AGOTAMIENTO OCULTO

Pero, bueno, en pleno siglo XXI, ¿todavía hay alguien que no sepa que si de pronto se le acerca en mitad de la calle una chica que comienza a besarle es que está siendo víctima de una broma de cámara oculta? En esta sociedad mediática, en donde los individuos somos espectadores antes que trabajadores, familiares o usuarios de servicios, ¿cómo es posible que todavía haya gente que al cruzar un paso de cebra ve a una limpiadora pidiendo a los transeúntes que no pisen las rayas blancas que está fregando y no se ponga inmediatamente a buscar por todas partes dónde se encuentra escondida la cámara? ¿En qué selva remota han pasado los últimos treinta años aquéllos a los que un supuesto ciego les pide que le expliquen a su perro cómo se llega a tal o cual calle y van y comienzan a explicarle a su perro cómo se llega a tal o cual calle?

El universo de los programas televisivos de relleno consta de tres subgéneros, a cual más agotado: programas de zapping, programas de cámara oculta y programas de vídeos caseros. TVE, siempre en la vanguardia de la creación audiovisual, ya lleva emitiendo desde comienzos del verano "La guerra de los mandos", espacio de zapping presentado por Inma del Moral, y comenzó el pasado viernes la emisión de "Con un par de bromas", espacio de cámara oculta presentado por Javier Capitán. Todo apunta, por tanto, a que en breves semanas se estrenará también un programa de vídeos caseros presentado por Florentino Fernández, completando así la traición sobre el trío responsable de aquel "El informal" de tan buen recuerdo. Los tres tipos de programas parecieron grandes ideas en su primer momento pero finalmente se demostró que daban menos de sí que el making of de "Ultimas preguntas". Que todavía haya parejas que al ser abordadas por la calle por la supuesta amante del novio no se den cuenta inmediatamente de que están siendo filmados por una cámara oculta es un misterio sólo comparable a que todavía haya programadores que intenten llenar el prime time de un viernes con uno de esos programas.

EL INODORO Y LA BARRITA

Todos los programas deberían ser como "Canta Singstar". El concursillo de Sobera presenta como gran novedad una barrita que se sobreimpresiona en la parte inferior de la pantalla con la línea melódica de la canción, de forma que cada vez que el concursante desafina aparece marcado en rojo cuánto se ha desviado de la nota que debería haber cantado. Todos los programas deberían incorporar esta nueva tecnología, con una barrita inferior que indicase qué se debería estar viendo u oyendo en la pantalla y que se fuera coloreando a lo largo de la emisión, bien ajustándose a lo esperado, bien separándose cuanto hubiera de separarse de la marca original.

No sé... por ejemplo... sería fantástico que "Está pasando" incorporase en la parte inferior de la pantalla una barrita que indicara los estándares habituales éticos de un magacín normal de información y entretenimiento en una televisión del mundo occidental, y que cada vez que cualquiera de los periodistas profesionales que trabajan en el espacio se separara de dicha forma de actuar viéramos cómo el avance coloreado por la barrita comienza a desviarse hasta terminar alejado del criterio establecido.

El único problema de mi idea es que en ocasiones la barrita que marca hasta qué punto "Está pasando" afina o desafina en sus reportajes podría salirse del propio televisor. Al día siguiente de la tragedia de Barajas, los periodistas profesionales del espacio de Telecinco montaron en el mismo vuelo de Spanair que la víspera había sufrido el accidente, filmaron ilegalmente por las ventanillas durante el despegue, descorrieron cortinas para tomar imágenes de la tripulación y redactaron uno de los textos más repugnantes que jamás se han oído en un reportaje televisivo. De haber habido barrita en el fondo de la pantalla, ésta se hubiera salido de la pantalla, habría recorrido el pasillo de mi casa tiñéndose cada vez más de marrón y habría terminado entrando en el cuarto de baño y hundiéndose en lo más profundo del inodoro.

COMBO COLECCIONABLE

Se acabó. Este año paso de comerme la cabeza pensando si me suscribo o no a cada una de las colecciones que se anuncian en la tele a partir del 23 de agosto. Las voy a hacer todas y arreglao. Me importa un pito la crisis y que se me hayan venido abajo las dos baldas más largas de mi estantería, vencidas por el peso de las "Grandes Batallas Aéreas Asiáticas" y "Moluscos, hoy" del año pasado. No hay anuncio de coleccionables que no me seduzca, con sus precios tan baratos en las primeras entregas que no cubren ni siquiera el cartón de seis metros cuadrados con el que te entregan el primer fascículo y el regalito. Haré lo que debió de hacer el asno de Buridán: comérselo todo de un bocao y dejar de andar molestando a lo largo de la historia de la filosofía.

"Aeromodelismo para chonis", "Esperanto, lengua del futuro", "Poliedros regulares convexos", -sólo cinco entregas-. Me las pillo todas. "Rosarios del mundo, expresión de clara y límpida fe mariana que elevan las oraciones hasta los Cielos y complacen al Señor así como inundan de paz y recogimiento el alma del devoto", "Francés for everyone", "Construya pieza a pieza el famoso bombardero Dwight David Eisenhower X-45T a escala natural". Pa la saca, señor quioskero. "Joselito - Todas sus películas al fin en versión íntegra", "Parásitos intestinales", -con la primera entrega una tenia de siete metros de longitud-, "Empanadas europeas". Dabuten o dabuti, colocaré estas colecciones al lado de "Expresiones rancias de los años 80".

O, mejor aún, ¿por qué las editoriales no colaboran y ofrecen a la audiencia un combo con todas las colecciones unificadas a un precio verdaderamente interesante? "Rosarios y casas provenzales rústicas en inglés en donde se come cocina actual y se charla sobre grandes narradores eslavos". Con la primer entrega el rosario de Juan Pablo II, el dintel de la puerta de la casa provenzal, una guía de conversación rápida en inglés, un DVD sobre ensaladas y "Pani Rafiková" de Janko Jesenský. Todo por 6,95€ y con un cartón de 22 metros cuadrados.

DISCULPEN USTEDES

"La princesa Leticia se ha operado de scanderfranders porque al parecer tenía problemas respiratorios"

Tienen ustedes que disculparme, pero hoy no voy a poder escribir la columna habitual. Lo siento. No me ha pasado nada especial. Si es que fue una tontería... El caso es que me puse a ver cosas en el ordenador, en internet, y a lo tonto... pues se me fue la hora y no he visto nada de televisión. Así que no sé qué les puedo comentar. Me habían contado que en la página de La Sexta hay una recopilación muy divertida de los mejores momentos de "Buenafuente ha salido un momento", y me lié viendo el Campeonato de España de Romper el Hielo con Berto. Después, claro, tienes los monólogos del sobrino del Andreu a tiro de un clic de ratón y te juras que sólo vas a ver uno Uno sólo. El de la operación de Leticia y los escanderfranders. Luego, cuando te levantas del suelo al que has caído de tanto reír, te juras que sólo dos. Luego pactas contigo mismo que verás los cinco que aparecen en el menú y ninguno más.

Y después de ver los cinco monólogos me fui a la Televisión a la Carta que ofrece www.rtve.es. Si yo nunca hago estas cosas, pero... El pacto que había hecho conmigo mismo era que sólo vería los cinco monólogos de Berto "de la página de La Sexta", pero en el acuerdo no se decía nada de otras páginas. Es que me quedaban por ver algunos "Pasando olímpicamente" de Gomaespuma. Un par de ellos. Y, claro, ya miras el reloj. Ya ves que es mucho más tarde de lo esperado. Entré un segundo en antena3 punto com y que si un tráiler de "700 euros", que si los mejores momentos de "Impares". En Telecinco punto es un par de esqueches de "Cámera Café". En la página web de Cuatro hay un concurso para escoger el mejor vídeo de "El hormiguero", - por cierto, vuelven el 1 de septiembre-, y hay clips con monólogos de Piedrahita, con Sergio Alcover y Pablo Motos bailando break, con experimentos de Flipy y momentos teniente. Total, que un desastre. Llegó la hora de escribir esta columna y con tanto ordenador no había visto ni medio minuto de televisión. Sabrán ustedes perdonarme. No volverá a pasar.

