Ficha: Las tontas no van al cielo. Diario. 16,00 h. Antena 3
Nos reíamos porque Buenafuente tenía un teléfono con la sintonía de “Pasión de gavilanes”, pero se nos está quedando cara de gilipollas viendo que aquello fue sólo el primer culebrón constrictor de una nueva especie de reptiles que amenaza con estrangularnos. Actores y actrices (por decir algo) que parecen sacados de aquellos desfiles de lencería que organizaba José Luis Moreno los sábados por la noche, ambientaciones mucho más cuidadas y mayor riqueza de medios para unas tramas esencialmente iguales, adornadas con todos los tópicos del género y rematadas por moralejas tan modernas y progresistas como las que pudiera contener el libro de estilo de Elena Francis.
Y encima no puede quejarse uno porque sustituyen a los programas del corazón que abandonan la sobremesa. Vale, pero al menos que nos dejen decir que esta manía de hacer títulos tan largos (“Sin tetas no hay paraíso”, “Las tontas no van al cielo”), con su sujeto, su verbo y su predicado, está a punto de contravenir un principio de la termodinámica audiovisual: un programa de televisión no puede tener más palabras en su título que en el guión con el que está hecho. Los guiones de los culebrones pueden construirse con el vocabulario de los Teletubbies, así que en vez de inspirarse en “Los ricos también lloran” sus títulos deberían ir más por la línea de “Cristal”. Que descriogenicen a Doña Adelaida y se lo pregunten a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario