comprobar que, al final, el último mensaje estúpido que desfiló por la parte inferior de la pantalla volvía a decir: “Última hora: tres tristes tigres comen trigo en un trigal”. La próxima vez le hago caso a Oscar Wilde: “La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella”. Él sí que sabía.
11/9/08
¡AL HADRÓN! ¡AL HADRÓN!
La lujuria no está mal, vale, pero la soberbia va a acabar con nosotros. Las muestras de chulería humana en la búsqueda de conocimiento van desde Adán y Eva hasta Greg House, desde Galileo Galilei hasta los miles de científicos que participan en el experimento del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Por ahora el LHC está divirtiendo bastante a la gente llenado los telediarios de datos y los programas de variedades de bromas acerca del fin del mundo (qué buena la despedida de Berto la otra noche viendo que el fin es inminente). Pero en un par de días habrá pasado la emoción del estreno y el LHC pasará a ser sólo una de esas cosas que hacen los científicos y nadie conoce porque no sale en la tele. No hay en la tele programas de ciencia que justifiquen y amorticen un gasto tan enorme ante una audiencia que lo único que quiere es que la entretengan.
Si queremos que la increíble inversión de seis mil millones de euros sirva para algo más que para saber si las partículas elementales son 24 ó 25 (qué más nos da, si ninguno nos sabemos cuáles son las 24 conocidas), deberían haberle encargado este asunto a Íker Jiménez, el gurú de “Cuarto milenio”. Para empezar él nunca habría jugado a provocar el fin del mundo con una máquina descomunal porque no habría construido nada. Habría hecho la investigación preguntando a gente rara para que averiguara si existe el bosón de Higgs echando las cartas, buscando en los textos de Nostradamus, consultando el péndulo de un zahorí o invocando un espíritu. Luego habría hecho un reportaje sobre el fin del mundo y los espectadores nos habríamos ido a la cama contentos después de ver un programa entretenido y barato.
Las cadenas no son soberbias y lo saben: un solo ladrón puede ser menos costoso y más eficaz entreteniendo a la audiencia que una carísima persecución de millones de hadrones.
Si queremos que la increíble inversión de seis mil millones de euros sirva para algo más que para saber si las partículas elementales son 24 ó 25 (qué más nos da, si ninguno nos sabemos cuáles son las 24 conocidas), deberían haberle encargado este asunto a Íker Jiménez, el gurú de “Cuarto milenio”. Para empezar él nunca habría jugado a provocar el fin del mundo con una máquina descomunal porque no habría construido nada. Habría hecho la investigación preguntando a gente rara para que averiguara si existe el bosón de Higgs echando las cartas, buscando en los textos de Nostradamus, consultando el péndulo de un zahorí o invocando un espíritu. Luego habría hecho un reportaje sobre el fin del mundo y los espectadores nos habríamos ido a la cama contentos después de ver un programa entretenido y barato.
Las cadenas no son soberbias y lo saben: un solo ladrón puede ser menos costoso y más eficaz entreteniendo a la audiencia que una carísima persecución de millones de hadrones.
10/9/08
SEXO Y PICO
Vaya lío de lunes. “Física o química” vuelve con puñetazos entre profesores, chicas que entran en el vestuario de chicos acompañados por un profesor guay, un padre bestia que acorrala y empuja a una profesora y una profesora de filosofía que es despedida porque mantiene una relación con su alumno de diecisiete años. Carlos Navarro, productor ejecutivo de la serie, dice que “Física o química” no es fiel a la realidad, porque de ser así sería un documental. Patricia Gaztañaga corrige en “No es programa para viejos” a su compañero de cadena porque, según ella, “Física o química” nos cuenta cómo es la vida de los jóvenes. ¿Es, o no es un documental con formato de ficción? ¿Quiénes son más reales, los personajes de “Física o química” o los vociferantes muchachos que discuten en “No es programa para viejos” sobre el sexo y sus alrededores?
Digamos que “Física o química” es una pintura falsa que, como tal, falsifica la vida de los jóvenes en un centro educativo. Y “No es programa para viejos” es una falsa fotografía que, como tal, falsifica la realidad de los adolescentes. Por supuesto, ni “Física o química” ni “No es un programa para viejos” son documentales. En realidad, no es muy diferente lo que vemos en la serie de lo que oímos en el debate, pero ya decía Horacio que se suscitan emociones más eficazmente a través de lo que se ve que a través de lo que se oye. Por eso el sexo visto en “Física o química” funciona, y el sexo oído en “No es programa para viejos” no funciona. Es decir, siempre será más emocionante ver a una profesora de filosofía mirar con deseo a un alumno que escuchar cómo unos jóvenes improvisan argumentos sobre las cuestiones que la “vieja” Patricia Gaztañaga lanza al ruedo. Y, para acabar de liar la cosa, el presidente del Gobierno pasea por los Picos de Europa con la cámara de Cuatro pegada a su señor culo.