NO PASA NADA

En "Life" los detectives de la policía de Los Angeles Charlie Crews y Dani Reese acuden a una gasolinera en donde se ha cometido un terrible crimen. Dos jóvenes árabes han sido asesinados y sus cuerpos se encuentran empotrados en las estanterías refrigeradas de refrescos junto a una pintada que dice "Marchaos a casa". No pasa nada. A la mañana siguiente Manuel Torre Iglesias realiza su "Saber vivir" de cada día, esta vez dedicado a las digestiones lentas y pesadas del verano, y la televisión vuelve a equilibrarse. Sánchez-Dragó polemiza en "La noria" con Enric Sopena y Maria Antonia Iglesias acerca de un artículo publicado en la página 2 de un importante periódico nacional, que le ofreció ese espacio para que informara al mundo entero acerca de lo que le excita y lo que no le excita de las mujeres. No pasa nada. Pocos días después el doctor Luis Gutiérrez, explica en "Saber vivir" los efectos de la ansiedad y el estrés sobre el sistema digestivo, y de nuevo se demuestra que la televisión sí tiene razón de ser. José Gómez, participante en la segunda ronda de "Mujeres y hombres y viceversa" declara: "El otro día vi aparecer a Anita y es que el corazón me dio un vuelco". Después, para reforzar el mensaje que quiere transmitir y aclarar que el vuelco no fue parcial añade: "Fue verla aparecer y me dio un vuelco total". No pasa nada. En menos de veinticuatro horas los colaboradores de Manuel Torre Iglesias en "Saber vivir" resuelve una duda a una oyente acerca de su vitíligo, y una vez más los enemigos de la televisión tienen que cerrar la boca.

Llegó "Gran Hermano" y "Saber vivir" estaba allí. Llegó "House" y "Saber vivir" estaba allí. Pasó Urdaci por los informativos de TVE y "Saber vivir" estaba allí. Nació "Aquí hay tomate" y "Saber vivir" estaba allí. Murió "Aquí hay tomate" y "Saber vivir" estaba allí. Pasan los eones revolucionando cada quince días el medio y el mejor programa de la televisión pública sigue calmando los ánimos y justificando que haya una pantalla rectangular en la salita de cada casa.

LA PROMESA DE SEGUIR

Las canciones es lo que tienen. Que como muchas veces la musiquina es prestosa, entonces tú las oyes y te suenan bien. Y las tarareas un día sin darte cuenta cuando haces la cama. Y si estás viendo la tele y la ponen de fondo o de algo pues te quedas ahí y no zapeas. Laralá, laralá. Pero de pronto una tarde vas y oyes la letra en el nuevo anuncio bombazo de la Liga de Fútbol 2008-09, pero la oyes así a pelo, sin tararí tarará ni nada y entonces, ay, ay, ay, cómo chirria todo, qué montón de ripios, qué cantidad de frases sin sentido. Qué bobaes. "Adelante, por los sueños que aún nos quedan. Adelante, por aquéllos que están por venir. Adelante, porque no importa la meta. El destino es la promesa de seguir". Y salen diciéndolo entrenadores famosos de la Primera División del fútbol español, arengando a sus equipos con tales frases, enalteciendo sus ánimos y sus ánimas con los versos del famoso himno del Operación Triunfo del año pasado.

Pero, vamos a ver, Pellegrini, ¿qué diferencia hay entre los sueños que aún nos quedan y aquéllos que están por venir? ¿Tú la sabes? Yo no. ¿La sabes tú, Guardiola? Entonces, ¿para qué cantas esas cosas? ¿Cómo que no importa la meta? Pero bueno, Schuster, ¿tú estás lelo o qué? ¿Que no importa la meta en fútbol? Pero si "gol" viene del inglés "goal", que significa "meta". "Hala, muchachos, salid a jugar pero no olvidéis que no importa la meta". "¿Entonces yo qué guardo?", pregunta el guardameta. "Los sueños que están por venir", responde Schuster. Y luego llega mi frase favorita: "El destino es la promesa de seguir". A veces cuando repites mil veces una palabra o una frase deja de tener significado. Esta oración basta leerla una sola vez porque ya de suyo carece por completo de sentido. "El destino es la promesa de seguir", "la promesa es el destino de seguir", "el seguir es el destino de la promesa". Qué más da. ¿A que sí, Caparrós, a que sí, Manzano? Las canciones es lo que tienen. Y la Liga de Fútbol. Y el BBVA. Que si los cantas suenan bien, pero si lees la letra resulta que el destino es la promesa de seguir.

CHARLIE NO HACE SURF

El verano ya no es lo que era. Antes emitían montones de porquerías y “Los vigilantes de la playa”. También reemitían montones de porquerías y reemitían “Los vigilantes de la playa”. Pero este verano nada. Emiten y reemiten montones de porquerías, es cierto, pero de “Los vigilantes de la playa” no hay rastro. Ni siquiera estrenaron una película para frikis inasequibles al desaliento como la que hicieron de “El coche fantástico”.

“Los vigilantes de la playa” nos enseñó muchas cosas sobre la tele: que una serie no necesita guión, que la probabilidad de que ocurra un suceso estúpido en una playa que necesite la intervención de un equipo de salvamento de diseño es mayor que la probabilidad de que ocurra un crimen allí donde se encuentre Angela Langsbury, que la probabilidad de que haya en una playa una persona que no responda a un canon estético más exigente que el de Policleto es menor que la probabilidad de que Angela Langsbury no resuelva los crímenes que se producen allí donde se encuentre, y que el híbrido televisivo fruto del cruce antinatural entre el videoclip exhibicionista y la teleserie surrealista engendra híbridos monstruosos pero fértiles que se reproducen en forma de “Acapulco H.E.A.T.” o “Calor tropical”.

Pues bien, hay buenas noticias para los que estén a punto de dar el verano por perdido porque entre las porquerías televisivas de este año no estuvo “Los vigilantes de la playa”. En CosmoTV están emitiendo “Surf girls”, una serie en la que no sólo hay un guión de todo a cien, sino que además está repleto de surf y chicas de aquella manera. Una digna heredera del paraíso playero creado por David Hasselhoff que incluso cuenta con la participación de algún ex vigilante de la playa. Y con una ventaja añadida: como lo emiten en un canal de pago, no verlo sale gratis. Así que pasarse el verano tan ricamente este año no cuesta un duro. Aprovecha y haz como Charlie. No hagas surf.

LA FÓRMULA SECRETA

Los programas de televisión deberían especificar sus ingredientes para poder ser emitidos y comercializados. Así los espectadores sabríamos lo que nos metemos entre pupila y espalda. Y el que quiera consumir porquería podrá escoger el tipo de porquería que quiere con conocimiento de causa. Si Fulanito quiere estricnina, consulta los ingredientes y se asegura de que aquello es estricnina y no está adulterado con mercurio o con arsénico, que también son venenos, pero no es lo que Fulanito quería. Los venenos también tienen que especificar sus ingredientes para poder saber con qué se intoxica uno.

