8/4/08

SACARSE LA TRÁQUEA

Las serpientes de la variedad bitis arietans pueden comerse a un ciervo entero de una sentada, -de una tumbada, ya que estamos hablando de una serpiente-. Lo vimos el otro día en el primer episodio de "La vida a sangre fría", la serie documental de David Attemborough que estrenó Canal+ sólo dos meses después de su estreno en la BBC británica. Comienzan a engullir la presa por la cabeza y terminan por las pezuñas. Como el diámetro del ciervo supera ampliamente el calibre de la boca de la serpiente, ésta, -por mucho que aproveche la elasticidad de las partes blandas de su mandíbula-, se encuentra incapacitada para respirar al quedar completamente taponadas sus vías aéreas. ¿Qué hace entonces? No hay ningún problema: ¡se saca la tráquea fuera de la boca y sigue comiendo con el tubito por fuera! Varias horas después termina de tragarse al ciervo y comienza la digestión. El corazón multiplica por cuatro su tamaño. El hígado lo hace por ocho. Y quizá la bitis arietans no vuelva a comer hasta dentro de doce meses.

A veces los programas televisivos son tan grandes que hace falta sacarse la tráquea para poder comerlos enteros. Justamente un buen ejemplo de esto son los documentales de David Attemborough. Tras treinta años realizando las mejores filmaciones de animales que jamás se han visto, tras haber repasado todos los tipos y clases existentes, -mamíferos, aves, peces e invertebrados-, "La vida a sangre fría", dedicada a anfibios y reptiles, pone fin a la carrera del naturalista y a su descomunal proyecto "Life", el cual por sí solo justificaría la existencia de ese medio de comunicación que se llama "televisión". El primer capítulo fue tan sabio, tan grandioso, tan lleno de imágenes inolvidables y biología repleta de vida y de lógica, que tuve que forzar al máximo mis mandíbulas visuales y sacarme la tráquea fuera de la boca para poder engullírmelo enterito, sin un solo parpadeo. Después quedé agotado, entumecido, tan adormilado que no creo que vuelva a necesitar ver la televisión hasta dentro de, como poco, doce meses.

14 comentarios:

  1. ¿Esa tilde en "sacárse" tiene algún porqué? ¿Por qué? No entiendo por qué.

    ResponderEliminar
  2. "Sacarse" no lleva tilde.

    ResponderEliminar
  3. Además de la tilde en "sacarse", la conjunción "y" no puede ponerse antes de una palabra que empiece por "i", como en este caso "...y invertebrados".

    ResponderEliminar
  4. Eh... esto... ¿qué tilde en "sacarse"? Yo no veo ninguna tilde en "sacarse". ¿Y qué es eso de "y invertebrados"? ¿Dónde está escrito "y invertebrados"? ¿No dice claramamente "e invertebrados"? Eh... esto... je, je.

    ResponderEliminar
  5. Apuesto mi Pokedex rosa (OJO: MI-PO-KE-DEX-RO-SA) a que, perdida en ese maremagno de letras, se encuentra otra falta ortográfica. Te daré una pista: la palabra que la contiene comienza por "s" y termina por "o". Si das con ella y la corriges me pensaré seriamente lo de subirte la nota del artículo del 5,0090 al 5,0092.

    ResponderEliminar
  6. Ufff, lo peor que le podías haber dicho. Jajajajajaja, me lo imagino: desnudo en la ducha desde hace varias horas, frotándose compulsivamente todo el cuerpo con una esponja de crin y marmullando: "Todavía no estoy limpio... sigo oliendo a fracaso...".

    ResponderEliminar
  7. Qué bien me conoces, Turanga. Suerte que... eh... no existe esa falta de ortografía por la que la misteriosa Bündchen ha apostado su Pokenoséqué rosa. Insisto: no existe. Jamás escribí "ni un sólo parpadeo". Han sido imaginaciones de la trastornada ésa. No lo podéis demostrar. Estáis todos contra mí. Tengo que ir a ducharme. Tengo muy gastada mi esponja de crin. Todavía no estoy limpio. Jamás escribí "ni un sólo parpadeo" con tilde en "solo". No tiene sentido seguir escribiendo columnas. Todavía no estoy limpio. Rusqui, rusqui. Tengo que seguir frotando.