¿Es real este presidente andarín, o es un personaje de ficción? ¿Lo que vimos en Cuatro fue un documental, o un anuncio? ¿La aventura de Zapatero en los Picos de Europa es una pintura falsa sobre una verdadera fotografía, o al revés? Después de más tres horas de televisión, sólo sé que el sexo mola y que los Picos de Europa que se adivinan más allá del culo del señor presidente son bellísimos. El resto es un auténtico lío.
Digamos que “Física o química” es una pintura falsa que, como tal, falsifica la vida de los jóvenes en un centro educativo. Y “No es programa para viejos” es una falsa fotografía que, como tal, falsifica la realidad de los adolescentes. Por supuesto, ni “Física o química” ni “No es un programa para viejos” son documentales. En realidad, no es muy diferente lo que vemos en la serie de lo que oímos en el debate, pero ya decía Horacio que se suscitan emociones más eficazmente a través de lo que se ve que a través de lo que se oye. Por eso el sexo visto en “Física o química” funciona, y el sexo oído en “No es programa para viejos” no funciona. Es decir, siempre será más emocionante ver a una profesora de filosofía mirar con deseo a un alumno que escuchar cómo unos jóvenes improvisan argumentos sobre las cuestiones que la “vieja” Patricia Gaztañaga lanza al ruedo. Y, para acabar de liar la cosa, el presidente del Gobierno pasea por los Picos de Europa con la cámara de Cuatro pegada a su señor culo.
¿Es real este presidente andarín, o es un personaje de ficción? ¿Lo que vimos en Cuatro fue un documental, o un anuncio? ¿La aventura de Zapatero en los Picos de Europa es una pintura falsa sobre una verdadera fotografía, o al revés? Después de más tres horas de televisión, sólo sé que el sexo mola y que los Picos de Europa que se adivinan más allá del culo del señor presidente son bellísimos. El resto es un auténtico lío.
9/9/08
46 HORAS Y 45 MINUTOS
Lo tengo decidido: cuando me jubile dedicaré el tiempo libre a ver series de televisión. Series, series, más series. Series sin parar. Una cantidad de series tal que una cantidad de series mayor no pueda ser pensada. Series por un tubo (catódico). Series en serie. ¿Creen que no voy a poder? ¿Que no se puede rellenar un vida entera a base de píldoras de 45 minutos cuyo principio activo es la ficción delirante? Pues atiendan: únicamente en los Estados Unidos de Norteamérica se estrenan durante este otoño las nuevas temporadas de 50, cincuenta, L, -"L" es a su vez el título de una serie, pero en la frase anterior cumple la función de representar el 50 en números romanos para enfatizar el mensaje-, series de televisión, y las primeras temporadas de otras 16, dieciséis, XVI. Al margen, se están preparando para la temporada 2009-2010 otras 30, treinta, XXX, -"XXX" no indica que las series sean todas para adultos; como antes, es 30 en números romanos-, seriacas nuevas, pero no las tendremos en cuenta en nuestros cálculos. Calculemos, pues: 50 más 16, 66 series en la temporada 2008-2009. Todas buenísimas. A 1 capítulo por semana, 66 capítulos por semana. A unos 42 o 43 minutos por capítulo, 2805 minutos por semana, es decir, 46 horas y 45 minutos, es decir, más de una semana laboral del Primer Mundo.
Y es que en el futuro habrá que dedicar ocho horas diarias a ver series de televisión. Habrá quién las reste del sueño o del ocio. Yo estoy planeando restarlas del trabajo. Ocho horas durmiendo, ocho horas de ocio, aseo y alimentación, y ocho horas de Wisteria Lane, Temperance Brennan, Hank Moody y la compañía de distribución de papel Dunder Mifflin, parece una excelente filosofía vital. La clave está en pasar tanto tiempo dedicado a la ficción que la realidad se convierta en una incómoda anomalía ocasional de la vida. No falta tanto para mi jubilación. Seguro que "House", y "Shark", y "Life" aguantan hasta entonces. Y si no, siempre podré dedicarme a repasar las 21 temporadas que ya suman todos los "C.S.I." juntos.
Y es que en el futuro habrá que dedicar ocho horas diarias a ver series de televisión. Habrá quién las reste del sueño o del ocio. Yo estoy planeando restarlas del trabajo. Ocho horas durmiendo, ocho horas de ocio, aseo y alimentación, y ocho horas de Wisteria Lane, Temperance Brennan, Hank Moody y la compañía de distribución de papel Dunder Mifflin, parece una excelente filosofía vital. La clave está en pasar tanto tiempo dedicado a la ficción que la realidad se convierta en una incómoda anomalía ocasional de la vida. No falta tanto para mi jubilación. Seguro que "House", y "Shark", y "Life" aguantan hasta entonces. Y si no, siempre podré dedicarme a repasar las 21 temporadas que ya suman todos los "C.S.I." juntos.
8/9/08
¿TAN POCO VALES, JORDI?
La gran ventaja de las entradas de los lunes es que podemos adelantarnos a "Sé lo que hicistéis". Si aparece en la pantalla del televisor una pifia clamorosa un... pongamos... miércoles por la noche, la columna se escribe el jueves y ustedes la leen la mañanita del viernes, es decir, dieciocho horas más tarde de que Ángel Martín y Patricia Conde la hayan reemitido media docena de veces y hayan afilado todos los sarcasmos imaginables al respecto en la sobremesa de La Sexta. Tarde. Pero si la obscenidad se comete en... volvamos a poner... "La Noria", jajá, entonces pueden leer su discusión en analógico y en digital durante el desayuno del lunes, y cuando horas después la repasen en SLQH murmurarán ustedes antes de entrar en una siesta espesa: "Eso ya lo comentaba esta mañana ‘625 ranas’". Temprano.
Y hoy, no les quepa ninguna duda, "Sé lo que hicistéis" dedicará un buen rato a la indecente entrevista que Jordi González, Pilar Rahola, Pepe Calabuig y Maria Antonia Iglesias realizaron a la pareja del agresor de Jesús Neira, en especial al fragmento surrealista en el que los representantes de "La Noria" criticaron con desprecio exagerado a esa desagradable mujer por cobrar por dicha intervención un dinero que ellos mismos le estaban pagando. No lo hubiera superado el Buñuel de "El ángel exterminador": "La Noria" decide realizar una entrevista carente de interés informativo por estrictos motivos de audiencia y morbo, ofrece dinero a esa extraña persona por acudir al espacio con la esperanza de que los ingresos publicitarios hagan la inversión rentable, ¡y durante su emisión Rahola, Calabuig e Iglesias pontifican desde su altura moral la vileza de la entrevistada por aceptar el dinero que le ofrecen ellos mismos, intentando hacer negocio con la entrevista! Vamos, chicos de la cueva de SLQH, morded a fondo en la jeta de "La Noria" hoy a las cuatro de la tarde. Recordad la nueva campaña del ayuntamiento de Sevilla contra la prostitución: "¿Tan poco vales, Jordi González, que tienes que pagar?".
Y hoy, no les quepa ninguna duda, "Sé lo que hicistéis" dedicará un buen rato a la indecente entrevista que Jordi González, Pilar Rahola, Pepe Calabuig y Maria Antonia Iglesias realizaron a la pareja del agresor de Jesús Neira, en especial al fragmento surrealista en el que los representantes de "La Noria" criticaron con desprecio exagerado a esa desagradable mujer por cobrar por dicha intervención un dinero que ellos mismos le estaban pagando. No lo hubiera superado el Buñuel de "El ángel exterminador": "La Noria" decide realizar una entrevista carente de interés informativo por estrictos motivos de audiencia y morbo, ofrece dinero a esa extraña persona por acudir al espacio con la esperanza de que los ingresos publicitarios hagan la inversión rentable, ¡y durante su emisión Rahola, Calabuig e Iglesias pontifican desde su altura moral la vileza de la entrevistada por aceptar el dinero que le ofrecen ellos mismos, intentando hacer negocio con la entrevista! Vamos, chicos de la cueva de SLQH, morded a fondo en la jeta de "La Noria" hoy a las cuatro de la tarde. Recordad la nueva campaña del ayuntamiento de Sevilla contra la prostitución: "¿Tan poco vales, Jordi González, que tienes que pagar?".
7/9/08
QUEMARSE A LO GONZO
Thich Quang Duc, monje budista de los denominados "bonzos", decidió quemarse vivo en las calles de Saigon el 11 de junio de 1963 como protesta contra la opresión que el budismo sufría en Vietnam bajo el gobierno de Ngo Dinh Diem. Su fogosa inmolación sería posteriormente imitada por varios correligionarios. El cadáver de Thich Quang Duc fue posteriormente incinerado en cumplimiento de sus tradiciones religiosas, encontrándose que su corazón no había sido consumido por las llamas, lo que contribuyó a crear una cierta aureola de misticismo y santidad alrededor del mártir. Su protesta dio lugar a la expresión "quemarse a lo bonzo".
