En unos meses se cumplirán los 150 años de la publicación de “El origen de las especies” de Charles Darwin. Pero hay quien todavía está empeñado en mantener abierta en las ciencias naturales la polémica entre creacionismo y evolucionismo… a estas alturas (podía añadir escandalizado esa muletilla de “en pleno siglo XXI”, pero es que ni el siglo está completo –no estamos a finales–, ni éste es el momento culminante o central del siglo. Así que de “pleno”, nada). Lo malo no es la polémica que alimentan quienes están empeñados en confundir las ciencias naturales con las sobrenaturales, ¡sino que pretenden mantener esa polémica en serio!
¿Y la televisión? ¿Cómo surgió la diversidad de géneros y especies televisivas que pueblan los monótonos valles aluviales de la mañana, los feraces bosques de mediodía, la dulce sabana de la sobremesa, las escarpadas laderas de la tarde, las peligrosas selvas nocturnas y los abismos insondables de la madrugada? ¿Se crean los programas por voluntad del infinito poder del Dios de las Televisiones, que inspira a los creativos para que hagan surgir la vida televisiva de la nada? ¿Son los programadores los nuevos profetas que, dejados ya de la mano de Dios, apenas alcanzan a advertirnos de lo que nos deparará el futuro dentro de tres o cuatro días? ¿O todo mana de un lento y paciente proceso evolutivo por selección natural a partir de un programa primordial que surgió en un pasado remoto y perdido?
Hoy por la tarde el Consejo de la Juventud del Principado de Asturias nos invita a discutir sobre “Televisión, ¿evolucionismo o creacionismo?”, pero tranquilos, no lo haremos en serio. Nos reuniremos en la cafetería “El cafetal” de Gijón, charlaremos, veremos vídeos sobre la historia natural de la televisión, no aprenderemos nada y no llegaremos a ninguna conclusión; pero, ¿y lo que nos vamos a reír?
Bueno, visto así parece interesante y todo.
ResponderEliminarAllí nos veremos.
Suena divertido, así que habrá que ir.
ResponderEliminarLa verdad es que echo mucho de menos tus clases magistrales y verte mirar por la ventana. Me gustaría ir. Lástima.
ResponderEliminarNosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Que pena no haber entrado antes en el blog y haber leido este artículo. Yo también echo de menos esas clases, la facultad es aburrida, los profesores no cuentan chistes para enseñar, agg... La próxima vez avisar con tiempo y tendreis una masiva congregacion esperando por una nueva clase. ¿Quién dice que aprender es aburrido? No aprendimos poco ni nada riendonos con Charles.
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