Por las tardes Telecinco coloca a la población que así lo quiere con “Está pasando”. Los espectadores creemos saber cuáles son sus ingredientes: cotilleos de los famosos, naderías de la Familia Real, cotilleos sobre naderías, naderías sobre cotilleos, vídeos tontos de personajes insulsos, listas insulsas de personajes tontos… Pues bien, no sé si es habitual lo que vi anteayer porque no suelo doparme con este programa, pero anteayer comprobé que cortan sus tóxicos con venenos que no deberían estar ahí: uno de los “reportajes” era en realidad publicidad descarada sobre “Coca-cola” que encajaba como anillo al dedo con su última campaña sobre su fórmula secreta, ya saben: qué bueno es consumir una golosina de agua con azúcar y colorante de la que te aseguran que no tiene conservantes añadidos ni aromas artificiales, pero nadie sabe cómo está hecha.

“Está pasando” debería especificar sus ingredientes. O al menos decir dónde está la isla perdida en la que un animal de dos cabezas custodia un volcán extinto que tiene una ballena atrapada que se tragó un barco pirata en cuya cubierta hay un viejo cofre inca que tiene encerrado un viejo bolso de abuela que oculta una caracola donde se encuentra el grano de arroz en el que “Está pasando” tiene escrita su fórmula secreta.

TÍO BENIGNO

De acuerdo, soy un criticón y ni siquiera de Gracián; soy un criticón de televisión y gracias. Pero no soy de esos que critican a los demás cuando ellos mismos no sabrían hacer lo que critican. De eso nada. Para demostrarlo ahora mismo voy a inventar unos cuantos programas de televisión como los de verdad.

En primer lugar haría un concurso en plan trepidante, con presentadores dinámicos, premios millonarios y concursantes cogidos con arneses y cuerdas que tuvieran que ir todo el rato de aquí para allá intentando averiguar cómo se tramita una solicitud de cobertura médica para un familiar jubilado herido de guerra que reside en el extranjero. Irían de ventanilla en ventanilla mientras un montón de funcionarios amables y pacientes analizan tan extraño caso y aportan un montón de datos que demuestra que la gestión debe realizarse en el organismo de al lado, donde los remitirán a otro que los llevará a otro y otro que los hará volver a empezar. También podría hacerse un concurso cultural con premios ridículos en el que un sabio presentador haría complejas preguntas sobre el procedimiento administrativo que debe seguirse para tramitar, en un bucle infinito de organismos oficiales en organismos oficiales repletos de funcionarios amables y pacientes, una solicitud de cobertura médica para un familiar jubilado herido de guerra que reside en el extranjero. O un programa de cotilleos en el que varios funcionarios amables y pacientes entrevistan a un famoso con un familiar jubilado herido de guerra que reside en el extranjero para ver si sabe tramitar una solicitud de cobertura médica. O un documental, o una competición lúdico deportiva, o una serie de conexiones en plan “Asturias directo”, o “Conexión España”, o un espacio de investigación con cámara oculta en el que un ciudadano intenta averiguar cómo se tramita bla, bla, bla. Y que todos terminaran mostrando la cara que se le queda a mi tío Benigno viendo las vueltas que uno tiene que dar cuando… cuando eso.

¿"JOHN ADAMS" EN AGOSTO?

Párrafo destinado a los programadores de Canal+: ¿En agosto? ¿De verdad en agosto? ¿Estrenan ustedes "John Adams", una de las dos o tres series más importantes de esta temporada, en el mes del año en el que menos se ve la televisión, en el que menos se está en casa, en el que más difícil se hace poder ajustarse al horario y al calendario para seguir de forma minuciosa y detenida una buenísima serie? ¿No podía haber sido en enero, en febrero, en marzo? ¿Tienen algo en contra de estrenar series en abril? ¿Qué tal en mayo? ¿En junio quizá, quizá en julio? ¿En septiembre? ¿Por qué no en octubre? ¿Es noviembre un mal mes para estrenar "John Adams"? ¿No habría sido maravilloso compensar el horror de la programación televisiva navideña con el estreno de la serie de la HBO en diciembre?

Párrafo destinado a los lectores de esta columna: Resumamos unos pocos datos. "John Adams" es una producción de HBO, su eslogan ("It’s not television, it’s HBO") lo dice todo. A lo largo de sus siete capítulos se narra la vida del segundo presidente de los USA, y al hilo de este relato se desarrolla la historia del nacimiento de los Estados Unidos de Norteamerica en base a la biografía del político escrita por el premio Pulitzer David McCollough. La serie ha recibido unas pocas nominaciones a los Emmy, ¿saben cuántas? ¿Dos? ¿Cuatro quizá? Meca, ¿llegarán a ser lo menos seis o siete? Pues no, son veintitrés, veintitrés repito. Y Paul Giamatti, el protagonista, se ha llevado tantos premios de interpretación como premios de interpretación existen.

Párrafo de nuevo destinado a los programadores de Canal+: ¿Y la estrenan ustedes en agosto? ¿Un sábado de agosto a las 7 de la tarde? ¿Para hundir "Cine de barrio", quizá? ¿Para lograr el extraño hito de conseguir una audiencia de cero personas con la mejor serie del año? Dado que no la está viendo ni el Tato, ¿por qué no nos hacemos todos los suecos y la reestrenan en otoño como el Dios de la programaciones manda y aquí no ha pasado nada?

TELEVISIÓN POR PUNTOS ...Y IV

Hoy terminamos de sacarnos de la manga la tabla de sanciones que tendrían que sufrir las cadenas si su “carnet de conducir televisión” fuera por puntos y no se arreglara todo pagando alguna multa de vez en cuando, como pasa ahora.

Tendrá cuatro puntos de sanción quien, además de lo visto ayer, circule por el horario de protección infantil conduciendo programas que están expresamente prohibidos por el código de la televisión. También quien conduzca un programa con una licencia o cualificación que no le habilite para ello, como hacen los presentadores de programas de testimonios que circulan de forma negligente entre asuntos personales a cual más delicado y espinoso. Lo mismo ocurrirá a quien arrojen a la vía pública audiovisual personajes famosos (como son los concursantes de “Gran Hermano” y sus secuelas) que pueden provocar graves accidentes y entorpecen el tráfico audiovisual.

Por último, será sancionado con seis puntos quien conduzca programas bajo los efectos de haber consumido belenestebanizantes, alcohotomatamoros, psicokarmelemarchantrópicos, o se niegue a someterse a la prueba de detección de maríapatiñolizantes, pocholaína o cualquier otra sustancia estupidefaciente capaz de alterar la percepción cabal de la realidad. La misma sanción tendrá quien exceda en más del 50% los tiempos de conducción y descanso establecidos por la ley y emitan programas larguísimos que duren horas y horas, ya que producen somnolencia, con el peligro que esto conlleva. También quien exceda la velocidad a la que deben circulan los participantes en debates y mesas redondas, dado que cuando todo el mundo se acelera hablando a la vez, grita y se interrumpe, se pierde el sentido real de lo que es un debate y se producen constantes atropellos, con gran riesgo para las personas y la convivencia.

¿Se imaginan a las cadenas en cursos de sensibilización y reeducación para recuperar el carnet de televisión por puntos?

TELEVISIÓN POR PUNTOS III

Andamos estos días divirtiéndonos imaginando qué pasaría si se aplicara el carnet de conducir por puntos a la concesión que tienen las cadenas para emitir televisión. Como ayer vimos las infracciones que se penalizarían con dos puntos, hoy vamos a por otras de más enjundia.

