2/2/08

CINCO Y UN MINUTO

Genio y basura hasta la sepultura. El programa 1.234 de "Aquí hay tomate", emitido ayer viernes por Telecinco y llamado a ser el último de la apestosa compaña que han encabezado Carmen Alcayde y Jorge Javier Vázquez, condensó en 90 fétidos minutos las esencias aromáticas que la cadena de Paolo Vasile esparció durante casi 100.000 a lo largo de los últimos cinco años: mentiras, trivialidades, sensacionalismos y una autocomplacencia a la que no se hubiera atrevido ni el mismísimo señor Lobo de "Pulp Fiction". El programa se planteó como un entierro, y, como hacen los políticos mezquinos en campaña, se arropó con plañideras incondicionales que dieran más empaque a la traca final: en cuerpo presente Sergio Alis (¡oohh!), Lidia Lozano (¡más oohh!), Jiménez Arnau (¡requete oohh!), y en cuerpo telefónico Merceces Mila (¡aahh!), Ana Rosa (¡más aahh!), María del Monte (¡requete aahh!).

Cínicos hasta el final, como hacen siempre los miserables cuando son derrotados, Carmen y Mermelada plantearon su despedida desde un único presupuesto básico: la audiencia es medio boba. Es cierto que el desarrollo de ese axioma llevó a "Aquí hay tomate" a ser el fenomenito de masitas que fue años atrás, pero la insistencia en él durante el programa 1.234 llegó a provocar naúseas a los que nos acercamos en la sobremesa telecinquera de ayer a dar el último adiós a un muerto al que hacía mucho, pero mucho mucho, que no veíamos. Durante su aliento final se insistió en el sin par éxito del espacio, en los volúmenes de espectadores sin igual. Se aderezó toda esta autogratificación con toneladas de emails de apoyo, testimonios de gente sencilla para los que el Tomate era la razón por la que se levantaban de la cama cada día, afirmaciones de autobombo en donde se hablaba textualmente del papel que había desempeñado el finado en la Historia de la Televisión. "Aquí hay tomate" era un programa, al parecer, que toda España veía, sin excepción. Y hay que ser medio bobo para no preguntarse inmediatamente: coime, ¿este Paolo Vasile está atontado? ¿Cómo es que el programa se ha muerto, con la buena salud que tenía?

A las cinco en punto de la tarde "Aquí hay tomate" se despidió con la solemnidad contenida de los que saben que en ese momento se están ganando un puesto en la Historia. Al mundo le importó un pimiento y siguió sin parpadear. A las cinco y un minuto ya nadie se acordaba de ellos.

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