El escándalo organizado tras descubrirse que Eliot Spitzer, -gobernador de Nueva York conocido por sus cruzadas contra el sexo de pago-, era cliente asiduo de la prostitución de lujo ha provocado que haya pasado desapercibida otra historia parecida que ha tenido lugar en nuestro país y que acentúa igualmente la hipocresía que con frecuencia caracteriza la actividad profesional de algunos de nuestros personajes públicos. Se trata de lo ocurrido con Ramón Samuño, conocido crítico televisivo de un importante diario de tirada nacional.
Samuño se había significado desde hacía años por sus feroces textos contra la telebasura y había sido autor de las columnas más duras jamás escritas contra espacios de éxito como "Crónicas marcianas", "Gran Hermano" o, últimamente, "Aquí hay tomate". Incluso había emprendido pleitos judiciales contra sus productoras, y en 2006 fue la cara visible de la famosa campaña "El televisor no es un cubo de estiércol" que buscaba el boicot de la telebasura y de las firmas comerciales que se anunciaban en ella. Sin embargo, la policía tenía indicios de que su conducta era muy diferente de la que pregonaba y decidió tenderle una trampa. A principios del febrero pasado, el crítico fue invitado por una falsa Asociación por una Televisión Digna para dar una conferencia en Barcelona, sin saber que cámaras ocultas iban a registrar todos los programas de televisión que vería en la habitación del hotel en el que se alojó. En efecto, creyéndose a salvo de miradas ajenas, Samuño comenzó a ver "Fama" y siguió por "A3Bandas" y "Está pasando". Sus sonrisas de satisfacción, captadas por las cámaras, indicaban lo mucho que disfrutaba en todo momento de esos programas. Tras varias horas de telebasura, la policía consideró suficientemente probados los hechos e irrumpió en la habitación justo cuando el crítico empezaba a ver "Supervivientes". A la salida del hotel, esposado y entre una nube de fotógrafos, Ramón Samuño presentó su dimisión como crítico televisivo y pidió perdón entre sollozos a todos sus lectores.
Wee
ResponderEliminar¡Qué alegría me dio que quitaran a3bandas. A esa hora no veo la televisión, y no me afectaba que estuviese ese programa en antena (qué cosas, su antecesor se llamaba En Antena), pero me molestaba su presencia. No sabría explicar por qué, pero esa basura me molestaba mucho. Y me alegré mucho cuando decidieron prescindir de él. Aunque no tardarán mucho en sacar algo parecido.
Un saludo
taLueguin...