Se penalizará con tres puntos a aquella cadena que circule sin los elementos de protección necesarios, como son las señales que indican la edad para la que va dirigido cada programa, o dispongan de señales alteradas, falseadas o no homologadas. La misma penalización tendrá quien durante la conducción de un programa utilice de forma indebida el teléfono (no importa si usa el sistema de manos libres) para recibir llamadas de aludidos que en realidad han sido pactadas previamente. Así mismo perderá tres puntos quien que no mantenga la distancia de seguridad entre programas, ya que esta práctica ocasiona que nada más empezar el nuevo espacio éste sea interrumpido con largas pausas publicitarias que entorpecen el tráfico de espectadores entre cadenas. Por último tendrá la misma sanción quien efectúe un cambio de sentido antirreglamentario convirtiendo los informativos en simples programas de entretenimiento o crónicas de sucesos.

Perderá cuatro puntos quien circule con ocupación excesiva de publicidad o sobreimpresione molestas imágenes promocionales sobre el programa en curso, quien incumpla las prioridades de paso realizando las retransmisiones de cualquier acontecimiento especial a costa de sacrificar siempre los programas infantiles, y quien trate de impedir o dificultar el adelantamiento mediante prácticas de contraprogramación, creando riesgo para los usuarios que no saben qué emiten en la tele porque las cadenas cambian lo programado sólo para fastidiar a la competencia.

Ánimo, que mañana acabamos.

TELEVISIÓN POR PUNTOS II

Qué buena idea: además de pagar una multa, las cadenas de televisión deberían perder puntos cada vez que se portan mal. Como nos pasa a los conductores con el carnet de conducir. Sólo hace falta imaginar cómo sería la tabla de infracciones que restan puntos. Vamos allá.

Cuando una cadena de televisión circule llevando a menores de 12 años como pasajeros y lo haga de forma inadecuada perderá dos puntos. Esto suele ocurrir en los programas nocturnos a los que acuden niños de invitados o incluso como personajes fijos (como ocurre en “¿Sabes más que un niño de primaria?”). Estos programas deben circular sólo de día, debiendo ir los niños sentados atrás, protegidos por el cinturón y una sillita especial de horario infantil que se adapte a su edad y peso.

También perderá dos puntos la cadena que utilice mecanismos para eludir los sistemas de vigilancia de los agentes de tráfico audiovisual, como puede ser emitir imágenes indebidas en un segundo plano mientras en un primer plano se pitorrean de lo que se ve detrás, o emitir estas imágenes con el pretexto de denunciar que otras cadenas las emitieron antes (como ocurrió en “Sé lo que hicisteis”), o incluso hacerlo en forma de dibujos animados (como en “Padre de familia”).

Por último perderán dos puntos las cadenas que paren o estacionen invitados en programas o tramos de programas peligrosos que constituyan un riesgo para las personas y no estén debidamente señalizados. Esto ocurre en todos los espacios en los que se sienta a los invitados en un plató y un presentador o presentadora los incita a hablar de su vida personal, discutir con un familiar o airear sus miserias provocando situaciones peligrosas para ellos o los que por allí circulan haciendo zapping.

¿Y los tres, cuatro y seis puntos cuando caen? Mañana seguimos.

TELEVISIÓN POR PUNTOS I

Dos años insistiendo en lo que mejoró el tráfico desde que funciona el permiso de conducir por puntos acaban por convencer a uno de su eficacia: es una solución sencilla para un problema peliagudo. Tanto que tal vez el permiso por puntos no sólo sirva para mantener a raya a los que tenemos carnet de conducir teniéndonos permanentemente acongojonados (y no es una errata). Tal vez sirva también para arreglar el caos circulatorio en el que vive sumido el tráfico audiovisual.

Igual que el carnet de conducir es un permiso que otorga el Estado, las cadenas de televisión son concesiones que da el Estado a particulares bajo determinadas condiciones. Si las incumplen no sólo deberían pagar una multa (que es siempre inferior a lo que ganan incumpliendo las normas, de modo que nunca salen perdiendo), deberían perder puntos pudiendo llegar quedarse sin la concesión igual que los conductores podemos quedarnos sin permiso de circulación. Algo parecido pasaba con las multas de tráfico: una sanción económica no arreglaba nada porque para aquellas personas suficientemente ricas la multa no tenía efectos disuasorios. Así que no hay duda, la concesión de la que disfrutan los bolsillos repletos de los dueños de las cadenas debe estar sujeta a una normativa que les quite no sólo dinero que ganan a espuertas, sino también puntos por cada infracción cometida.

Para que sea más emocionante, la pérdida de puntos será acumulable y se hará según una tabla que la hará depender de la gravedad de la infracción. Las cadenas comenzarán con un crédito inicial de 12 puntos que podrán ir incrementando en años sucesivos si no comenten ninguna tropelía, aunque viendo cómo está el tráfico audiovisual no parece que eso vaya a pasar. Los próximos días vamos a sacarnos de la manga una tabla de infracciones que no valdrá para nada, de acuerdo, pero por lo menos nos vamos a divertir.

VIVES CANTANDO, VIVES BAILANDO

Primero “Canta! Singstar”, ahora “Díselo bailando”. Ay, Carlos Sobera, empezaste el verano empeñándote en que nos arranquemos a cantar y ahora (viernes por la noche en La 1) lo que quieres es que nos pongamos a bailar. ¿En qué quedamos? ¿Cantamos o bailamos? ¿No es suficiente que hagamos el ridículo en una de las dos cosas que nos pides que lo hagamos ambas? Bueno, pues allá vamos: “Desde que llegaste a TVE sólo vives cantando, ¡hey!, vives cantando, ¡hey!, y ahora bailandooo; y por eso todos nos preguntamos: ¿pero hasta cuándo harás algo asííííííííí?”.

Qué horror. Qué mal me salió. Y eso que no viste la coreografía. ¿Ves lo que pasa si pones a la gente a cantar y bailar? ¿No te das cuenta de que es mejor que unos cuantos nos quedemos silbando y sentados quietecitos en una silla? ¿No ves que tampoco queremos ver a los demás cantando y bailando por muy simpaticotes, cachondos y desinhibidos que sean? Algo hay a nuestro favor: incluso tus nuevos jefes de TVE se dieron cuenta de que se les estaba yendo la mano tanto cantar y tanto bailar. Por eso hace ya unos meses que tienen “Díselo bailando” congelado en la nevera sin saber muy bien qué hacer con él. Se ve que en vez de tirarlo a la basura prefirieron descongelarlo en el microondas y servirlo en este fin de semana que toda España anda de viaje y de fiesta y de inicio de vacaciones y de fin de vacaciones y llega a casa y se traga cualquier cosa. Aquí se aprovecha todo.

La noche del viernes nos sirvieron el programa piloto de “Díselo bailando”. Esperemos que a TVE no le queden en el congelador más entregas y lo que resta de verano se conforme con tener a Sobera de animador de karaoke poniéndonos a cantar, que bastante tabarra es: Desde que llegaste a TVE sólo vives cantando, ¡hey!, vives cantando, ¡hey!...

VERANIEGO DAWKINS

Es el verano tiempo de solaz y esparcimiento, ánimo éste que acostumbra a verse reflejado en la misma programación televisiva que, acorde con la ligereza de la ropa y las costumbres, llena igualmente el sosiego de los espectadores con contenidos refrescantes, jugosos, coloristas, hechos a la medida de un momento en el que el alma se vuelve liviana y chapotea infantil entre musiquitas, refrescos y parques acuáticos. En este contexto, pues, de programas fresquitos y menores, ¿qué mejor idea podría tener una cadena de televisión que reunir a la familia entera, desde la abuela hasta los niños más pequeños, alrededor del televisor a esa hora en la que el prime time llega acompañando a la fresca y programar "La raíz de todos los males", la serie documental de Richard Dawkins sobre la religión producida para el Channel 4 británico?