Fernando González, conocido como "Gonzo", es un periodista gallego de 31 años que alcanzó cierta popularidad en nuestro país como reportero de "Caiga quien caiga" al cargo de la sección "Proteste ya". A partir del 26 de mayo de 2008 se hizo cargo del magacín de media tarde de Antena 3, titulado justamente "El método Gonzo", con la voluntad de realizar un espacio centrado en asuntos actualidad y de denuncia ciudadana, en contraste con los contenidos habituales que ocupan esa hora en las cadenas generalistas. Como medida de precaución, Gonzo dejó escrito en su contrato que su programa no se ocuparía de cuestiones del corazón. Dada la deriva hacia cotilleos rosas que la cadena le estaba imponiendo para ganar audiencia, el periodista decidió abandonar el espacio, apareciendo en él por última vez el 5 de septiembre de 2008. Su protesta debería dar lugar a la expresión "quemarse a lo Gonzo".
¿Prosperará la forma de protesta de Gonzo como prosperó la forma de protesta de Thich Quang Duc? ¿Comenzaremos a ver a otros presentadores de televisión abandonar sus programas tranquilamente y sin alborotos cuando desde las alturas se les imponga hacer televisión basura? Si el corazón del bonzo permaneció intacto tras la inmolación, ¿la inmolación del periodista fue la única manera de conseguir que el corazón de Gonzo no se quemara en Antena 3?
Fernando González, conocido como "Gonzo", es un periodista gallego de 31 años que alcanzó cierta popularidad en nuestro país como reportero de "Caiga quien caiga" al cargo de la sección "Proteste ya". A partir del 26 de mayo de 2008 se hizo cargo del magacín de media tarde de Antena 3, titulado justamente "El método Gonzo", con la voluntad de realizar un espacio centrado en asuntos actualidad y de denuncia ciudadana, en contraste con los contenidos habituales que ocupan esa hora en las cadenas generalistas. Como medida de precaución, Gonzo dejó escrito en su contrato que su programa no se ocuparía de cuestiones del corazón. Dada la deriva hacia cotilleos rosas que la cadena le estaba imponiendo para ganar audiencia, el periodista decidió abandonar el espacio, apareciendo en él por última vez el 5 de septiembre de 2008. Su protesta debería dar lugar a la expresión "quemarse a lo Gonzo".
¿Prosperará la forma de protesta de Gonzo como prosperó la forma de protesta de Thich Quang Duc? ¿Comenzaremos a ver a otros presentadores de televisión abandonar sus programas tranquilamente y sin alborotos cuando desde las alturas se les imponga hacer televisión basura? Si el corazón del bonzo permaneció intacto tras la inmolación, ¿la inmolación del periodista fue la única manera de conseguir que el corazón de Gonzo no se quemara en Antena 3?
6/9/08
VIDEO, ERGO SUM
Acabáramos. La Asociación de Internautas (sea lo que sea eso) dice que en Internet nos engañan como a tontos: dos de cada tres no sabemos distinguir una información de un bulo, uno de cada tres leemos y creemos las informaciones falsas y maliciosas que envían los ciberdelincuentes y uno de cada diez colaboramos con el mal reenviando estos bulos. Qué horror. Menos mal que Homer Simpson tiene arreglo para todo: “La solución a los problemas de la vida no se encuentra en el fondo de una botella. Está en la televisión”. Amén.
Por ejemplo, nos pueden decir que 59 multiplicado por 17 son 2008 (como dijeron los Príncipes de Asturias cuando fueron entrevistados por Gomaespuma el día que se inauguraron los Juegos Olímpicos), o que son sólo 1003 (como dijeron después en “Sé lo que hicisteis”). Gracias a que ambos datos no los vimos en Internet sino en la tele, sabemos que los dos resultados son válidos a la vez y que en España los únicos que están mal en matemáticas son los alumnos de ESO. Algo que también dice la tele cuando nos cuenta el informe PISA. También cuentan por ahí que en la inauguración olímpica aquella niña china no cantaba realmente. Tonterías. Sabemos que sí lo hacía porque lo vimos por la tele. Además, ¿cómo se iban a atrever a tapar la voz de tan dulce niña sólo porque otra privilegiada tuviera mejor voz?
La televisión, en efecto, lo soluciona todo. Eso sí, este cimiento de nuestras certezas, esta piedra angular sobre la que descansa el edificio entero de nuestro conocimiento, este “Video, ergo sum” que hoy sustituye al viejo “Pienso, luego existo” cartesiano, tiene un límite: por mucho que digan en la tele que José María Aznar desmintió ser el padre de la criatura que espera la ministra francesa de Justicia, no me lo creo. Eso de que Aznar se dedica ahora a hacer comunicados para desmentir paternidades tiene que ser un bulo que se inventó alguna web marroquí.
Por ejemplo, nos pueden decir que 59 multiplicado por 17 son 2008 (como dijeron los Príncipes de Asturias cuando fueron entrevistados por Gomaespuma el día que se inauguraron los Juegos Olímpicos), o que son sólo 1003 (como dijeron después en “Sé lo que hicisteis”). Gracias a que ambos datos no los vimos en Internet sino en la tele, sabemos que los dos resultados son válidos a la vez y que en España los únicos que están mal en matemáticas son los alumnos de ESO. Algo que también dice la tele cuando nos cuenta el informe PISA. También cuentan por ahí que en la inauguración olímpica aquella niña china no cantaba realmente. Tonterías. Sabemos que sí lo hacía porque lo vimos por la tele. Además, ¿cómo se iban a atrever a tapar la voz de tan dulce niña sólo porque otra privilegiada tuviera mejor voz?
La televisión, en efecto, lo soluciona todo. Eso sí, este cimiento de nuestras certezas, esta piedra angular sobre la que descansa el edificio entero de nuestro conocimiento, este “Video, ergo sum” que hoy sustituye al viejo “Pienso, luego existo” cartesiano, tiene un límite: por mucho que digan en la tele que José María Aznar desmintió ser el padre de la criatura que espera la ministra francesa de Justicia, no me lo creo. Eso de que Aznar se dedica ahora a hacer comunicados para desmentir paternidades tiene que ser un bulo que se inventó alguna web marroquí.
5/9/08
HUMOR SOSTENIBLE
Es que sólo encontré el monólogo de Berto. ¿Alguién me puede enviar la dirección de Youtube del monólogo de Pablo Motos?
Sabíamos que tenía que acabar ocurriendo. Tres de septiembre. Cuatro. Comienza "El hormiguero". Pablo Motos comenta la concesión del premio Príncipe de Asturias a Rafa Nadal. Señala que el tenista ha ganado ya muchos premios, y se ven imágenes en las que aparece recibiendo trofeos. En todas las fotos Nadal los está mordiendo. Finalmente Motos comenta que tiene imágenes del momento en el que el galardonado recibió el Premio Príncipe, y se ve un montaje fotográfico en el que Rafa está mordiendo al príncipe Felipe. Dos horas y media después. La Sexta. Comienza "Buenfuente ha salido un momento". Berto comenta la concesión del premio Príncipe de Asturias a Rafa Nadal. Señala que el tenista ha ganado ya muchos premios, y se ven imágenes en las que aparece recibiendo trofeos. En todas las fotos Nadal los está mordiendo. Finalmente Berto comenta que tiene imágenes del momento en el que el galardonado recibió el Premio Príncipe, y se ve un montaje fotográfico en el que Rafa está mordiendo al príncipe Felipe.
¿Invención paralela? ¿Plagio? ¿Armonía preestablecida? ¿Zeitgeist? Nah, sencillamente ha comenzado a ocurrir lo que muchos llevamos tiempo profetizando: los chistes se acaban. Durante décadas hemos creído que las reservas de chistes eran inagotables, y que podíamos ir despilfarrándolos emitiendo diez, doce, los que fueran, monólogos diarios en televisión. Pero el humor hablado se basa en practicar unas pocas decenas de trucos sobre unos pocos cientos de temas, lo cual ofrece una combinatoria amplísima pero no infinita. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Manifiestamente Manipuladas ha estimado que el 96% de los chistes que pueden existir ya han sido incluidos en algún monólogo, y que, de seguir con este ritmo de humor televisivo, todos los chistes posibles se habrán agotado para febrero de 2010. O reducimos las emisiones de humor televisivo o pronto Pablo Motos y Berto recitarán exactamente el mismo monólogo completo al inicio de sus respectivos programas.
4/9/08
CRÍTICA A VIOLANTE
Si una crítica televisiva os mandara hacer Violante, tendríais que tomar un aspecto relevante de un programa y formaros un juicio que un lector pueda comprender y, tal vez, compartir aun en el caso de que éste que no haya visto el espacio en cuestión. No se preocupen: no es tan difícil. Lo que algunas veces resulta un poco complicado es escoger cuál es ese elemento relevante, el aspecto del programa al que dirigir la mirada que dé coherencia y estructure la crítica televisiva.
