Perdemos la guerra así que sólo nos queda vencer en alguna batalla. “Supervivientes” se despide con unos índices de audiencia que nos garantizan que volverá. Los niños pijos seguirán jugando a ser boy scouts, pero al menos hasta nuestras despensas repletas llegan noticias que deberían hacernos pensar sobre la calaña de estos programas. Hace un año la edición nigeriana del espacio fue anulada porque uno de los concursantes no sobrevivió a una prueba de “Supervivientes” (podría ser un chiste, pero no lo es). Ahora nos enteramos de que una organización humanitaria denuncia que una cadena de televisión británica puso tal empeño en hacer un “reality” en un ambiente agreste que su equipo se adentró en la selva amazónica más allá de lo autorizado y causó la muerte a cuatro personas a las que contagió la gripe, enfermedad para la que su sistema inmunológico no está preparado. ¿Nos estamos pasando?
Michael Grade, ex presidente de la BBC, ex director de Channel 4 y actual director de ITV, la principal cadena privada británica, dice que la telerrealidad ha ido “demasiado lejos en su crueldad y voyeurismo”. A la vez, varias organizaciones hispanoamericanas están luchando para que se retire el programa de la televisión internacional peruana que hace Laura Bozzo (hubo un tiempo en que nuestro “Crónicas marcianas” se alimentó con sus imágenes de testimonios y peleas en directo). Usa a menores y amaña los testimonios. ¿Y aquí, qué?
Telecinco llegó a grabar el programa piloto de “Soy lo más”, un “reality show” producido por Santi Acosta (“Salsa rosa”, “Dolce Vita”, “Confidencial S.A.”). Su idea era hacer desfilar personas convencidas de ser las más sexys, de tener la mejor delantera, el mejor culo. Han decidido que no se emitirá por ser “demasiado friki” incluso para Telecinco.
Perderemos la guerra, pero estas escaramuzas nos animan a seguir resistiendo.
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