¿Por qué no? Richard Dawkins es un conocidísimo profesor de la Universidad de Oxford, biólogo evolucionista convencido de que la fe religiosa, -un "proceso de no-pensar"-, es la causa de casi todas las calamidades que asolan el mundo. A lo largo de esta serie escuchamos a jóvenes musulmanes asegurar que el Islam conquistará el mundo y los hombres dejaremos de vestir a nuestras mujeres como putas, contemplamos a pastores evangélicos reconocer que si no fuera por temor a Dios ellos matarían y violarían a niños, leemos fragmentos de textos sagrados que horrorizan a cualquier persona que no sea psicópata, comprobamos cómo se miente sistemáticamente a los niños en las escuelas judías o evangélicas provocando por ejemplo que el 47% de los norteamericanos crean que el mundo tiene menos de 10.000 años de antigüedad.

Así que, ¿por qué no programar "La raíz de todos los males" entre un concurso de adivinar canciones y una película de adolescentes salidos? Ya que nadie presta atención a una frase de más de diez palabras en la televisión estival, ya que a nadie le importa la religión una mierda seca, ¿puede haber algo más trivial, ligerito y veraniego, que programar a Dawkins en agosto?

LA RAÍZ DE TODOS LOS MALES
PROGRAMA 1 (V.O. CON SUBTÍTULOS)


PROGRAMA 2 (V.O. CON SUBTÍTULOS)

OPERACIÓN RISTO

Ahorita no más les voy a desvelar cómo será el concurso televisivo con el que España se pondrá en la vanguardia de la innovación televisiva mundial: “Operación Risto”. Tras su espantada en directo en la final de la última edición de “Operación Triunfo” todo apunta a que el tío más sobrao de la televisión patria abandona definitivamente el concurso: “Hay que saber leer cuándo uno sobra, cuando ya ha hecho su trabajo, cuándo se puede ir”, dijo este tipo más duro que el corindón (es que llamarle diamante sería excesivo. Además el corindón me hace más gracia). Como en estos programas hace falta un poli malo que sirva de contraste a tanta autocomplacencia (un violento yang que equilibre el sobrio yin, que diría el Sr. Burns), nada mejor que realizar una “Operación Risto” para dar con un tío capaz de sustituirlo.

Por “OR” podrían ir desfilando los tipos más desagradables del país para seleccionar al bordísimo infinito, muchísimo borde, borde tan fiero que en la cara de Risto Mejide fuera delito. Si el poli malo de la “OT” alemana consiguió una multa por su comportamiento y comentarios sangrantes, el nuestro debería conseguir ser multado cada semana (y, por tanto, poner los índices de audiencia por las nubes) soltando perlas como ésta: “Comprendo que haya gente que haya inventado las drogas. Es para soportar a tíos como vosotros”. ¿Vamos a permitir que su borde sea más borde que el nuestro?

Un perfil tan exigente sería difícil de alcanzar, pero los aspirantes podrían ayudarse matriculándose previamente en la Escuela de Televisión Reality que acaba de abrirse en Nueva York. Allí aprenderían, por 140 euros al día, los trucos necesarios para triunfar en este tipo de concursos. Sin duda “OR” sería un éxito. Sólo habría un problemilla: ¿quién haría de jurado borde en un concurso concebido para seleccionar a un jurado borde?

EL IMPERIO CONTRAATACA

Tengo el programa definitivo. El concurso televisivo que acabará con los concursos anteriores. La madre de todos los ‘reality shows’, los ‘talent shows’ y los ‘shows’ en general. Se equivoca Telecinco con su afán por mantener en antena “Gran hermano”. En la mayor parte del mundo es un programa a la baja. Hace unas semanas que en Australia tuvieron que adelantar el fin de su última edición porque no funcionó ni el truco de gastarse 300.000 para que Pamela Anderson visitara a los concursantes. Aquí promocionan la próxima edición haciendo cosas raras: un autobús recorre España buscando concursantes, cuando lo que sobra son candidatos, y Mercedes Milá hace declaraciones desconcertantes: dice que los participantes, esos exhibicionistas aspirantes a portada de “Interviú”, esos egocéntricos encantados de que todo el mundo esté pendiente de sus monerías, son “valientes y generosos” porque permiten que las cámaras les sigan las 24 horas del día. Qué cosas.

Cuatro lo intenta de otra manera. En su casting buscan figuras para “Circus. Más difícil todavía”. Un error. Eso ya lo hicieron los de “Tienes talento” y “Tú sí que vales”, con la única diferencia –sólo semántica- de que ellos no llamaron “circo” al circo que montaron.

Debemos arriesgar más, como hacen por ahí afuera. En EE.UU. Sarah Jessica Parker, de “Sexo en Nueva York”, producirá un concurso en el que competirán aspirantes a artistas (pintores, escultores…), y el canal por cable NSG está emitiendo un concurso de músicos callejeros. En Alemania no son menos artísticos y en un reality mostraron cómo la actriz Brigitte Nielsen, ex esposa de Sylvester Stallone, se sometía a varias operaciones de cirugía estética: inyección de bótox en los ojos, aumento de pecho, lifting facial y liposucción de muslos y caderas. ¿Vamos a ser aquí menos que los demás? De eso nada, mañana, como decían Los Nikis, el Imperio contraataca.

PERSEIDAS

No me pierdo nunca la lluvia de estrellas de las perseidas. Cada cual tiene sus rituales, y en cuanto los astrónomos informan del día en el que el cielo nocturno será arrasado por meteoritos en llamas yo reservo esa noche en mi agenda para pasármela tumbado mirando a la eternidad mientras observo puntos de luz distantes que nos hablan de otros mundos, de otras vidas, de otros deseos. Esta vez fue el lunes 11. Conviene aislarse, evitar focos de contaminación lumínica y asegurarse las provisiones y la ropa conveniente para la larga noche que aguarda por delante.

Yo me deshago de los teléfonos, bajo las persianas asegurándome de que no queda un resquicio por el que pueda colarse un fotón, limpio el sofá de cojines y comienzo a mirar la bóveda televisiva en busca de estrellas. Las perseidas de este año han sido extraordinarias. Nada más empezar, a las diez de la noche, mirando hacia la constelación de TCM Clásico, aparecieron por el firmamento John Ford y John Wayne acompañados de todas las luces de "La diligencia". Cerca, muy cerca, hacia la galaxia de TCM, en ese mismo momento Forest Whitaker interpretaba a la atormentada vida de Charlie Parker en "Bird" mientras Clint Eastwood, el director de esa nube de meteoritos, también aparecía en "Harry, el fuerte" mirando más hacia el oeste, en la constelación de Calle 13. Era difícil decidir qué estrellas observar. Y lo iba a seguir siendo, ya que en cuanto desaparecieron Ford y Wayne llegaron Vicente Minelli y Frank Sinatra en "Como un torrente", iluminando el cielo de forma casi cegadora en el momento de cruzar la eclíptica. Y cuando las dudas de Dave Hirsch se desvanecieron como ceniza en la pantalla apareció Buster Keaton al mando de la locomotora "The General".

Y así hasta el amanecer, cuando Jane Fonda y Anne Bancroft cerraron las perseidas con "Agnes de Dios". Levanté la persiana y ya no hubo forma de distinguir nada en el televisor. Comenzaba un nuevo día y, por tanto, era el momento de irse a dormir.

YA LO DECÍA FOFÓ

Una persona puede saber cómo es mirándose al espejo. Pero también puede saberlo mirando cómo es su espejo. La Sexta estrenó el domingo por la noche un programa para que las familias españolas sepamos cómo somos mirándonos en él. Pero también podemos saberlo mirando cómo es el programa.