Con la vuelta de María Teresa Campos a la televisión matinal pasa eso: se dan tal número de circunstancias que uno corre peligro de quedarse indeciso sin saber en qué fijarse. Puede escoger que Campos vuelve a la mañana, a la franja de programación en que predomina el marujeo, pero puede elegir fijarse en que lo hace al frente de “La mirada crítica”, un programa informativo que la aleja del cotilleo. Puede considerar que empezó muy fuerte entrevistando nada menos que al Presidente del Gobierno, aunque también puede apuntar a que empezar tan arriba condena a una inexorable cuesta abajo en la importancia de los personajes invitados. Puede decir que empezó ganando en audiencia a sus competidoras, pero también puede hacer notar que la diferencia con el “Espejo público” de Susana Griso no fue tanta como cabría esperar viendo el invitado de relumbrón con el que arrancó Campos. Puede indicar que sin venir a cuento echó de su puesto a Vicente Vallés pero también que se deshizo en elogios hacia él y su trabajo.
Menos mal que hay algo que despunta por encima de todo lo demás: lo bien que le salió la jugada a Telecinco. Primero el enfado de Campos con la cadena, los insultos que lanzó a Paolo Vasile (consejero delegado de Telecinco), la reconciliación con ramo de flores, el feliz reencuentro y al final la cara de tonta que le queda a Antena 3 viendo que por primera vez están al mismo lado de la trinchera Campos y Ana Rosa Quintana. Y ya no se disparan entre sí. Ahora ambas disparan contra ella.
Con la vuelta de María Teresa Campos a la televisión matinal pasa eso: se dan tal número de circunstancias que uno corre peligro de quedarse indeciso sin saber en qué fijarse. Puede escoger que Campos vuelve a la mañana, a la franja de programación en que predomina el marujeo, pero puede elegir fijarse en que lo hace al frente de “La mirada crítica”, un programa informativo que la aleja del cotilleo. Puede considerar que empezó muy fuerte entrevistando nada menos que al Presidente del Gobierno, aunque también puede apuntar a que empezar tan arriba condena a una inexorable cuesta abajo en la importancia de los personajes invitados. Puede decir que empezó ganando en audiencia a sus competidoras, pero también puede hacer notar que la diferencia con el “Espejo público” de Susana Griso no fue tanta como cabría esperar viendo el invitado de relumbrón con el que arrancó Campos. Puede indicar que sin venir a cuento echó de su puesto a Vicente Vallés pero también que se deshizo en elogios hacia él y su trabajo.
Menos mal que hay algo que despunta por encima de todo lo demás: lo bien que le salió la jugada a Telecinco. Primero el enfado de Campos con la cadena, los insultos que lanzó a Paolo Vasile (consejero delegado de Telecinco), la reconciliación con ramo de flores, el feliz reencuentro y al final la cara de tonta que le queda a Antena 3 viendo que por primera vez están al mismo lado de la trinchera Campos y Ana Rosa Quintana. Y ya no se disparan entre sí. Ahora ambas disparan contra ella.
3/9/08
LOCOS Y BOBOS
Se preguntaba Indro Montanelli que qué quedaría de la televisión si quitáramos a los locos y a los bobos. Bueno. ¿Y qué quedaría de la historia si quitáramos a los locos y a los bobos? Sin locos, chifladuras como la cruzada impulsada en el siglo XI por el papa Urbano II habrían sido imposibles. Sin bobos, bobadas como poner bombas en una calle de Omagh para interrumpir un acuerdo de paz que pusiera fin al estúpido conflicto irlandés habrían sido también imposibles. En la televisión hay muchos locos y muchos bobos, pero fuera de la televisión también hay unos cuantos.
Sin el loco Urbano II y sin el bobo IRA auténtico (o sin el bobo papa y el loco grupo terrorista), el pasado lunes no podríamos haber visto la primera parte de la miniserie “Las cruzadas” (TPA) ni la película “Omagh” (La 2). Como suele ocurrir, la distancia hace que “Las cruzadas” sea un entretenimiento, mientras que “Omagh” es lija para el corazón. Las aventuras de tres amigos en Tierra Santa no son más que eso, aventuras: el siglo XI está demasiado lejos como para que los espectadores nos vayamos a la cama con un amargo bocado de realidad atravesado en la garganta por culpa de aquella cruzada absurda. Pero la exactitud y la valentía con la que Pete Travis nos cuenta en “Omagh” lo que ocurrió aquél 15 de agosto de 1998 en un pueblecito irlandés es un golpe en plena cara: 1998 es prácticamente ayer, y lo que sucedió ayer siempre nos afecta más que lo que sucedió hace siglos. En Omagh, el Frente Popular de Judea, el Frente Judaico Popular o como se llame decidió asesinar a un buen puñado de ciudadanos que habían cometido el delito de pasar por allí. Qué locos. Qué bobos. La televisión saldría ganando sin las locuras de “Cuarto Milenio” y sin las bobadas de “Corazón de verano”, pero la historia sería menos espantosa sin cruzadas locas y sin terroristas bobos. Y viceversa.
La locura y la bobada permitieron que el lunes pudiéramos pasar un rato entretenido con “Las cruzadas” y un rato con el corazón pegado a la garganta por culpa de “Omagh”. Sin distancia, las diferencias entre un cruzado medieval y un terrorista irlandés no serían tan grandes. Qué locura. Qué bobada.
Sin el loco Urbano II y sin el bobo IRA auténtico (o sin el bobo papa y el loco grupo terrorista), el pasado lunes no podríamos haber visto la primera parte de la miniserie “Las cruzadas” (TPA) ni la película “Omagh” (La 2). Como suele ocurrir, la distancia hace que “Las cruzadas” sea un entretenimiento, mientras que “Omagh” es lija para el corazón. Las aventuras de tres amigos en Tierra Santa no son más que eso, aventuras: el siglo XI está demasiado lejos como para que los espectadores nos vayamos a la cama con un amargo bocado de realidad atravesado en la garganta por culpa de aquella cruzada absurda. Pero la exactitud y la valentía con la que Pete Travis nos cuenta en “Omagh” lo que ocurrió aquél 15 de agosto de 1998 en un pueblecito irlandés es un golpe en plena cara: 1998 es prácticamente ayer, y lo que sucedió ayer siempre nos afecta más que lo que sucedió hace siglos. En Omagh, el Frente Popular de Judea, el Frente Judaico Popular o como se llame decidió asesinar a un buen puñado de ciudadanos que habían cometido el delito de pasar por allí. Qué locos. Qué bobos. La televisión saldría ganando sin las locuras de “Cuarto Milenio” y sin las bobadas de “Corazón de verano”, pero la historia sería menos espantosa sin cruzadas locas y sin terroristas bobos. Y viceversa.
La locura y la bobada permitieron que el lunes pudiéramos pasar un rato entretenido con “Las cruzadas” y un rato con el corazón pegado a la garganta por culpa de “Omagh”. Sin distancia, las diferencias entre un cruzado medieval y un terrorista irlandés no serían tan grandes. Qué locura. Qué bobada.
2/9/08
400
Tantos como los 400 metros de excavación que faltan para que la Variante de Pajares conecte Asturias con León por túnel. Tantos como los 400 euros que ayudaron a Zapatero a ganar las últimas Elecciones Generales. Tantos como los 400 años que transcurrieron desde que Hans Lippershey alineara dos lentes en los extremos de un tubo dando a Galileo las claves para la construcción del primer telescopio que apuntó a los cielos. Tantos como los 400 metros que en 1999 Michael Johnson corrió en 43.18 segundos y que ahora está convencido de que Bolt podría correr en sólo 42 si se lo propusiera. Tantos como los “400 golpes” de François Truffaut. Tantos como los kilómetros que recorre en un minuto un cometa que se desplaza a 24.000 km/h. Esos son los capítulos que lleva emitidos la serie de animación más longeva de la historia: “Los Simpson”.
400 capítulos son muchos capítulos. Tantos como los 40 principales multiplicados por el número 10 de Downing Street en el que vive el primer ministro del Reino Unido, los 10 mandamientos por los 40 días que dura la cuaresma, los 300 hoplitas espartanos que resistieron en las Termópilas más los 100 días de indulgencia que el papa Clemente XI concedió a quienes oren en la iglesia de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca.
Y el capítulo 400, emitido el domingo por la noche, fue estupendo: ironizó con maestría sobre la serie, sobre la cadena FOX que la acoge y sobre la censura en TV. Una gozada. Pronto, cuando se alcancen los 7 días completos que ocuparía la emisión ininterrumpida de la serie, habrá que celebrarlo porque no es fácil alcanzar tan cabalística cifra. Tantos días como los sabios de Grecia, los pecados capitales, las maravillas del mundo antiguo, las vidas de un gato, el decimotercero decimal de pi, la suma de las virtudes teologales más las cardinales, los capítulos diarios que acabará emitiendo Antena 3 como siga así.
400 capítulos son muchos capítulos. Tantos como los 40 principales multiplicados por el número 10 de Downing Street en el que vive el primer ministro del Reino Unido, los 10 mandamientos por los 40 días que dura la cuaresma, los 300 hoplitas espartanos que resistieron en las Termópilas más los 100 días de indulgencia que el papa Clemente XI concedió a quienes oren en la iglesia de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca.