    ResponderEliminar
  8. Vaya con los talibanes ortográficos. ¿Seguimos metiéndonos los dedos en los ojos? Pues ahí van mis índices: para usos metalingüísticos, no se utilizan las comillas, sino la cursiva; la norma de la conjunción e antes de una palabra que comience por i no es tan absoluta como la plantea el tercer comentarista. Si busco, seguro que encuentro más. Si me buscáis errores a mí, seguro que los encontráis. ¡Qué bonito ambiente para el blog! Y yo, esperando encontrar una conversación sobre las sorprendentes apariciones de Attenborough entre las hojas de los árboles o apartando la tráquea de la serpiente para salir de entre las mandíbulas.

    Antonio Rico podía elegir entre varios formatos para colgar los artículos en la red y se ha decidido por el de un blog completamente público. Si entre los amiguetes os sacáis tachas de continuo, santo y bueno y allá os mordáis, pero esa actitud no anima, que digamos, a que nadie de Uruguay o la Cochinchina comente aquí. En primer lugar, porque tanta alusión personal, si no se explica (conste que no me refiero a la de la ducha, que es transparente), parece propia del Livejournal y echa al desconocido; en segundo lugar, porque cualquiera se atreve a escribir algo para que le aticen con una ge o una jota en la cabeza. Entiendo que se sugiera al visitante que no utilice el esemesiano, pero la ortografía tiene sus propios blogs. Si no podéis resistiros a corregir las erratas, al menos hacedlo sin preguntas retóricas y no repitáis el reproche por segunda vez o, mucho mejor, mandad un privado a Antonio Rico.

    Claro que no soy nadie para decirle a este (síiii, va sin tilde) cómo tiene que llevar el blog. Si va a ser un espacio con férula y orejas de burro, me limitaré a leer, pero sugiero entonces que lo indique en el encabezamiento. «Blog de profesores dispuestos a atizar si toca. Guay de quien entre sin dominio del subjuntivo. Ah, sí, lo de la tele era una excusa.»

    (Admito que apenas he dormido y todavía no he comido, pero no veo cómo suavizar lo escrito.)

    ResponderEliminar
  9. Que no, que no, ¿¿qué dices, loco?? Si nos limitáramos a comentar el contenido nos habríamos perdido tu maravillosa intervención con la que tanto me he reído. No debemos renegar ni de un soooolo segundo de nuestro pasado porque es lo que nos ha traído a donde estamos, y nos gusta donde estamos. Fíjate, qué sería ahora de mi vida si nunca hubiese escuchado esa perla de "los talibanes ortográficos", o lo de azotar a uno con una ge en la cabeza. Reconozco que tienes razón en lo de que es un poco pesado tanta alusión personal, pero es que algunas cosas, como el exhibicionismo y la mala uva, tienen que hacerse en público. No te enfades, Rhus, o mejor, enfádate mucho, que te pones muy divertido.

    ResponderEliminar
  10. Uiii Antonio Rico creo que te están pillando en alguna que otra barbaridad ortográfica. Me parece que deberías copiar diez veces cada palabra mal escrita o, si tiene norma ortográfica, explicar porqué se escribe así.
    =)

    ResponderEliminar
  11. Una tilde. Una puta tilde. Publicamos columnas sobre Aristóteles, sobre análisis conceptuales de los elementos del proceso de comunicación audiovisual, sobre física aplicada a la televisión, sobre Bob Dylan, y 0 comentarios. Me equivoco un día en una tilde, y 10 comentarios. Jodér.

    ResponderEliminar
  12. Yo diría que donde las dan las toman.

    ResponderEliminar
  13. A los cuarenta años uno tiene la cara que se merece. Ya sabemos que los argumentos ad hominem son los que se llevan la palma en nuestro país.

    Dios mío, dios mío, espero no haber escrito mal "ad hominem". No voy a comprobarlo en Google porque me gusta el riesgo.

    ResponderEliminar
  14. ¿A los 40 años uno tienen la cara que se merece? ¿Y a qué edad uno no tiene la cara que se merece? ¿Y qué tiene que ver nuestra cara con nuestro méritos?
    Sí, Turanga, llevo mal lo de los cuarenta.
    Querido Antonio Rico: tuve la oportunidad de verte en un acto hace unos años (la presentación de un libro de Colubi). Te conservas muy bien, aunque con la preciosidad morena que te acompañaba no me extraña! Eso sí que rejuvenece, joder! Algunos en la cuarentena sufrimos los estragos de la alopecia... ¿Algún consejo de tu pluma y genio? ¿Será que me lo merezco?

    ResponderEliminar