2/2/08

CINEMA TELEVISION

Un momento, ¿qué hago yo atravesando el fascinante pasillo central de los cines Yelmo de Los Prados dispuesto a ver casi cinco horas de buena televisión? ¿Qué sentido tiene meterse en una sala provista de una pantallona del copón deseoso de ver historias concebidas para ser disfrutadas en la pequeña pantalla? En la época del home cinema, cuando los folletos publicitarios de las grandes superficies nos intentan convencer de que el futuro pasa porque cada salita de estar sea una sala de cine para tres, dos o un espectador, ¿tiene lógica llevar las mejores series televisivas del momento a la plaza pública para que trescientas ánimas las disfruten contagiándose la emoción por contacto, rozándose los codos en los posabrazos? Pues sí, sí la tiene y mucha, tal y como pudimos comprobar el pasado jueves los elegidos para la gloria que disfrutamos del Primer Maratón de Series de Digital+ en Cines en donde se estrenaron cinco nuevas temporadas de cinco series flamantes, semanas antes de que podamos verlas en televisión. La imagen nos recordaba que las series estaban pensadas para otro formato; las historias se transmitían con mayor intensidad aún que en la salita de casa:



"Prison break": primer capítulo de la temporada 3. Michael Scofield se tatuó el 95% de su cuerpo con los planos de la cárcel de la que escaparía en la primera temporada. Quedó condenado a vagar el resto de su vida lleno de tatuajes que ya no juegan ningún papel en la trama. También "Prison Break", en su conjunto, arrastra los tatuajes de su primera temporada. Docenas de personajes, persecuciones transsobrehumanas, conspiraciones planetarias.



"Mad men": estreno. El mundo de la publicidad del tabaco en la Norteamérica de los años 50, cuando comienza a saberse que esas cositas que se fuman provocan cáncer. Camisas almidonadas, mucha gomina, pin-ups de segunda fila, violencia latente. Todos fuman en todas las escenas. Una mujer habla de amor y el ejecutivo le responde: "Ese amor del que hablas lo inventamos hombres como yo para vender medias".



"Life": estreno. Un poli pasa injustamente doce años en la cárcel. Su condición de poli le hace blanco de todas las palizas entre rejas, pero a él le da por volverse un maestro zen. Su caso se revisa. Se le absuelve y se le indemniza millonariamente, pero el muchacho quiere volver a la Policía. ¿Para qué? Ah, ahí estará la trama de la serie. Por ahora resuelve casos centrándose en el aquí y el ahora, ayudado por otra poli detective ex-toxicómana que lo flipa todo con él.



"Heroes": primer capítulo de la temporada 2. ¿Vieron la primera? Pues todo sigue igual. El mundo sigue al borde de su desaparición y su única esperanza pasa por una chica que se rompe una pierna, hace así y se le cura, un japonés que anda yendo y viniendo para alante y para atrás en el tiempo, un investigador hindú y sopotocientos mil héroes más distribuidos estratégicamente por todo el mundo. Para mí que el follón tampoco se va a resolver esta temporada.



"Tell me you love me": estreno. La revelación de la noche. Últimamente basta con ver el logotipo de HBO al comienzo de una serie para saber que te vas a quedar clavado en el butaca. Realismo amargo en la descripción de la vida cotidiana de cuatro parejas independientes (al menos, por ahora). Sexo explícito y mediocre. Diálogos completamente verosímiles y descarnados. Gente del montón cometiendo errores del montón que pasarán factura.

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