Se conoce como "farmacología catódica" la rama de la medicina que estudia los efectos de la televisión sobre la salud de los espectadores. Más de cincuenta años de investigación en este área ha permitido ir confeccionando un vademécum de especialidades televisivas altamente eficaces para tratar buena parte de los principales problemas del alma humana. Se sabe, por ejemplo, que la tristeza, la apatía, la falta de compromiso, el desvalimiento, la falta de fe en el género humano, entre otros muchos trastornos, responden bien a las buenas series de televisión, y es por eso que en los últimos años la investigación catodofarmacológica ha producido los principios activos más extraordinariamente potentes jamás ensayados, -"House", "Los Soprano", "24"-. Un capítulo a la semana de estos remedios y todos los índices de salud mejoran sensiblemente.
¿Y si se toman con más frecuencia? ¿Cúal es el efecto de dosis muy altas de buena televisión? Lo vamos a saber pronto, ya que Cuatro llevará a cabo estos días un experimento crucial de farmacología catódica. Esta cadena ha conseguido la mejor serie del mundo en estos momentos, "Roma", -supermegaproducción de las dos supermegaproductoras HBO y BBC-, y va a emitir los diez capítulos de su segunda temporada masivamente, en sólo tres días. Hoy jueves se podrán ver los ¡¡cuatro!! primeros. El viernes y el sábado nos podremos administrar dosis de tres capítulos. Nunca se ha ensayado nada parecido, y no se sabe cómo responderá el cuerpo humano a dosis tan elevadas de buena televisión. ¿Aparecerán mareos, gritos de euforia incontenibles, se convertirán los espectadores en latinistas especializados en César Augusto? Aunque ya vi en Digital+ esta brutal historia con su posología habitual de un capítulo a la semana, me he ofrecido voluntario como conejillo de Indias para el ensayo clínico, a sabiendas de que hoy Cuatro no sólo ingresa en la Historia de la Televisión sino también en la Historia de la Farmacología. Si a partir del domingo las columnas aparecen escritas en latín ya sabrán a qué atribuirlo.
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