Y el capítulo 400, emitido el domingo por la noche, fue estupendo: ironizó con maestría sobre la serie, sobre la cadena FOX que la acoge y sobre la censura en TV. Una gozada. Pronto, cuando se alcancen los 7 días completos que ocuparía la emisión ininterrumpida de la serie, habrá que celebrarlo porque no es fácil alcanzar tan cabalística cifra. Tantos días como los sabios de Grecia, los pecados capitales, las maravillas del mundo antiguo, las vidas de un gato, el decimotercero decimal de pi, la suma de las virtudes teologales más las cardinales, los capítulos diarios que acabará emitiendo Antena 3 como siga así.
1/9/08
CARACOL EN "LA NORIA"
Manolo Caracol explicaba en una entrevista las condiciones necesarias para convertirse en un gran cantaor. "En primer lugar, que te guste mucho el vino; en segundo lugar, que te gusten las mujeres con locura; en tercer lugar, que te guste el tabaco; y en cuarto lugar... en cuarto lugar... bueno, claro, que te gusten los toros". "¿Y hace falta tener buena voz?", incidía el entrevistador. "Hombre, si se tiene buena voz pues estupendo, ya tienes mucho ganao". Lo escuché la sobremesa del sábado en RNE, y me duró la alegría de la anécdota toda la tarde, más o menos hasta eso de la medianoche cuando me puse a ver la tertulia política de "La Noria".
¿Le gustará mucho el vino a Jorge Verstrynge? ¿Le gustarán las mujeres con locura a Miguel Ángel Rodríguez? ¿Los hombres a María Antonia Iglesias? ¿Le gustará el tabaco a Alfredo Urdaci? ¿Los toros a Isabel Durán? ¿Le gustará algo, lo que sea, el vino, las mujeres, el tabaco, los toros, el piragüismo, la arquitectura neocolonial, John Dos Passos, el arroz caldoso, pasear en otoño, rascarse la espalda contra el pomo de la ventana, los pantalones de botones, la aurora boreal, a Enric Sopena? ¿Podrían ser los contertulios de "La Noria" grandes cantaores? O, preguntado de otra manera, ¿cuáles son las condiciones necesarias para convertirse en un contertulio político de "La Noria"? En primer lugar, que te guste mucho interrumpir constantemente a los demas contertulios; en segundo lugar, que te guste manipular todo lo que dicen tus rivales con locura; en tercer lugar, que te guste aplicar diferentes varas de medir a todos los aspectos de la política según estén involucrados tus amigos o tus enemigos; y en cuarto lugar... en cuarto lugar... bueno, claro, que tengas ya decidido a quién vas a apoyar en tus intevenciones antes siquiera de saber cuál es el tema que se va a discutir. ¿Y hace falta hacer un análisis particularmente lúcido, crítico, revelador, de los asuntos que se tratan? Hombre, si se hace ese análisis pues estupendo, ya tienes mucho ganao.
¿Le gustará mucho el vino a Jorge Verstrynge? ¿Le gustarán las mujeres con locura a Miguel Ángel Rodríguez? ¿Los hombres a María Antonia Iglesias? ¿Le gustará el tabaco a Alfredo Urdaci? ¿Los toros a Isabel Durán? ¿Le gustará algo, lo que sea, el vino, las mujeres, el tabaco, los toros, el piragüismo, la arquitectura neocolonial, John Dos Passos, el arroz caldoso, pasear en otoño, rascarse la espalda contra el pomo de la ventana, los pantalones de botones, la aurora boreal, a Enric Sopena? ¿Podrían ser los contertulios de "La Noria" grandes cantaores? O, preguntado de otra manera, ¿cuáles son las condiciones necesarias para convertirse en un contertulio político de "La Noria"? En primer lugar, que te guste mucho interrumpir constantemente a los demas contertulios; en segundo lugar, que te guste manipular todo lo que dicen tus rivales con locura; en tercer lugar, que te guste aplicar diferentes varas de medir a todos los aspectos de la política según estén involucrados tus amigos o tus enemigos; y en cuarto lugar... en cuarto lugar... bueno, claro, que tengas ya decidido a quién vas a apoyar en tus intevenciones antes siquiera de saber cuál es el tema que se va a discutir. ¿Y hace falta hacer un análisis particularmente lúcido, crítico, revelador, de los asuntos que se tratan? Hombre, si se hace ese análisis pues estupendo, ya tienes mucho ganao.
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