“Una cámara en mi mano” deja una cámara de vídeo a los niños de varias familias españolas para que nos enseñen cómo son. Se ven cosas interesantes: en la familia aficionada a la lectura, el niño tiene una buena biblioteca, lee mucho y de mayor quiere dedicarse a la egiptología, su principal interés; en la familia de un rockero, la niña está rodeada de músicos e instrumentos, tiene su propia guitarra y está aprendiendo a tocar; en la familia en la que los niños hacen lo que quieren, el niño ve mucha tele, juega mucho a los videojuegos, está a dieta porque le sobran varios kilos, es un apasionado de “Pressing catch” y de mayor quiere ser “probador de colchones”, “probador de videojuegos” o “probador de algo que le guste”.

Pero el programa mismo también tiene su interés: es un espacio infantil porque cada vez más son los niños los que dicen lo que se ve en la tele en casa cuando termina el horario infantil y empieza el horario adulto: o sea, que los niños son unos consentidos que se acuestan tarde. Además se emite de las 21:30 a 22:30 horas, de modo que el ‘prime time’ empieza ahora media hora más tarde que lo hacía antes. Esta forma de organizar la parrilla televisiva es algo que están haciendo todas las cadenas copiando la estrategia que inició Telecinco con “Escenas de matrimonio”. O sea, que los adultos se acuestan cada vez más tarde. Y el pegamento familiar es ahora la tele. Antes decían que la familia que rezaba unida, permanecía unida. Ahora la familia que ve la tele unida, trasnocha unida. Y se queja unida de lo tarde que echan las cosas en la tele. “No hay nada más bello que una familia unida”, ya lo decía Fofó.

ROMPETECHOS, PIRAGÜISTA

Hola, señor guardia. Quiero quejarme de la retransmisión de la Fiesta de las Piraguas. Y no ponga esa cara, hombre, que no me refiero a la retransmisión que hizo la Televisión del Principado de Asturias. Ésa estuvo muy bien, fueron casi cuatro horas en directo en las que contaron lo que estaba pasando y dio tiempo a verlo todo sin perder detalle. Eso es al menos lo que me dijeron por teléfono mis amigos Mortadelo y Filemón, que fueron invitados y se lo pasaron de rechupete bajando el río en góndola. Yo no pude ver nada porque, claro, a mi no me invitaron y me tuve que conformar con quedarme en casa a verlo por la tele con mi amigo el botones Sacarino.

Sí, señor guardia, lo que quiero es quejarme porque este año desde mi casa no se veía nada bien la Fiesta del Sella. Ni Sacarino ni yo pudimos ver nada. En mi televisor sólo salía un patio de luces y de vez en cuando una señora gorda tendiendo la ropa. En la de Sacarino salían muchas más cosas gracias a que no hacía más que apretar los botones de su teléfono móvil y, no sé cómo, aquella tele cambiaba de canal aunque yo estoy convencido de que era sólo la ventana de casa. El caso es que nos lo perdimos. Sacarino dice que desde hace muchos años TVE lo emitía para toda España, pero este año no lo hizo y nos fastidió. Nos fastidió a todos: a nosotros porque siempre lo veíamos, a los asturianos que viven fuera de Asturias porque antes lo podían ver por La 2 o por el Canal Internacional y cantar el “Asturias, patria querida” tras el pregón de la salida desde el salón de su casa, a todos los aficionados al deporte porque se perdieron una gran fiesta, y a todos los asturianos porque se quedaron sin la mejor promoción turística que puede recibir su tierra.

Lo que quiero es que la TPA siga haciendo la retransmisión como este año para Asturias, pero que TVE vuelva a llevar la fiesta a todo el mundo. ¡Pero bueno, señor guardia, no se quede ahí mirando como un pasmarote y haga algo, hombre!

EN DOS PALABRAS: IM-PRESIONISMO

El Descenso del Sella es una fiesta deportiva tan peculiar que Jesulín de Ubrique podría definirla con dos palabras: “im-presionista”. En la tele lo intuyen porque siempre la retransmiten colocando las cámaras en lo alto de grúas y en helicópteros que sobrevuelan el río. Pero se quedan cortos. Tal vez necesitaran cámaras situadas más arriba, a la altura que vuelan los aviones. O, quién sabe, los satélites artificiales.

Las Piraguas son de naturaleza impresionista porque son un acontecimiento descompuesto en colores primarios que deben recomponerse en la retina del espectador. Cada uno de los asistentes aporta sus pinceladas de color: los dorsales, las camisetas de cada equipo, los collares de flores de los selleros, las embarcaciones serpenteando río abajo, los remos brillando al sol por un instante antes de volver a sumergirse en el agua, los coches siguiendo el descenso por la carretera, los viajeros del Tren Fluvial moviéndose como un enjambre desde la vía hasta el río para ver pasar las primeras piraguas, las miles de manos aplaudiendo a lo largo de las orillas y los puentes, las tiendas de campaña que manchan de color el verde color del campo, las botellas de sidra alzándose al cielo hasta tapar el sol para hacer posible que los asistentes beban a la sombra en homenaje a aquellos espartanos que lucharon contra una multitud de arqueros persas.

El resultado son millones de pinceladas que sólo cobran sentido si el observador se aleja lo suficiente para que la retina haga su trabajo y obtenga una imagen final coherente. De cerca, y menos desde dentro, es imposible ver una fiesta tan grande. Luego veré grabado qué tal han hecho su trabajo los de la TPA, a ver cuánto ha logrado alejarse el helicóptero para acercar el Sella a los espectadores. No pude ver la retransmisión en directo porque tuve que ir a que mi camiseta de Los Simpson “Absolutely pissed in London” pusiera una pincelada de color en la salida del puente de Arriondas.

TELEVIDENTES PASIVOS

Ahora que anuncian que en Europa sólo se venderán cigarrillos que se apaguen solos deberían hacer lo mismo con los televisores. Es verdad que los cigarrillos que se arrojan o se olvidan encendidos provocan incendios y problemas que causan un montón de daños, pero la tele también. ¿Si dejan de dar caladas al cigarrillo éste deberá apagarse?, pues lo mismo debería hacer la tele si nadie la está mirando.

Miles de personas se quedan cada día dormidas con el televisor encendido (en EEUU se calcula que lo hace uno de cada cuatro espectadores, si la tele se apagase en ese momento se ahorrarían unos dos mil millones de dólares al año). Miles encienden y no prestan atención o marchan del cuarto. Peor aún: miles ponen la tele en los locales públicos aunque nadie esté mirando. Y a todo volumen. El resultado es que el ambiente se hace irrespirable y los clientes se convierten en televidentes pasivos, con todos los problemas que esto acarrea. Si los televisores se apagaran solos las cosas mejorarían, ahorraríamos energía, dejaríamos de emitir unas cuantas toneladas de CO2 a la atmósfera y los ciudadanos no tendríamos que tragar las miasmas formadas por los espacios televisivos que inundan el aire de los locales públicos poco ventilados.

Incluso podríamos dar un paso más. Un acto con la trascendencia que tiene encender el televisor no debería hacerse de forma automática e irresponsable. Así que habría que incorporar en el mando a distancia un seguro para que no se disparara solo y encendiera sabe Dios qué programas. Mejor aún. Tras darle al botón de encendido, la tele debería preguntarnos si de verdad queremos realizar un acto tan peligroso. Algo así como: “¿Está Vd. seguro de que desea ejecutar la orden ‘encendido del televisor’?”. Y ahora disculpen que les deje pero es que voy a apagar la tele. No sé quién la dejó encendida y me está poniendo la cabeza como un bombo.

