Qué oportunidad perdida. Si el papa Benedicto XVI está preocupado porque la peña pierde “cada vez más el sentido del pecado”, si hacen falta más pecados para que haya más pecadores, que vaya a la tele y deje de rebuscar por los repliegues del alma (en su empresa los clientes son los pecadores. Por eso nacemos con pecado original, para que empecemos la vida pasando por caja, quiero decir, por la pila).
En el salón de casa es donde mejor se pilla clientela. Lo sabe cualquier anunciante de cualquier empresa de medio pelo, cómo va a ignorar esto la Iglesia, que en su Departamento de Expansión y Nuevos Mercados cuenta desde hace dos mil años con la asesoría del Espíritu Santo. Lo del don de lenguas aún es fundamental para andar por el mundo sabiendo idiomas (que se lo pregunten a la niña de Rajoy), pero hay que actualizarse. Si quieres que los parroquianos se sientan pecadores en un abrir y cerrar de ojos diles que ver la tele es pecado y sanseacabó.
A ver, ¿cómo que consumir drogas es pecado? ¿No ve que la gente empezará con que si no son lo mismo las duras que las blandas? ¿Serán, entonces, unas pecado mortal y otras venial? Más sencillo es decir que ver “House” y su vicodina es pecado, tanto como conducir bajo los efectos de haber visto “Cine de barrio”. Y punto. Igual que colaborar con el mal viendo esos concursos perversos en los que los concursantes quieren acumular excesiva riqueza sin venir a qué. O dañar al medio ambiente viendo a todas horas cotilleos y culebrones que terminan en plaga y acaban con la biodiversidad televisiva. O hacer experimentos genéticos dudosos en los que se mezclan géneros, como cuando los telediarios se convierten en programas de entretenimiento y los magacines en teletiendas plagadas de promociones y publicidad.
¿Ven qué fácil?: somos pecadores, vayamos a confesar. Y tras la absolución, volvamos pronto a casa a ver en la tele lo que dejamos grabando.
1 comentario:
Cad vez me gusta más la Iglesia, son estupendos, cuando se me estaban acabando las ideas para hacer comentarios cínicos porque Los Simpson y Futurama ya comienzan a ser demasiado repetitivos, llega la Iglesia al rescate, que si hacen falta pecados nuevos para adaptarse a la sociedad actual. Qué monos, los curas y su esfuerzo de integración. Prubitinos. Gracias, Bene, estaba a punto de apostatar (www.apostasia.es) pero ahora igual hasta me lo pienso. Me siento orgullosa de pertenecer a una institución que me admite como socia.
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