LO NORMAL

Ni las relaciones sexuales son así ni los infartos tienen esos síntomas. Hoy pondremos estos dos ejemplos aunque podríamos poner muchos otros porque salen en la prensa cada dos por tres (las familias españolas no son como “Los Serrano”, los médicos no son como House, los forenses no pueden resolver todos los casos como en “CSI”, los seres humanos no son seres amarillos con cuatro dedos…). Hablaremos de sexo e infartos porque son el último caso de denuncia contra la realidad que nos muestra el televisor.

Estamos cansados de ver en la tele y el cine que quien sufre un ataque al corazón se desploma agarrándose el pecho fuertemente con cara de dolor. La Fundación Británica del Corazón denuncia que los síntomas en realidad suelen ser más imperceptibles. Esa imagen es peligrosa, dicen, porque hace que quien sufre un infarto no lo identifique a tiempo y no reaccione como debe.

El norteamericano Consejo de Padres para la Televisión denuncia que en la tele apenas aparece el sexo dentro del matrimonio (y si lo hace se muestra como una “carga”), a la vez que insiste en el atractivo de otro tipo de relaciones. Esta imagen es peligrosa, dicen, porque promociona el adulterio y la promiscuidad.

Los primeros serán unos alarmistas y los segundos unos mojigatos, vale, pero hay algo que no debemos olvidar. Hay una fuerte tendencia a juzgar las cosas según si nos parecen “normales” o no (los padres no ven a sus hijos gorditos porque lo normal es que todo el mundo lo esté, los conductores no se percatan de que van rápido porque lo normal es que todo el mundo lo haga). Ver la tele es la primera fuente de ocio y, tras dormir y trabajar, es la actividad a la que dedicamos más tiempo. Más de tres horas y media ante la tele por persona y día hacen posible que lo que emite la tele, lo que vemos, es lo que después nos parece “lo normal”.

PROBANDO... PROBANDO...

Manuel Villanueva, director general de Contenidos de Telecinco: “El verano es un tiempo que utilizamos para probar nuevas ideas, explorar nuevas franjas y por lo tanto, intentar abrir nuevos caminos a lo largo de la temporada”. Lo dijo cuando presentaba el concurso ¿musical? “Valanota”. Podemos respirar tranquilos: el programa fracasó, así que esa nueva idea, esa nueva franja y ese nuevo camino nos van a dejar tranquilos.

En Antena 3 han perfeccionado la técnica para realizar pruebas televisivas. Acaban de estrenar, en verano, una serie que hace un mes, también en verano, ya habían estrenado en TDT. Queda muy elegante si se dice que “Impares” es la primera serie que se hace específicamente para la Televisión Digital Terrestre en España y es la primera que da el salto a una cadena generalista. Pero queda muy cutre si se dice que eso significa que en la TDT sólo emiten reposiciones y que para una vez que hacen algo nuevo es como prueba a ver qué tal sale porque no se atreven a estrenarlo en una cadena “de las de verdad”.

Y la lectura correcta parece la segunda, porque “Impares” es una tira de humor de bajo, muy bajo, presupuesto. Si no hay efectos especiales, persecuciones en helicóptero ni caras superfamosas, eso quiere decir que todo descansa en el guión. La pregunta entonces es: ¿Estamos ante un nuevo “Camera café” o ante una nueva versión de “Escenas de matrimonio"? No tenemos la suerte de que sea lo primero, pero tampoco la desgracia de que sea lo segundo y eso que el riesgo era grande: en las matrimoniadas están empeñados en que el estado natural de la pareja es la discusión permanente, y en “Impares” están empeñados que en que el estado natural del soltero es el ligue perpetuo. Y ahora, allá ustedes. Si se tropiezan con “Impares” mientras cenan y se quedan mirando distraídos tengan presente que sin darse cuenta están abriendo nuevos caminos al programador loco de Antena 3.

IN MEDIO VIRTUS

Hace trampa quien dice de una cosa que es mala porque en exceso puede causar problemas. La trampa está en que lo malo es el exceso, no la cosa. En el pasado supieron decir lo mismo de forma más resumida y sentenciosa: “Nada en demasía”, dijo Publio Terencio. “No hay venenos, sino dosis” dijo Paracelso. La sabiduría popular prefiere los pareados: “Todos los días gallina amarga la cocina”. Así que cualquier cosa, cualquiera, puede ser mala cuando nos inunda y nos ahoga. Incluso el aire, tan necesario, en una hiperventilación puede hacer que nos desmayemos (por cierto, ¿podrán los peces “hiperhidratar”?). Así que, o Antena 3 está realizando un experimento para ver cuál es la dosis diaria de capítulos de “Los Simpson” que los espectadores podemos digerir o se está pasando en su afán por mantenerse a flote a base de explotar el programa que mejores resultados de audiencia le da desde hace años en cualquier día y a cualquier hora.

Emitir un capítulo a la semana, como hacía la 2 cuando tenía en sus manos a “Los Simpson”, sabía a poco. Un capítulo al día, como empezó a hacer Antena 3 después, estaba bien. Incluso dos capítulos diarios, cuando se emiten a esa hora tonta de mediodía, son estupendos. Pero seis capítulos al día, como emite los domingos Antena 3 (dos a mediodía y cuatro por la noche), son demasiados. Un exceso. Una dosis que envenena. Tanta gallina que amarga la cocina.

Realizada una encuesta mundial a simpsonmaníacos de reconocido prestigio sobre esta forma de celebrar el décimo octavo cumpleaños de la serie se obtuvieron los siguientes resultados: Montse dice que está indignada y le parece una saturación innecesaria. Isabel dice que es horrible porque el domingo que no puede ver la tele se pierde seis capítulos. Y Aristóteles… Aristóteles no veía “Los Simpson” pero decía que hay que huir de los extremos porque en el medio está la virtud.

ENGAÑIFAS, FULLERIAS Y EMBELECOS

Como Antena 3 emitió un par de especiales “Magia sin secretos” en los que un mago traidor desvelaba los trucos del gremio, les había prometido que contaría unas cuantas engañifas, fullerías y embelecos que usa la tele. Pero antes confesaré mi truco: los datos proceden del libro “¡Mírame tonto! Las mentiras impunes de la tele” de Mariola Cubells, una periodista que trabajó tras de las cámaras haciendo todo tipo de programas hasta que marchó asqueada y harta. Sabrá lo que dice.

Explica Cubells cómo en la tele mienten a los espectadores, engañan, confunden y traicionan la confianza de los que van invitados a los programas a contar sus cuitas, sobornan a los parias de la tierra si es preciso, prometen cosas que no pueden cumplir, desprecian al público del que sólo quieren que mire y calle, manipulan concursos para que ganen los guapos o el programa tenga más interés, tergiversan las declaraciones aunque se trate de un informativo, diseñan programas zafios a sabiendas porque consideran que el público es analfabeto, provocan el llanto cuando conviene, rastrean los peores lugares y buscan a gente desesperada para utilizar esa desesperación para sus propios fines, son racistas, clasistas, despóticos, elitistas, crueles, consiguen que los más débiles y los menos privilegiados intelectual y culturalmente llenen horas de emisión, estafan a los directivos de tele (que lo saben) inflando los presupuestos de los programas para ganar mucho más dinero, pagan cifras desorbitantes a los famosos pactando si es preciso un precio si lloran y otro si no lo hacen o un precio si aguantan hasta el final y otro si se van a la mitad, llevan gente a la tele sabiendo que eso puede destrozarles la vida, se ríen de su simpleza y los persuaden para que crean que lo mejor para ellos es que hagan y digan lo que la tele quiere.

Esto son sólo pinceladas generales. Si quieren montones de datos sorprendentes más concretos, cojan el libro, abran al azar y lean. No sólo se puede hacer zapping con el mando a distancia.

PACTO ENTRE ESCUDEROS

Un pacto entre caballeros estipula que los magos no revelan sus secretos. No es sólo corporativismo, es que la magia es un juego de la inteligencia que necesita de la complicidad del espectador que sabe que va a ser engañado por un tipo tan honrado que primero le avisa de que hay truco y luego le lleva a un universo en el que las leyes de la naturaleza son otras. Así son las reglas del juego para quien quiera jugar. En Antena 3 no piensan lo mismo. Será por eso que en Antena 3 tuvieron el mal gusto de emitir “Magia sin secretos” durante la noche de los dos últimos jueves.

El hombre del tiempo de Antena 3, Roberto Brasero, tuvo el dudoso honor de presentar “Magia sin secretos”. Tal vez esté orgulloso del salto que acaba de dar en su carrera televisiva, pero no adorna su currículum abandonar las isobaras para mostrar cómo un mago traidor escondido tras una máscara de lucha libre mejicana destripa los trucos que usan los magos (podía decir “los trabajadores de la magia” para darle un tono más sindical).

Como quien traiciona a un traidor tiene mil años de perdón, también aquí vamos a realizar para todos ustedes una bonita felonía: en Antena 3 no lo dicen, pero este programa ya lo habían emitido ellos mismos hará unos diez años. Eran las mismas imágenes y el mismo mago traidor, pero con otro presentador. Nos lo quisieron colar como nuevo poniendo un presentador nuevo, pero se les vio el conejo escondido tras la chistera. Y ya que Antena 3 no revela sus trucos ni se decide a revelar los que realmente habría que desenmascarar (los de los timadores que afirman tener “poderes” y engañan de forma desleal), mañana dedicaremos el día a comentar algunas triquiñuelas del mundo de la tele. Será de mal gusto que hagamos algo así, pero si hay magos que no respetan un pacto entre caballeros, no vamos a ser nosotros los que nos empeñemos en respetar un pacto entre escuderos.

¡CÓMO ESTÁN LAS CIRCUNSTANCIAS!

No parece que “Gran hermano” sea, como dice ser, la vida en directo. Pero sí hay programas que son la vida en diferido. “Callejeros” lo es en la noche de los viernes de Cuatro desde hace ya mucho tiempo. No sólo es bueno, sino que además funciona, así que su género, el “docushow” va a más. El último estreno de Cuatro, “Ola-Ola” es el último ejemplo.

“Ola-Ola” es un “Callejeros” en versión playera. Otras cadenas que emiten cosas como “Corazón de verano”, que reconvierten “Esta mañana” en “Esta mañana de verano” y que dedican “Saber vivir” a la “Cocina sana de verano”, habrían optado por lo evidente: emitir “Callejeros de verano” y ya está. Como si lo viera. Pero en Cuatro no. Y mira que un “Callejeros a toda costa” hubiera quedado chulo, pero nada. Será que no se puede callejear por la playa o que quieren estirar tanto el éxito de su programa que este viernes optaron por emitir primero “Ola-Ola” y luego “Callejeros”. ¿No es demasiada dosis de “vida en diferido”?

“¡Cómo están las circunstancias, Matilde!”, le decía Lota la de Pellón a mi tía Matilde hace años. Es una manera perfecta de no decir “crisis”, como se empeñan en repetir los unos, ni de buscar eufemismos, como se empeñan en hacer los otros. “Ola-Ola” y “Callejeros” no cansan porque nos muestran sin afectación cómo están las circunstancias. Sale la gente de la calle sin trampa ni cartón. No se los utiliza como en los diariosdepatricia. No son niñatos de 30 años hambrientos de ser portada de Interviú y famosos por la patilla. Somos nosotros cogidos al vuelo con una cámara ante la que podemos decir sólo una o dos frases antes de que la cámara siga su camino. Nos viene bien vernos y darnos cuenta de que, nos guste o no, somos así. Viéndolo, el viernes por la noche me acordé de Lota y de mi tía. ¡Cómo están las circunstancias, Matilde!

DOS CARRETAS

Que el verano produce efectos más indeseables sobre la tele que el sol sobre la mayonesa es algo sabido. Pero hay uno que no solemos tener en cuenta: el turismo de los jefazos por esos mundos y esas teles. Como alguno viaje por el norte de Europa y vea lo que pasa por allí puede revolucionar el panorama televisivo a su vuelta.

Veamos algunos ejemplos a cual más florido. En la noruega TV2 Zebra se inventaron un programa “sólo para hombres”: “Man show”. Según su creador, “a los hombres sólo nos interesa el fútbol, la cerveza y la erección”, así que incluía lindezas como concursos a ver quién la tiene más larga. También parodiaba un cuento infantil de la escritora sueca Astrid Lindgren (la autora de “Pippi Calzaslargas”) adornándolo con sexo, alcohol y drogras. Los suecos se echaron las manos a la cabeza, aunque en su casa también pasan cosas curiosas. Como el humorista de Kanal 5 que se cortó dos trozos de nalga y los comió ante las cámaras con un poco de vinagre balsámico y un vaso de vino. No le sentaría tan mal como le sentó la cena a la presentadora de un concurso nocturno que vomitó en directo… y siguió presentando.



Pero el verdadero problema no está ahí, sino en lo que pasó hace una semana en los informativos de la cadena pública sueca SVT (la misma que hace unos meses emitió porno en una pantalla tras el presentador del informativo dominical). Resulta que el presentador Rikard Palm salió a las 18:00 horas dando un avance de las noticias con su nuevo bigote. Hubo tal avalancha de llamadas de protesta que en el informativo de las 17:30 ya se lo había afeitado. “Mi mujer me dijo que así estaba más guapo”, declaró a un diario. Pero pudieron más los espectadores. Como esta dictadura de la audiencia llegue aquí el refranero se va al garete. “Tiran más dos puntos de audiencia que dos carretas” suena fatal.

CASTAÑUELAS Y OLÉ

Mientras hay lugares en los que las cadenas de televisión son investigadas y vigiladas, aquí se sienten tan seguras que son ellas las que fiscalizan a los demás. En Gran Bretaña la BBC acaba de recibir un palo por hacer trampas en los concursos y aquí Telecinco se entretiene persiguiendo los vídeos de sus programas que cuelgan en YouTube.

Como nada hay gratis, todas las cadenas (las generalistas y las “de pago”) son de pago, lo que pasa en que nos cobran de diferentes maneras. Con cuota mensual, con publicidad en vena o con concursos “llame ahora”. Los concurson parecen tontos, pero son eficaces porque el premio parece inmediato mientras que el pago se disfraza de llamada telefónica que ya se pagará. Aunque todo es mejorable. La BBC aumentó los beneficios inventándose ganadores, de modo que se ahorraba el enojoso trámite del pago de los premios. Pero, vaya, en Gran Bretaña tienen orgamismos como la Ofcom (¡con capacidad sancionadora!) que investigan lo que hacen las cadenas, así que ahora pagarán medio millón de euros de multa. Aquí no. Aquí tenemos cosas como la Comisión Mixta de Seguimiento del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia, que cada año hace un informe muy bonito en el que detalla las denuncias e incumplimientos y ya está. Aquí paz y después gloria. El informe del último año se hizo público estos días para que se entretenga leyéndolo quien quiera, que para eso está repleto de datos a cual más entretenido.

Sometido a una investigación por cohecho, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, anuncia que dejará su cargo. “Estoy orgulloso de ser el primer ministro de un país que investiga a sus primeros ministros”. Seguro que también la BBC está orgullosade ser la tele pública de una país que investiga a sus cadenas de televisión. En España, cientos de cadenas nacionales, autonómicas y locales repletas de concursos “llame ahora” no están orgullosas, pero están más contentas que una castañuelas.